Alejandro Suárez: "Alguien tenía que decir que el rey Google va desnudo".

  • "Google es el rey de Internet, tiene unos productos magníficos", pero está tomando caminos cuanto menos "inquietantes" y "si el rey está desnudo alguien tiene que decirlo, es un tema de responsabilidad de todos", dijo a EFE Alejandro Suarez, autor del libro "Desnudando a Google".

Ana Gamazo

Madrid, 28 ene.- "Google es el rey de Internet, tiene unos productos magníficos", pero está tomando caminos cuanto menos "inquietantes" y "si el rey está desnudo alguien tiene que decirlo, es un tema de responsabilidad de todos", dijo a EFE Alejandro Suarez, autor del libro "Desnudando a Google".

Alejandro Suarez Sánchez-Ocaña, periodista de formación y empresario de internet desde hace más de 15 años, es vicepresidente de la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet; consejero delegado de Ocio Networks y Lazer Rede de blogs en Brasil, presidente de Inversora Foley y socio y consejero de empresas como Gestiona Radio, Yes.fm o Smarty Content.

En su libro habla del poder de Google en el mercado publicitario, del control de datos, de sus prácticas monopolistas de la competencia y de los pocos impuestos que paga en Europa.

Alejandro Suarez explicó a EFE que hay muchos libros en el mercado que hablan de "los dos jóvenes románticos que conquistan el mundo creando Google", pero como conocedor de este sector y de Google con la que trabaja desde hace once años, ha comprobado que no se está hablando de los "inquietantes caminos que ha tomado Google" y se trata de "complementar estas historias".

No duda a la hora de calificar a Google como una empresa apasionante sin la que Internet no sería lo que es hoy. "Somos más felices y más productivos gracias a Google; es absolutamente imprescindible y ellos lo saben. Internet no hubiera sido ni una décima parte de lo que es sin ella".

Pero critica sus grandes proyectos como el Google Books, que con una base romántica, pretende tener el control de todo el conocimiento y ser los únicos con una licencia global de todos los libros, cuando no tienen derecho.

Señaló que Google no podía haber nacido en España en primer lugar por un tema formativo: "desde la Universidad española, no se mira ni se fomentan las actitudes de emprendimiento, Google ha nacido en la Universidad de Stanford, igual que Facebook ha nacido en la de Harvard". "En España no te orientan de esta forma".

Además, añadió, está el tamaño: "por mucho que nos guste presumir de dos o tres casos locales como Zara o Telefónica, somos un país muy pequeño por lo que aunque hay proyectos que pueden salir de españoles si quieren que tengan dimensión mundial tienen que establecerse en otros países".

"Puede haber una idea genial, dijo, pero si no está en el sitio adecuado y con el dinero adecuado no vale nada".

Destacó que aunque Google partió de la idea de dos jóvenes, Larry Page y Sergey Brin, sin el impulso financiero de Andy Bechtolsheim, cofundador de Sun Microsytems y vicepresidente de Cisco Systems, que en 1998 aportó 100.000 dólares al proyecto, este no hubiera salido adelante.

En su libro, Alejandro Suarez señala que en 2009 Google tenía una caja de 24.500 millones de dólares. El empresario español considera que "tener una caja crea unos compromisos éticos y morales y que a parte de lo que se puede hacer a nivel empresarial, hay que devolver algo a la sociedad que ha puesto en ella la confianza".

Añadió que Google tiene que devolver en forma de servicio o de otra manera la confianza depositada por los países europeos a los que "Google aporta bastante poco a nivel económico, aparte de sus magníficos servicios".

En este sentido señaló que se limita a tener oficinas comerciales con muy poca inversión y que paga muy pocos impuestos.

Se refirió a los impuestos que paga en España y dijo que "Google es una empresa fabulosa, con proyectos y servicios magníficos pero no puede estar pagando 20.000 euros en el país en un momento en el que se está aumentando y asfixiando con presión fiscal a las empresas y autónomos".

Señaló que Google, y multinacionales tecnológicas americanas como Apple o Facebook, utilizan prácticas "no ilegales pero si alegales", para tributar fuera del país la mayor parte sus ingresos.

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