Casa Gerardo, 75 años de un asturiano que no pierde fuelle de padres a hijos

  • Una casa de comidas escondida en una pequeña población es capaz de competir con los mejores restaurantes del mundo.
Fabes
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Cuando un establecimiento cumple 75 años de vida es porque las cinco generaciones que han estado al frente del mismo, han aportado valor a la cocina asturiana, hasta situarla en la vanguardia de la restauración en una región en la que son multitud los restaurantes en los que la buena cocina está garantizada. En esta casa Pedro Morán ha ido dando espacio a su hijo Marcos, quien ha sabido mantener el altísimo nivel que inició su abuela, Ángeles Quirós, quien marcó una época en la historia de la cocina asturiana. No en vano, Marcos afirma que “el mejor cocinero asturiano de la historia, de largo, ha sido mi abuela”.

Desde Prendes, un pequeño pueblo asturiano que no aparecería en el mapa sino fuera por la relevancia que le ha dado Casa Gerardo, una casa de comidas escondida en una pequeña población es capaz de competir con los mejores restaurantes del mundo. Un establecimiento en la que, desde una vanguardia contenida, se respeta la tradición de uno de los recetarios más ricos de nuestro país. Una vanguardia que no se encuentra tanto en el formato de sus platos como en la técnica con la que se depura y mejora cada receta. Por ejemplo, su fabada técnicamente perfecta, absolutamente desgrasada, es un ejemplo

En Casa Gerardo se observa, como en pocos sitios, la lucha entre tradición e innovación, una dualidad que aquí convive perfectamente integrada para presentar en formato actual, la cocina de siempre. Sus platos se basan en la tradición, de hecho, son platos perfectamente reconocibles; pero en ellos se emplea una técnica tan depurada, que permite afirmar que sus elaboraciones se encuentran a una distancia equidistante entre vanguardia y tradición. 75 años después de su apertura, la cocina de Casa Gerardo mantiene un estrecho nexo de unión con las salsas y fondos que dan esencia y brillantez a una cocina auténtica.

Marcos Morán se reafirma tantos años después en que su relación con la cocina, se reserva a una última intención que es la de hacer que la gente que acude a su restaurante, disfrute, se emocione y repitán. Una carta que se nutre del mejor producto asturiano y que se renueva cada temporada. De la intensidad de los productos de invierno, como el erizo, la trufa y las angulas; dejan paso a productos tan sutiles como los guisantes y preparan el camino para la cocina de potencia de los pescados azules como las sardinas y el bonito. Por su aniversario se han diseñado dos menús especiales que ahondan en la esencia asturiana.

El menú 1882 (75€) es un recorrido por lo mejor de la cocina asturiana que permite descubrir para quien no haya tenido la oportunidad de hacerlo aún, los mejores platos de la cocina de Casa Gerardo de siempre. A unos hojaldres de quesos asturianos, unos cremosos buñuelos de pitu o unas intensas y profundas croquetas de compango, o un soberbio cochinillo con chilmole; salmón, su popular cogollo a la crema con pistachos y aguacate, codorniz asada y su mítica fabada, potente y ligera a la vez. A su vez el menú Contemporáeno (125€) incluye algún paso más como el plato de ostra, caviar y apio, fresco y yodado y las cocochas con huevo y piparras, impactante.

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