Siete bares donde vas a poder ir de tapeo a cuerpo de rey en Zaragoza

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Zaragoza merece tantas visitas como rutas posibles. Empezando por las gastronómicas. Su mítica calle del Tubo es sólo comparable a la Laurel de Logroño, a la Pizarro de Cáceres o a la Cava Baja madrileña en lo que a tapeo se refiere, pero la oferta culinaria de capital del Ebro ocupa mucho más que una avenida.

Zaragoza es tierra de vinos, de historia, de arte y, por supuesto, de comida. De trufas y hongos, de ternasco, borrajas y tomates rosas de Barbastro. Un lugar en el que tradición y vanguardia se dan la mano para deleitarnos en forma de tabernas, bares y restaurantes que animan calles y plazas de diferentes zonas de la ciudad. Si quieres disfrutar del recetario aragonés en todo su esplendor, toma nota de estas direcciones.

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Con un primer local en la calle Estébanes y un segundo en la calle Cinegio, La Ternasca se ha hecho fuerte en poco tiempo en la popular zona del Tubo. Triunfan con el espeto y el ternasco en múltiples y sorprendentes recetas que sirven como tapas o ración, todas ellas elaboradas por Cristian Yáñez. No hay que irse sin probar las madejas y la paletilla asada en su jugo con patatas, huevos rotos y salsa picante.

La presentación de sus creaciones en miniatura nos llama la atención desde la barra. El fiambre de lengua de ternera con queso scamorza y panceta asada fue la Tapa Popular ganadora de 2015 y el chupa-chups de ternasco asado con queso de cabra y rebozado de migas de pan, una de las estrellas de la casa. Tapas de autor que sorprenden por su calidad en un ambiente moderno y festivo, o un menú degustación de cocina creativa pensado para disfrutar en su coqueto comedor. Tú eliges.

Caza Ostras es el proyecto de una española y una francesa fascinadas por la cultura de las tapas, que se unieron hace un tiempo para cumplir el sueño de abrir su propio local en pleno casco histórico de Zaragoza. Y lo consiguieron. Berta y Sylvie fusionan productos de calidad de ambos países para dar lugar a fórmulas como el ya famoso ‘pack de 3 ostras y un vino’. Las ostras son de Arcachon naturales, gratinadas o con salsas caseras, el foie mi-cuit también es hecho en casa y la degustación de quesos franceses y embutidos ibéricos de Guijuelo, imprescindible.

Este gran mercado gastronómico situado en pleno corazón de la ciudad es un buen punto de partida para disfrutar del tapeo zaragozano. Se trata de un espacio amplio y moderno con puestos fijos, en su mayoría viejos conocidos de la zona, y mesas altas para compartir. Es el caso de Doña Casta, uno de los sitios más populares de tapeo en Zaragoza gracias a las deliciosas y originales croquetas, los huevos rotos y las cazuelitas. Otro es Cervino, con buen producto de Aragón en tapas como ‘el cervinito’.

El Cantábrico, con pescados y mariscos del norte, salazones de Pinchapán, jamón de Guijuelo de Beher, arroces de Bulebar Gastro, vinoteca y cervecería con la omnipresente Ámbar, la rubia artesana local. La cocina internacional está presente con Sushi Daily, y hay espacio para la cocina mejicana, italiana, americana y hasta el dulce de leche argentino de la pastelería Baires. A la carta se puede comer en Paladú, y disponen de hasta una Gastroteca para eventos, catas o showcookings, donde organizan experiencias gastronómicas como las que recorren el centro de la ciudad acompañados por un guía.

En el número 12 de la calle Mártires se encuentra uno de los bares de tapas más veteranos de Zaragoza. Su origen se remonta a 1825 y su chef, Ricardo Gil, es conocido como el artífice de la revolución de las verduras a este lado del Ebro. Su cocina de tradición francesa siempre ha sido sinónimo de calidad y innovación. Y hoy día sigue siéndolo. En la planta baja instalaron una pastelería y en la superior un comedor que hoy presume de ser el restaurante más antiguo de España.

En la primera planta de este singular Palacio Renacentista reconvertido en tienda gourmet en la que podemos encontrar todo tipo de quesos, conservas y embutidos locales, se encuentra el restaurante Montal, donde la especialidad es la cocina de mercado con productos de primera calidad. Imprescindible reservar mesa, sobre todo si buscamos las mejores vistas a su bello patio aragonés.

El tapeo asiático también tiene su espacio en Zaragoza. Esta izakaya es una taberna al estilo japonés, como las que actualmente se encuentran en las ciudades más cosmopolitas del planeta. Son los bares en los que los nipones se reúnen después del trabajo para tomar un trago y un bocado, pero en esta, además de los sabores japoneses se dan cita recetas de Hawaii, Thailandia, o Corea. Tapeo de contraste con un toque mediterráneo que no pierde la esencia oriental, para quienes busquen algo diferente.