Aféitate en casa como en una barbería con estos consejos profesionales

  • El hombre pasa cerca de 780 horas de su vida afeitándose y es uno de los elementos claves de un ritual diario pero, ¿lo estás haciendo bien?
Sesión de Barbiere © Acqua di Parma
Sesión de Barbiere © Acqua di Parma

Aproximadamente un hombre destina 32 días de su vida a afeitarse, es decir, más de un mes que consagramos a uno de los rituales más masculinos que conocemos y que puedes convertir en un pequeño regalo cada día del año. Vista en muchas ocasiones como una obligación, principalmente laboral, la pequeña liturgia del afeitado cotidiano no debe convertirse en una suerte de peaje ingrato por el que pasar a diario. Todo lo contrario, debería ser una oportunidad para disfrutar de un momento de relajación e intimidad para el que el disfrute no está exento.

Un momento que, además, ha trascendido de los espacios del hogar para extenderse en espacios públicos, como barberías de autor en las que el proceso del afeitado artesano se lleva con mimo y todo lujo de detalles. La opción nos abre así un universo paralelo en el que consagres tu tiempo a darte este pequeño capricho, tan frecuente como hedonista si sabemos dónde acudir.

Para conocer más sobre barbas y las claves de un afeitado perfecto en casa hablamos con Lluís Alaño, de la barbería Lluís Perruquers de Lleida, perteneciente a la segunda generación de una saga familiar y uno de los barberos de Acqua di Parma. Dedicado al mundo de la barbería desde hace más de una decada, Lluís alterna sus conocimientos sobre barbería clásica con maestría pero también con las nuevas tendencias, incluyendo las pobladas barbas que vemos por nuestras calles, Lluís sostiene que incluso esos hombres deben pasar por barbería para arreglar o retocar sus frondosas pelambreras.

Pero para el que apuesta por el afeitado integral hay un mundo por descubrir, para conseguir mejores resultados, incluso cuando uno no dispone de muchísimo tiempo. “El afeitado a cuchilla siempre obtiene un resultado más pulido, y ayuda a definir los diferentes estilos”, reconoce, resaltando así la diferencia con los afeitados eléctricos, que pueden ser más rápidos pero no son tan precisos.

Algunos de los elementos que intervienen en un afeitado tradicional © Acqua di Parma
Algunos de los elementos que intervienen en un afeitado tradicional © Acqua di Parma

Una vez que se tiene claro que con cuchilla lograremos mejores resultados, el siguiente paso fundamental es preparar de manera exhaustiva la cara. Para eso es necesario limpiar e hidratar bien, evitando que así salgan rojeces o irritaciones. “Con las manos o con la brocha se debe hidratar el rostro con agua caliente. Con ello consigues que se abra el poro y sea más fácil trabajar”, asegura Lluís. Tras este preámbulo, recomienda utilizar un aceite de afeitado, paso previo a la aplicación del gel o la crema. Estas cremas tienen una doble finalidad. Por un lado, lubrican la cara, permitiendo que el pelo esté más suave y la cuchilla circule mejor. Por otra, evitan la excesiva evaporación del agua, facilitando la aplicación de la espuma posterior. En ese momento será también cuando utilices la maquinilla eléctrica si tienes una barba muy generosa, para rebajar la densidad y así evitar que la cuchilla se atasque.

Este tercer paso, el de la espuma –que será de crema si hemos usado brocha o de gel si usamos las manos- es el más importante del proceso. “Toda la cara debe estar recubierta de la espuma que hayamos generado”, afirma el barbero catalán. Ante la duda clásica de este tipo de afeitados que nos hace elegir entre usar brocha o no, Lluís lo tiene claro: “la ventaja de la brocha es que repartes mejor el producto y ayuda a levantar y reblandecer el pelo para el afeitado”.

Ello nos traslada al gran acto dentro del afeitado: el momento de rasurar. Todas las pieles son distintas y toleran de forma variables los distintos grados de apurado. Sin embargo, hay algunos consensos en torno a este proceso. “Se debe comenzar por las mejillas y siempre hacia abajo. Después va la barbilla y por último el cuello”, asegura Lluís Alaño sobre estos tres pasos fundamentales de todo el procedimiento.

La búsqueda del apurado perfecto ya dependerá de lo que quiera cada uno. Si perseguimos un resultado impoluto deberemos afeitarnos a contrapelo, logrando un mayor apurado pero también arriesgándonos a una mayor irritación. Si tu piel es más sensible, el profesional recomienda afeitar a favor del vello para evitar excesivas rojeces. A ello también se puede contribuir si evitamos uno de los grandes errores que cometemos en casa: pasar demasiadas veces la cuchilla. “Con dos pasadas es suficiente”, sostiene Lluís, acabando con el mito de que es necesario hacer circular por un mismo punto la maquinilla en numerosas ocasiones.

El último paso de este merecido ritual es la retirada de la espuma sobrante, el aclarado y el uso de productos after-shave. Uno de nuestros errores más comunes es utilizar agua templada para este proceso final, un error a ojos del profesional, porque así no ‘cerramos’ los poros. “Se debe aclarar con agua fría y aplicar un bálsamo [siempre sin alcohol] para logar un buen resultado y cerrar algunos microcortes”, asegura el propietario de Lluís Perruquers. Para concluir, una pequeña dosis de ácido hialurónico servirá para restaurar los niveles de hidratación de nuestra cara después de esta ‘batalla’ cotidiana y que ya estemos listos para un nuevo día.

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