El Ibex busca vacuna para su década pérdida

El Ibex 35 no levanta cabeza. El principal selectivo de la bolsa española se sitúa, otro año más, como el peor de toda Europa (a excepción de la bolsa austriaca) y la situación, lejos de mejorar, empeora a marchas forzadas. Muchos inversores están asumiendo grandes pérdidas y los que no ya han hecho las maletas y han buscado otras oportunidades en mercados como Europa o, incluso, han dado el salto al Atlántico y han tomado posiciones en Wall Street. El mejor ejemplo son las grandes fortunas de nuestro país, que han reducido su exposición a bolsa española a mínimos con sus sicavs para vivir más tranquilos y evitarse los sustos, continuos, que experimenta el parqué español. Claro síntoma de la pérdida de interés por el mercado español, algo que también constatan los expertos para justificar que estemos en el vagón de cola.

La caída durante este 2020 es de un 30% y el castigo es todavía más significativo si miramos para atrás. El dato es contundente: el Ibex 35 se ha comportado un 60% peor que la bolsa europea en la última década y un 32% por debajo en los últimos 20 años. Casi nada. No obstante, y pese a que la mayoría de analistas califica de “difícil de justificar” este mal comportamiento, los motivos esgrimidos por la práctica totalidad de los expertos coinciden en el elevado peso del sector financiero, la gran presencia de las compañías españolas en Latinoamérica y el riesgo país de los mercados periféricos europeos, los denominados ‘PIGs’ hace años, entre los que estaban España y nuestra vecina Portugal.

Este riesgo país no se ha trasladado a la evolución de nuestra prima de riesgo, principalmente, por un motivo: la actuación del Banco Central Europeo (BCE) y el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros aprobado por la Unión Europea. Ambos organismos han decidido tomar cartas en el asunto para combatir la Covid-19, lo que ha ayudado a reducir las primas de riesgo. Por ejemplo, el diferencial del bono a diez años ha caído desde los 150 puntos básicos hasta por debajo de los 80 puntos en septiembre.

No obstante, si hay algo que pesa en los mercados, sobre todo en el español, es el impacto de la Covid-19. El coronavirus se ha cebado con nuestro país ya que hemos sobrepasado los 31.000 fallecidos y la ‘Gran Reclusión’ ha tirado por la borda la temporada de verano, la más importante para el turismo, que es un sector de vital importancia para nuestra economía. Con este ‘cóctel’ de malas noticias, el desplome del Producto Interior Bruto (PIB) ha sido de un 17,8% en el segundo trimestre, la mayor caída desde la Guerra Civil española y la segunda más grande en Europa tras Reino Unido. Victoria Torre, responsable de Producto y Análisis de Singular Bank, comenta la descorrelación de la bolsa española con los buenos datos macro previos a la Covid ya que “no hay que olvidar que la renta variable es un mercado que se rige por la ley de la oferta y la demanda y la evolución del índice representativo de un país no tiene por qué estar correlacionado con la marcha de la economía de un país. Por ejemplo, a partir de 2015 hasta 2019, el PIB de España ha crecido a un ritmo superior al de la media de la Eurozona, si bien la evolución del Ibex ha sido inferior al de otros índices paneuropeos como el EuroStoxx 50 o el Stoxx 600”.

Estas caídas bursátiles han sido más intensas en las compañías ligadas al turismo, por el impacto de la Covid-19, y en los bancos ya que se prevé que aumente la morosidad y penalice, aún más, su rentabilidad. Su modelo de negocio se ha visto castigado por los bajos tipos de interés y ahora, con la entrada en recesión, se espera que muchas pymes echen el cierre (o ya lo han hecho) como consecuencia de los confinamientos, con lo que llegará una oleada de morosidad por los créditos suscritos. De hecho, el sector no es ajeno a ello y ha realizado grandes provisiones que, veremos, si son suficientes o deben dotar más fondos. Con este escenario, Banco Santander ha sufrido un castigo cercano al 60% durante este 2020 y ya solo capitaliza 25.700 millones mientras que BBVA se desploma cerca de un 52%, hasta los 15.280 millones. En su conjunto, todo el sector del Ibex capitaliza 61.000 millones y vale bastante menos que Iberdrola o de lo que cotizaba a finales del año pasado solo Santander. Sergio Ávila, analista del bróker IG, ha señalado que “la banca no levanta cabeza desde la crisis financiera, llevamos con los tipos de interés en descenso desde 2008 (hasta el punto de llevar en el 0% desde 2016) y ha hecho mella en sus rentabilidades. Además, fuera de España, los bancos también tienen negocios en otras zonas geográficas muy afectadas por el coronavirus como es el caso de Latinoamérica”.

Entre las caídas de los bancos también se sitúan las compañías ligadas al turismo. IAG ha acusado el tener sus aviones parados por la prohibición durante meses de volar a determinados países, lo que ha provocado que se desplomara un 78% en el Ibex. Por su parte, Meliá Hotels se vio abocada al cierre de sus hoteles por el brote del coronavirus y a presentar un ERTE para 8.232 trabajadores, lo que ha golpeado su acción un 62% durante este año mientras que Amadeus, que suministra servicios tecnológicos al sector, también sufre las consecuencias con un castigo bursátil del 37%.

Las grandes oportunidades de inversión, de cara a los próximos años, surgirán en los sectores que están liderando la recuperación en otros mercados como son la tecnología o el farmacéutico. En ambos, España tiene un peso reducido ya que, pese a que contamos en el selectivo con compañías como Grifols, Almirall o Pharmamar, la ponderación biotecnológica representa alrededor de un 3% mientras que en otras grandes plazas europeas como Alemania o Reino Unido se dispara hasta el 11,4% y 13,3%, respectivamente. Además, no contamos con tecnológicas punteras y la mayoría son pymes que cotizan en mercados más pequeños como el BME Growth, el antiguo MAB.

El equipo de Santander Corporate & Investment Banking (SCIB), el área de banca de inversión del banco, destaca en uno de sus últimos informes un factor ‘sin explicación’ detrás del mal comportamiento del Ibex y que “podría estar relacionado con diversos factores, entre los que se incluyen la liquidez, la reciente exclusión de algunos blue chips españoles de los principales índices selectivos europeos y otros factores locales”. Desde la entidad cántabra esgrimen que “el reciente aumento de los casos de Covid-19 podría estar teniendo, también, un impacto en la confianza de los inversores, aunque cabe señalar que la gravedad y mortalidad en esta segunda oleada de contagios no tiene nada que ver con la primera oleada”. Sergio Ávila añade la caída de otros pesos pesados del selectivo como Telefónica ya que “es otro de los ‘blue chips’ clásicos del mercado español que ha dejado de serlo. La crisis en España, junto con su exposición a estos países donde la inestabilidad política y la volatilidad en sus divisas generan una gran desconfianza para los inversores, ha provocado fuertes penalizaciones a la ‘teleco’ española”. Por tanto, concluye que, si a la caída de los pesos pesados y la presencia en Latinoamérica le sumamos que el sector turístico tiene su nivel de actividad sin esperanza de recuperación al menos hasta 2022, “tenemos la cuadratura perfecta para ser uno de los mercados más débiles a nivel internacional”.