Arcade Fire en Madrid, una noche de música y disfrute que culminó en la calle

  • Un ring situado en el centro, toda una declaración de intenciones, al que Arcade Fire llegaron caminando entre el público.
Arcade Fire
Arcade Fire
Nerea de Bilbao

Los vídeos y las crónicas del concierto que habían dado un par de días antes en Barcelona avisaban de que Arcade Fire venían dispuestos a reventar el WiZink Center de Madrid. 

Un ring situado en el centro, toda una declaración de intenciones, al que Arcade Fire llegaron caminando entre el público dando inicio a una noche de música, baile, contacto y disfrute.

Arrancaron con el clásico de la música disco A fifth of Beethoven de Walter Murphy and the Big Apple Band (1976) para sintonizar al personal y, acto seguido, con Everything now, la canción titular de su último disco y una de las más esperadas, a la que siguió Rebellion (Lies) de su aclamado disco debut, Funeral de 2004.

Con el toque electrónico y bailable Here comes the night time, pero la épica de No cars go volvía a su pasado más rockero con alrededor de 13.000 personas coreando.

Llegaba el turno para Régine Chassagne  y la futurista Electric blue, a la que siguió Put your money on me, una de las más bailadas de la noche, Neon Bible y My body is a cage, en la que el escenario se convirtió en una impresionante  celda con  barrotes de luces.

Win Butler aprovechó para dirigirse al público con un mensaje: "Sé que no es el mejor tiempo políticamente hablando, en USA y en España podemos hacerlo mejor" antes de arrancar uno de los momentos más intensos de la noche con Keep the car running, seguida de Neighbourhood #1 (Tunnels).

Arcade Fire
Espectáculo de escenario para The Suburbs / Nerea de Bilbao

Llegó la esperada The Suburbs que sentó a Win Butler  al piano, mientras Régine le daba a la batería y el público coreaba encantado bajo unas imágenes con luces de bombillas que simulaban un antiguo cartel de sala de conciertos americana.  La siguió Ready to start que puso fin al bloque de rock para dar inicio a una gran sala de discoteca dos bolas de discoteca gigantes y Sprawl II (Mountains beyond mountains), con Règine cantando y bailando literalmente entre el público mientras el resto podían vseguir sus pasos recogidos por ella misma en las pantallas.

Siguió la fiesta con la poderosa Reflektor, que sorprendió a muchos en directo, a la que sucededieron Afterlife, Creature Comfort y Neighborhood #3 (Power out) llegando así al final del concierto propiamente dicho.

Un brevísimo descanso llevo a Win Butler entre el público cantando We don't deserve love desde un lateral de la pista mientras en las pantallas aparecía la letra.

Llegaba el anunciado fin de fiesta, y para ponerle el colofón final subieron al escenario los Preservation Hall Jazz Band de Nueva Orleans, para un 'reprise' de Everything now que cerraba así lo que habían empezado hacía dos horas desde una perspectiva totalmente diferente.

Para terminar, inevitablemente, Wake up, uno de los ya considerados himnos de Arcade Fire, coreada  por toda la concurrencia en uno de esos coros colectivos que quedan en la memoria visual y de la piel para siempre.

Y sin parar de tocar, una quincena de músicos se bajaron del escenario y se adentraron entre el público extasiado, interpretando una extensión del himno Wake up en plan orquesta jazz de Nueva Orleans caminando hacia una de las salidas acompañados por los coros de un público rendido a la victoria por K.O.

Pero se resistían a irse ante un público completamente entregado, los músicos acompañados por decenas de personas que buscan la fiesta infinita enfilaron escaleras arriba hacia la calle. Y, así acabó Arcade Fire su concierto en Madrid, acompañados por sus teloneros, Preservation Hall Jazz Band, tocando literalmente en la calle para gozo de los que estaban dentro del pabellón, que se arremolinan a su alrededor para captar el momento y seguir bailando, y pasmo de quienes pasaban por allí sin saber qué demonios estaba pasando.

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