Cal Paradis, dónde encontrar los menús más asequibles para un estrella Michelin

  • Abrió en los 70 como un establecimiento se dio a conocer con unas paellas extraordinarias, carnes a la brasa y cocina popular propia de la tierra.
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Castellón es gastronómicamente hablando mucho más que aquel estribillo de la canción del grupo ochentero 'El Último de la Fila “...Vamos a tomar un arrocito a Castellón...”. Efectivamente, a pesar del escaso eco mediático que recibe esta provincia su cocina ligada al producto del mar y del monte es rica. Castellón mantiene una despensa propia más rica de lo que lo que la gente piensa. No hay más que darse una vuelta por el Mercat Central, ver la variedad y riqueza del producto local. Disfrutar en el Bar del mercado (que regenta la familia Bonet) del almuerzo, una comida a media mañana para comer.

En los primeros años setenta del siglo pasado en la localidad de Vall de Alba, abría un pequeño bar de carretera que pronto resultó parada obligada para todos aquellos que transitaban por la zona. El establecimiento se dio a conocer con unas paellas extraordinarias, carnes a la brasa y cocina popular propia de la tierra. Cuando llegó la hora del relevo, la familia trató de que Miguel no siguiera en el oficio, obligándole a estudiar magisterio. Pero la pasión y la vocación fueron más fuertes y acabados los estudios, se formó como cocinero y tomó las riendas del negocio familiar.

Miguel Barrera junto con su mujer Ángela Ribés fueron poco a poco construyendo un nuevo concepto que desde la cocina impulsara una nueva forma de ensalzar las recetas y los productos de la tierra. Un discurso culinario que reivindica la autenticidad de lo autóctono y que define su cocina como una de las más comprometidas con el producto de kilómetro cero y en la que el refinamiento y la elegancia de las elaboraciones que Miguel imprime en sus platos, le sitúan como la referencia de la mejor cocina de Castellón. De hecho, su restaurante ostenta desde el 2014, la única estrella Michelin de la provincia.

Pese a ser el referente en la zona a Miguel se siente a sus anchas y desde su posición mantiene una propuesta de mercado, de temporada al cien por cien, sin dejarse influenciar por corrientes y modas que confunden la esencia de la cocina de un lugar con productos y técnicas ajenas. Así, en su carta se mantienen platos tan de la tierra como Les Farinetes, una especie de gachas que Miguel realza con un lomo que ahuman sobre la marcha y que acompaña de tocino ibérico. La Olleta, otro de los ejemplos del impulso que da Miguel a la cocina local, un potaje de garbanzos, carne y morcilla, pasado por el tamiz elegante con que viste todo.

Miguel pasa por ofrecer uno de los menús más asequibles de todos los que se sirven en un restaurante con Estrella. 'El menú diario' por 35€, que incluye aperitivos, 2 entrantes y plato principal. 'El Menú Tradición' por 55€, ofrece tres entrantes ‘pequeños’ y cuatro platos principales. 'El Mercat' son 70€ y aumenta los pasos a cinco platillos de entrada y cuatro principales. 'El menú Miguel Barrera' es el superior con cinco platos pequeños y once principales por 105€.

La cocina de kilómetro cero suponen platos tan personales de Miguel como los tomates de penjar; las habitas alcachofas, con sepia, butifarra y menta. Excelentes las galeras potenciadas con algas. El pulpo de roca con papada y caldo de olleta es un gran plato. El arroz de liebre y trufa, es superior. La esencia de raya deshuesada con alcaparras está perfectamente ejecutado. La lubina, sublime y la cierva con foie y castañas exquisito. Los lomos de conejo relleno de tomate seco y trufa es un gran bocado, mientras que el lomo de cordero que se hace a las brasas resalta todo el sabor del campo.

Cal Paradis

Vilafranca 30
Vall D’Alba
Castellón

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