Si San Sebastián es la capital gastronómica, sino mundial, al menos europea; Barcelona es la otra gran referencia de la mejor restauración española. No en vano, ostenta el honroso reconocimiento de ser la ciudad con más restaurantes premiados con estrella Michelin en España. Un dato que no es sólo un reconocimiento a los establecimientos premiados, sino a todo un tejido de locales que cuidan muchísimo tanto el producto como la cocina. Cocina de vanguardia o actualizada, en definitiva frente a la que muy pocos resisten con cocina más casera, sencilla, rotunda y tradicional. Casa Alfonso resiste, es una especie en extinción.
¡Casa Alfonso es una taberna de siempre! Nacía en 1934, en la nave que hasta entonces había ocupado un antiguo almacén de curtidos. Un local que se fue tejiendo a retazos, pero con los materiales y el buen hacer al que se acostumbraba en aquella época. Así hoy, casi cien años después, la barra de mármol y el suelo hidráulico sigan apareciendo intactos. Techos altos, barra espléndida, ordenada, que viste taburetes antiguos. Enfrente la charcutería para despacho de embutidos. Al fondo, tras un gran aparador, la sala estrecha, pero cálida y con tremenda personalidad. Grandes murales, fotografías y grandes cuadros.
En pleno centro de la ciudad la taberna ha ido evolucionando y creciendo. Primero como charcutería, una de las únicas tres que existían en Barcelona en aquella época. Aún se siguen vendiendo embutidos catalanes e ibéricos de calidad indiscutibles. Después, en la década de los ochenta abrieron tímidamente la cocina. Comenzaron con una selección de platos muy reducida que fue aumentando y consolidándose con el tiempo. Aquí se hacen media docenas de croquetas, muy bien rebozadas y con la bechamel bien trabajada. Excelente, suave, pero intensa la de bacalao; buena la de morcilla y manzana, correcta la de rabo de toro.
Buenas alcachofas del Prat en temporada, excelente la butifarra de Poble de Segur y el salchichón de Vic. El jamón ibérico en tapa o ración con pan de cristal y tomate es obligatorio; en su defecto las tablas de embutidos catalanes. Bastante buena las cocas, la de roastbeef o la de pisto manchego. Marca de la casa el canelón casero trufado. Intenso el bacalla a la llauna. A la brasa elaboran la tapa de pulpo, la brocheta de dados de buey y verduritas, y la socorrida hamburguesa que aquí es de ternera de primera. Ricas las habas a la catalana con butifarra. La bodega correcta con etiquetas locales y nacionales.
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