Y tú, ¿participaste en el concurso de Jóvenes Talentos de Coca-Cola?

Los ganadores de distintas décadas repasan su experiencia en la famoso concurso literario de Coca-Cola, celebrado durante casi sesenta años

Sus nombres son Carolina, Pilar y Carlos, y ni siquiera se conocen. Edades dispares, lugares de residencia alejados y profesiones de lo más variado confluyen en un punto común: todos fueron ganadores, entre los 13 y los 14 años, del Premio de Literatura dentro del Concurso de Jóvenes Talentos de Coca-Cola

Esa pequeña coincidencia, admiten muchos de ellos, ha marcado su vida. Es esa marca la que busca la actuación de Coca-Cola desde su desembarco en España, hace ya 65 años; de ellos, ha dedicado 58 a estos premios, convertidos en referencia para gran parte de alumnos y colegios de todo el país, como bien recuerdan profesores de lengua castellana que siguen animando a los jóvenes, año tras año, a participar en él.

Es una actuación concreta en comparación con la labor de Coca-Cola en territorio nacional, pero resulta representativa a la hora de conocer la línea en la que se mueve: capacidad de actualizarse, de mimetizarse con la época presente y de apoyar campos útiles para la ciudadanía e independientes a la calidad del producto. En definitiva: dejar marca prácticamente desde su llegada.

“Recuerdo perfectamente el tema”, afirma Pilar Bellver. Conocida por su carrera literaria, fue ganadora del premio de Coca-Cola en el año 1975. Ha llovido desde entonces, pero aquel título parecía un presagio: El periodismo como vocación y como profesión. Medios e influencia para la sociedad. Fue periodismo lo que finalmente estudió. “En un concurso así te quedan dos ideas muy claras”, explica: “que a veces los concursos son limpios, y que podía ser escritora”

Dos décadas y media separan a Pilar y a María. La segunda habla desde Bélgica, donde prepara su doctorado, y es clara al describir el premio: “Literalmente, me cambió la vida”, sentencia. “Pedí una beca de una asociación, y al tenerlo en mi curriculum me destacó un montón. Y a mi marido, por ejemplo, le conocí en esa beca”, explica. “Mi vida sería completamente diferente”.

Carlos Sosa no puede mirar tan atrás. Ganador en 2008, representa las últimas generaciones que han pasado por el Concurso de Jóvenes Talentos. En su caso el tema no era concreto: solo tenía que incluir las palabras estruendo, basura, voltereta, felicidad, planeta y trampa. “Ganar el concurso supuso, sobre todo, conocer a un grupo fantástico de chicos y profesores”, cuenta. “Aún seguimos estando en contacto a través de un grupo de WhatsApp”.

Todos los ganadores recuerdan el concurso con una sonrisa. Dedicados o no a la literatura, soñaron, al menos por un instante, con ser escritores.

Aquellos tiempos

Han pasado casi seis décadas, pero los participantes recuerdan el premio con claridad. “Coca-Cola llegaba a tu colegio, presentaba el concurso e implicaba a los profesores en la idea de que hiciéramos redacciones”, rememora Pilar. “A la misma hora, un sábado, los seleccionados hicimos la misma redacción”. Mención aparte merece quien le entregó el premio -“Fue Miguel de la Quadra Salcedo, que entonces era un periodista muy nombrado”- e incluso la gente que participó: en 1975, 234.000 personas.

Han pasado casi seis décadas, pero los participantes recuerdan el premio con claridad. “Coca-Cola llegaba a tu colegio, presentaba el concurso e implicaba a los profesores en la idea de que hiciéramos redacciones”, rememora Pilar. “A la misma hora, un sábado, los seleccionados hicimos la misma redacción”. Mención aparte merece quien le entregó el premio -“Fue Miguel de la Quadra Salcedo, que entonces era un periodista muy nombrado”- e incluso la gente que participó: en 1975, 234.000 personas.

Sin embargo, la cantidad de participantes sigue siendo algo a destacar: según cifras de Coca-Cola, la media de participantes se eleva hasta los 400.000 alumnos al año; desde la primera edición hasta el 50 aniversario, celebrado en 2010, 10 millones de personas habían intentado hacerse con el premio.

Son unas cifras muy altas, y es lo que más sorprende a los afortunados ganadores. El caso de Carlos, que participó en 2008, ilustra las opciones más recientes. “El acto al que acudimos estaba presentado por la actriz Llum Barrera”, cuenta. El recuerdo más vivido de María es un lugar extraño. “Me mandaron a Tarragona a escribir in situ. Lo que más recuerdo es estar en un instituto que no era el mío”. Todos participaron de la misma forma, porque si algo no ha cambiado en el concurso, eso es la forma de participar, que se mantiene desde el primer día y que asegura la objetividad del premio.

Los recuerdos del momento están grabados, pero si hay algo todavía más fuerte, eso es lo que el premio ha significado para todos ellos. “Yo soy de un pueblo pequeñito, y siempre me había parecido algo agobiante estar allí”, recuerda María, que años después ha pasado parte de su carrera en el extranjero. “Este premio me abrió puertas, me dejó ver sitios que siempre había querido ver, fue una maravilla para la validación y mi autoestima a aquella edad”.

Todos guardan con cariño placas, premios, recortes y, por supuesto, fotografías de aquel momento.

Vivencias inolvidables

En la actualidad, alrededor de 13.000 jóvenes de España participan en el concurso; tras tres fases, la cifra se reduce a 21 finalistas, 17 de cada Comunidad Autónoma y cuatro en otras lenguas -catalán, vasco, gallego y euskera-.

Tras la celebración de la conocida prueba escrita, los relatos pasan por dos fases: provincial y autonómica. Tres finalistas de cada provincia se derivan al Jurado Autonómico, que decide los 17 ganadores de cada Comunidad y los cuatro del concurso en otras lenguas. Tras ese proceso, comienzan a concederse distintos premios.

Experiencia Coca-Cola

Todos los ganadores, tanto autonómicos como provinciales, tienen la oportunidad de viajar durante una semana a Madrid para disfrutar de un sinfín de actividades, master classes, talleres y distintas iniciativas junto a todos los elegidos en su edición. Días para divertirse, aprender y afinar todavía más su talento.

BlueMedia
BlueMedia
Bluemedia Studio

Curso de escritura creativa

Además de disfrutar de la Experiencia antes mencionada, tanto el ganador nacional como los dos finalistas pueden acudir a un curso de escritura creativa, con una duración de dos cuatrimestres. En ese tiempo aprenden, de la mano de profesionales reconocidos en la literatura, a mejorar sus herramientas redaccionales en una prestigiosa escuela literaria.

De forma paralela, los finalistas de cada provincia reciben un premio que varía según el orden de clasificación. ¿Quieres saber cómo vivieron los últimos ganadores la Experiencia Coca-Cola?

Un tema para cada ocasión

Década tras década, el Concurso Coca Cola Jóvenes Talentos – Premio de Relato Corto ha tocado casi todos los palos. Desde ecología y Medio Ambiente hasta futuro periodístico, pasando por palabras perfectas para trabajar la imaginación o temáticas destinadas a estimular la práctica de deporte. Siempre han estado, eso sí, adaptados a la etapa actual y al contexto.

Tanto hacían pensar los temas que a Pilar el título le coincidió con los que serían sus estudios. “Me acuerdo perfectamente: era sobre periodismo. Se llamaba El periodismo como vocación y como profesión: Medios e influencia en la sociedad“, cuenta. Tras ganarlo, el sentimiento fue claro: “me hice periodista, por aquello de escribir, y escritora, porque siempre lo había sido”.

María es el ejemplo de que, además del talento, la creatividad está valorada de las formas más inusuales. “Mi tema es muy bonito: Un día soñé qué“, explica. “Mis compañeros lo tiraron mucho por soñar que se acaban las guerras o que todos somos felices. Lo que me hizo ganar, o eso creo, es que yo lo llevé al lado de la pesadilla”.

Carlos cuenta que fue pionero a pesar de su corta edad: fue el primero en el que Coca-Cola aplicó la idea de lanzar una serie de conceptos sin tema concreto. En 2008, su redacción debía incluir las palabras estruendo, basura, voltereta, felicidad, planeta y trampa. Su originalidad al unirlas le sirvió como pase a la final y, posteriormente, al premio nacional.

Son tres ejemplos, pero hay muchísimos más. En los años sesenta y setenta, el toque periodístico y medioambiental imperaba en las redacciones, con los participantes en octavo de EGB. El cambio a la ESO de los noventa llevó también a temáticas con un giro hacia lo social, algo que culminó en los 2000, el primer año en el que se integró a alumnos con necesidades especiales de mano con la ONCE. Además, muchos temas partían en colaboración con asociaciones como Cruz Roja, WWF o Intermon Oxfam.

Es en estas últimas décadas cuando se ha alcanzado un concepto más contemporáneo y ligado al relato corto. Durante la pasada década, incluso existió una disciplina de vídeo relato.

Los cambios son muchos, pero la emoción sigue vigente como el primer día. Está en el relato de cada uno de los ganadores, pero también se encuentra en los ojos de todos los participantes que, con 14 años y el futuro por delante, plasman sus palabras con la originalidad y el toque de cada generación. De esas filas han salido muchos grandes, como Antonio Muñoz Molina, Lucía Etxevarría o Federico Jiménez Losantos. Ellos, y todos los que vendrán.