De las renovables al ‘agro business’: cómo la empresa andaluza supera el PER

El ‘agrobusiness’ ha sido capaz de atraer a grandes fondos internacionales y las firmas de renovables, aeronáutica, videojuegos o tecnología se abren paso con “menos complejos y más capital”.

Las empresas que deben protagonizar el tirón económico de Andalucía en los próximos diez años vigilan con preocupación el devenir de unas elecciones que deben dar lugar a un Gobierno autonómico que entienda la trascendencia que para la comunidad es apostar por sectores como las energías renovables, el aeroespacial, la ciberseguridad, los videojuegos o el desarrollo de la construcción naval y la modernización del campo. Hay grandes empresas comprometidas en esas industrias de futuro basadas en la digitalización y la transición ecológica que son capaces de acabar con el mito de una comunidad marcada por el paro y dependiente del turismo, siempre que encuentren un Ejecutivo que facilite la seguridad jurídica, elimine burocracia y no ponga obstáculos a la inversión.

Hay algo más de medio millón de empresas censadas en Andalucía después del viacrucis de las dos crisis y la pandemia de los últimos años, de las que depende en gran medida la consolidación económica de todo el territorio, dominado por la fuerza de Sevilla como centro económico de la comunidad, pero donde cada vez cogen más velocidad el polo de atracción tecnológica de Málaga, la apuesta por la innovación de la Bahía de Cádiz de la mano de Navantia o el nuevo “agribusiness” y su alto potencial exportador y de atracción de capitales. “Lo que se ha producido en Andalucía es un cambio en la mentalidad empresarial, que se fija menos en el boletín oficial y el ‘aparato’ político, está mejor formado y opta por fuentes de financiación de todo tipo para sacar adelante su proyecto”, asegura uno de los principales asesores de empresas de la comunidad, que lo resume en una frase: “Ahora tenemos menos complejos y más capital nacional y extranjero, una oportunidad única para crecer”.

Desde el ámbito empresarial admiten esa renovación generacional incluso en el sector agrario tradicional, que ya no es el que era y que ha sabido colocar en el foco de los fondos australianos o americanos grandes proyectos de cooperativas de frutas, hortalizas o aceite de oliva. El ejemplo lo pusieron sociedades como Dcoop o Surexport, que aglutinan a decenas de miles de familias y empresas de base agraria, pero que ofrecen atractivo y rentabilidad por la estabilidad a largo plazo de sus negocios y la calidad de los productos. “Los pactos de concentración han permitido aplicar una gestión moderna, innovar con nuevos cultivos y ofrecer al capital internacional proyectos hegemónicos y estables”, explican desde el sector.

El desafío de las renovables

El tirón que siempre han llevado en el sector energético empresas como Endesa Generación o Abengoa en suelo andaluz ha sido renovado ahora con una red de cerca de 150 nuevas compañías vinculadas a las energías renovables (eólica, solar, biomasa, etc.) en los últimos diez años capaces de atraer inversiones de última generación y sentar las bases de la reindustrialización que tanto necesita la comunidad. El andaluz Rafael Benjumea, presidente de la Unión Española Fotovoltaica (Unef) y responsable de la Powen y de la gestora de fondos Q Energy, enfocada a los activos renovables, sabe que su región que tiene ahora “una oportunidad histórica para ser una de las grandes generadoras de energía limpia de Europa y dejar de depender de países como Rusia y Argelia”.

Pero ese desafío solo se logrará si la “buena voluntad política” permite solventar las trabas administrativas que aún perduran para sacar adelante tanto las grandes plataformas, como la que Iberdrola tiene planteada en la región, como los pequeños proyectos de instaladores, ingenierías, consultorías y suministradores que han nacido en torno al sector y que poco a poco van dando mano de obra cualificada. El otro gran reto a superar de la mano de las administraciones, sobre todo en el caso de los ayuntamientos, es el rechazo social que a veces se genera “por un problema de desinformación que a veces impide que las instituciones vean con claridad por donde ir”, señala Benjumea. Fuentes del sector destacan, además, las grandes opciones que tiene Andalucía para asociarse con otras comunidades vecinas también ricas en sol y viento, como Extremadura, y crear un hub líder en Europa.

El sector de las renovables ha venido a potenciar el trabajo del que siempre ha sido uno de los motores de la industria andaluza, Navantia, que además de su labor como constructor de barcos -como el contrato millonario de las corbetas para Arabía Saudí- se ha abierto en las instalaciones gaditanas de San Fernando a la creación de grandes plataformas ‘off shore’ para la eólica marina. La empresa participada por la SEPI ya cuenta con una docena de contratos en marcha que suponen 900 millones de facturación y la creación de 1.200 empleos, pero está presente en otros 70 procesos para hacer de este segmento de la ingeniería naval una de las bases de su balance.

La conquista del espacio y los videojuegos

Una de las claves de todo ese I+D+i andaluz se genera en la actualidad gracias a la consolidación de la industria de defensa y el sector aeroespacial, otro de los ámbitos que más fuerza están cogiendo en Europa y sobre los que todos los países, incluido España, tienen previsto aumentar las inversiones en los próximos años. Los grandes centros de Airbus en Sevilla y Cádiz han tirado desde siempre del sector, pero en ese entorno se han colocado ya firmas como Alestis, Aciturri o la vasca Aernova, dentro de un colectivo de más de 140 empresas en toda la comunidad que cuentan incluso con un plan estratégico de la Junta con 227 millones de euros.

El director general del clúster Andalucía Aerospace, Juan Román, busca la salida al exterior de todo ese potencial en las grandes ferias europeas del sector, como Le Bourget o Berlín, a sabiendas de que las compañías deben diversificar su actividad y aprovechar nichos de negocio como el mantenimiento preventivo de la mano de grandes líneas aéreas, como Ryanair, que abre hangares en la comunidad. Otro foco importante del sector está puesto en Huelva de la mano del INTA y el proyecto Ceus que pretende instalar en la capital, tras diez años, el mayor centro de experimentación de grandes drones, básicos en defensa y en aviación civil. Para elevar de nivel a las pymes andaluzas del sector aeroespacial serán básicos los fondos europeos que reparta el PERTE abierto por el Gobierno, “que debe llegar a las empresas más pequeñas, no solo a las grandes, y nos pueda llevar al avión cero emisiones”, recuerda Román, a la espera de que se abra alguna convocatoria cuanto antes.

Además del espacio aéreo, esa nueva empresa y empresario joven andaluz han entrado con fuerza en el espacio cibernético de la mano de los videojuegos. Ejemplos como el de Axes Inmotion, que se creó con un capital mínimo y se ha vendido en más de 165 millones de euros, o el trabajo de Campero Games, Nebula Entertaiment o The Game Kitchen están detrás de los desarrollos más innovadores de ese mundo que mueve solo en Andalucia a más de 70 pymes de primer nivel.

Málaga no es solo turismo

Nadie esperaba que el todopoderoso Google se fijará hace un año en un viejo edificio que fuera la sede del Gobierno Militar en Málaga para instalar el que dentro de apenas un año será uno de sus centros más avanzados en ciberseguridad, uno de los segmentos tecnológicos con más potencial de desarrollo. La inversión de 650 millones que está realizando el gigante tecnológico norteamericano supone un fuerte impulso al que ya es el Parque Tecnológico de Andalucía, que aglutina el trabajo y la capacidad de investigación de más de 600 empresas, que dan trabajo a 20.000 personas y han generado cerca de 2.000 millones de inversión.

El proceso de diversificación geográfica de la economía andaluza para compensar el desigual desarrollo de la región ha dado sus frutos en la provincia malagueña, que ya logró en su día atraer a una de las grandes inversiones de Vodafone y ahora intenta crear uno de los centros logísticos clave para Andalucía, con más de 9 millones de metros cuadrados en oferta para la instalación de naves e industrias. De entrada, el año que viene se termina el desarrollo de 50.000 metros que está haciendo Montepino en esa zona para que se instale el gigante Amazon, con un centro avanzado de reparto de última milla, tras 80 millones de inversión. Es el segundo centro que la compañía crea en Málaga.

El nuevo tejido empresarial andaluz demanda agilidad y amplitud de miras a los políticos que salgan de las urnas para acabar con los tópicos de una comunidad de grandes desigualdades, mano de obra intensiva, arrollada por el turismo y con un futuro siempre en entredicho. “Sólo necesitamos unos políticos, sean los que sean, que estén a la altura de las circunstancias y no desaprovechen esta oportunidad”, advierten.