No todos son perjudiciales: los alimentos procesados que sí resultan saludables

  • Aunque desde hace un tiempo hay una especie de campaña para eliminarlos de nuestra dieta, hay algunos que no deberíamos quitarlos.
Comida
Comida
Pixabay

Desde hace un tiempo, en el que hemos adoptado un estilo de alimentación más saludable, muchas personas han declarado la guerra a los procesados. Numerosas voces han clamado en los últimos meses por desterrarlos de nuestra dieta y optar preferentemente por alimentos de origen natural. De ahí que la comida ecológica y orgánica ya mueva unos 2.000 millones de euros al año en nuestro país y que cada persona gaste de media al año 36,33 euros en estos productos

Una cantidad que puede parecer baja si se compara con otros países de nuestro entorno, donde esta comida lleva presente más tiempo, pero supone un importante incremento respecto a hace solo un año. Así, en el otro lado de la balanza quedarían el 'fast food' y los productos procesados, que poco a poco se van dando de lado para apostar por opciones más saludables.

Se entiende por alimento procesado cualquiera que haya sido manipulado químicamente, con el objetivo de que cumpla con los requisitos de higiene necesarios y también para alargar su vida. Es decir, son todo lo contrario a los naturales, que se toman tal y como son en origen. De ahí la condena a los procesados, pues se entiende que todos los procesos -valga la redundancia- por los que pasa eliminan sus propiedades nutricionales.

Algo que en algunos casos es así, pero en otros no. Porque no todos los procesados son malos. En la alimentación, sobre todo en los tiempos de redes sociales en que vivimos, hay que coger las cosas con pinzas y no creerse absolutamente todo, porque "ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos". Así, estos serían los procesados que sí nos conviene comer.

Los procesados que no debes sacar de tu dieta

Así, hay una serie de productos que han sido procesados que no van a resultar perjudiciales en nuestra salud, sino más bien al revés, pues no han sido manipulados en exceso o precisamente lo han sido para que guarden sus nutrientes. Por ejemplo, entre ellos está toda la fruta desecada -higos, ciruelas, pasas...- y la que venden cortada y envasada en el supermercado. Mientras no sea en almíbar, que es cuando se le añade azúcar, la fruta no es perjudicial.

Igual sucede con la verdura en conserva, como los espárragos en bote o el tomate natural, o la que ya viene lavada, cortada y envasada, como las típicas bolsas de ensalada, espinacas o la que está en juliana para echar a la sopa. Evidentemente, siempre será mejor comprarla de la frutería en su estado natural, pero si hay que recurrir a estos productos hay que tener en cuenta que no son perjudiciales.

Tampoco pasa nada por comer la legumbre de bote que viene ya cocida, algo que es muy cómodo y potencia que comamos estos alimentos, pues ahora la mayoría vivimos sin apenas tiempo -y menos para cocinar-. Los encurtidos, como las aceitunas o pepinillos, son procesados que no resultan perjudiciales, a no ser que se abuse de ellos.

Fotografía de pasta
La pasta de harina integral no es perjudicial

El pan y la leche también son procesados, y aunque cada vez hay más mitos sobre ellos, en principio no resultan perjudiciales. En el caso del primero, es mejor que lleve la mayor cantidad de harina integral posible, y en el segundo, que esté pasteurizada -que sea desnatada o no es menos relevante, según los expertos-. Igualmente, la pasta hecha con harina integral también es recomendable, como los yogures y derivados lácteos.

Por último, uno de los procesados más recomendados por nutricionistas y expertos son los frutos secos. Nueces, almendras, avellanas o pistachos son aconsejados por sus grasas saludables y su poder saciante. Además, suponen un aporte de energía que viene muy bien antes de hacer deporte o después.

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