Casas de muñecas, un hobby de miniaturistas que podría exhibirse en un museo

  • Rebeca Palacios.

Rebeca Palacios.

Logroño, 29 dic.- La recreación de escenas y casas de muñecas se ha convertido en un hobby que "engancha" a miniaturistas y minuciosos aficionados a las manualidades, que emplean técnicas artesanales para elaborar piezas artísticas dignas de exhibirse en un museo.

La sala de exposiciones de Ibercaja de Logroño acoge hasta el próximo 10 de enero la muestra "Casas de muñecas", organizada por el taller academia "DoDo Arts and Crafts" de la capital riojana.

Elena San Millán, es una de las doce expositoras que participan en esta muestra, en la que los visitantes pueden contemplar una treintena de trabajos, según ha detallado a Efe.

Algunos miniaturistas comienzan con esta afición con apenas nueve años, con una pequeña escena, pero este hobby engancha, y según San Millán, algunas casas han tardado hasta cinco años en completarse.

"Hay casas a las que no les falta de nada, excepto agua corriente", detalla esta aficionada, quien ha sido capaz de perder el miedo a las nuevas tecnologías y aprender informática para compartir sus trabajos a través de su blog "La casa de Elisa".

Para crear una casa el único límite es "la imaginación, o el espacio del que se disponga en el domicilio", ha detallado, aunque también se puede optar por una escena y ambientarla dentro de un marco, una jaula, una farola o una caja de vino.

En estos pequeños hogares a escala 1/12 se observan momentos de la vida cotidiana, como una mujer tejiendo, con el ovillo de lana a sus pies, o las diversas tareas domésticas, como una doncella que hace una cama.

La minuciosidad queda reflejada en cada habitación, con papeles pintados coordinados con la decoración de cada estancia, lámparas que se encienden, cuadros minúsculos, una hiedra enredada en la barandilla y vidrieras en las ventanas.

Aunque muchas de las piezas que componen estas casas se pueden adquirir en ferias o a través de internet, los miniaturistas prefieren hacerlas ellas mismas de forma artesanal y, cuando no dominan la técnica, intercambian estos elementos, ha explicado San Millán.

Así, pueden llegar a hacer minúsculas prendas de ropa interior con encaje de bolillos, tejer a ganchillo una colcha, utilizar las vainicas para realizar delicadas cortinas o echar mano de la marquetería para los muebles de la casa.

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