Dicen que la primera e indispensable condición para elaborar un buen vino es que las vides tengan cerca el agua de algún río importante. En este caso es el Sil, el principal afluente del Mino, quien riega las vides de esta bodega. Se cultivan en pequeñas parcelas situadas en terrazas de piedra que dan lugar a uno de los ejemplos más palmarios de la viticultura heroica. En el municipio orensano de Castro Caldelas, en plena Ribera Sacra, Ponte da Boga nació hace dos siglos, en 1898, justo cuando España perdía sus dos últimas colonias de ultramar.
Ponte da Boga fundada por una familia gallega, disfrutó de una gran actividad hasta mediada la década de los años 60 en que cerró sus puertas. Cien años después de su fundación abría de nuevo, bajo la titularidad de la Corporación Hijos de Rivera, una agrupación de viticultores de la zona que decidieron rehabilitar y retomar la tradicional elaboración de sus vinos. Desde entonces, invierte de forma importante en investigación con el objetivo de recuperar variedades autóctonas de uva prácticamente abandonadas.
Estas variedades de uva locales, le infieren singularidad, les diferencia y les ayuda a elaborar vinos con una acusada personalidad de las que se obtienen vinos de clara identificación con la zona y los vinos de la Denominación de Origen Ribera Sacra. Cuidado del entorno, recuperación de uvas autóctonas y modernización de las técnicas de cultivo; son las principales señas de identidad de esta bodega. La diversidad de las uvas locales y un entorno único junto a diferentes técnicas de fermentación, le han permitido elaborar vinos de acusada personalidad.
De su catálogo destacan sus vinos de uvas locales como: Ponte da Boga Mencía, Ponte da Boga Albariño, Ponte da Boga Godello, Porto de Lobos, Capricho de Merenzao y Bancales Olvidados. Así como una selección de vinos de edición limitada: Ponte da Boga Expresión Histórica, Ponte da Boga Expresión Barroca y Ponte da Boga Expresión Gótica.
Albariño Ponte da Boga 2016, ha sido elaborado mediante una maceración prefermentativa, que da un resultado más intenso y complejo, de aromas más marcados y del que sólo se han producido 6.700 botellas. Un proceso de vinificación diferente que somete a la uva a una maceración que lleva la vendimia, despalillada y estrujada, a bajas temperaturas para favorecer así la extracción de los compuestos aromáticos de los hollejos y, dar más estructura al vino; que concluye con una crianza parcial en roble francés.
El resultado es un vino intenso y complejo desde el punto de vista aromático, como corresponde a la Ribeira Sacra, una tierra dura y singular. En nariz presenta gran intensidad y en boca un muy buen equilibrio gracias a su acidez que le aporta vivacidad y que le permitirá ganar con el tiempo.
No sólo evolucionan los tratamientos a los que se someten los vinos, para hacerlos más complejos y mejores, si no que cada vez más, es necesario cuidar los diseños de la botella (de borgoña en este caso) y de sus etiquetas. Además, en esta ocasión se incorporan técnicas novedosas como la tinta termo sensible en su parte frontal que dibuja una borrasca una vez que el vino ha alcanzado la temperatura óptima de consumo.
Albariño Ponte da Boga 2016 12,69 euros
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