Distribuir de forma correcta los alimentos en la nevera es tan importante para su conservación como mantenerla a la temperatura adecuada. A menudo, y sin saberlo, nos equivocamos al colocar los productos, por ejemplo, al poner la leche en la puerta de la nevera. Los expertos no lo recomiendan, ya que es la zona menos fría y la que se somete a más cambios de temperatura. La leche y resto de lácteos, queso y huevos necesitan estar en un lugar más frío, como es la balda central.
Un error que cometemos por comodidad: colocamos más cerca los productos que más usamos. Pero esto no es lo correcto. Según un estudio de Good Housekeeping, la nevera debe estar entre 1ºC y 4ºC y la colocación correcta de los alimentos es la siguiente: la puerta es ideal para las salsas como el ketchup, productos con conservantes naturales como las mermeladas, huevo agua o zumo; en la parte superior del frigorífico, los fiambres y sobras de comidas; en la zona inferior, el pescado y la carne, ya que es la parte más fría del frigorífico; y en los cajones, los productos que se comen crudos como las frutas, las hortalizas y las verduras, para que estén aislados y no absorban otros sabores.
A simple vista y en la teoría, la organización parece sencilla, pero cuando queremos ‘meter’ en el frigorífico un carro de la compra, la situación se complica. Intentamos aprovechar cualquier resquicio para incrustar los yogures, una lechuga o los paquetes de fiambre. Solo un dato al respecto: el Informe del consumo de alimentación en España 2017 revela que, los hogares españoles tiraron ese año a la basura 1.229 millones de kilos de alimentos, de los cuales el 87,5% fueron desperdiciados sin comer ni cocinar por haberse puesto malos. Destacan las frutas, verduras y hortalizas y pan. Para evitarlo, debemos 'hacer un Marie Kondo' y ordenar la nevera con 7 productos que evitan que los alimentos terminen en la basura antes de tiempo por una mala conservación.
Un contenedor de alimentos redondo y con separadores ayuda a ordenar lo que hay dentro de la nevera. Igual que se utiliza para otras partes de la casa como la despensa, el servicio o las pinturas de los niños. En el frigorífico se puede usar para guardar la mantequilla, el queso, salsas, patés o resto de alimentos de pequeño tamaño. Al ser redondo, no hace falta rebuscar, sino simplemente girarlo para coger lo que necesites.
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Estos pequeños botes herméticos sirven para mantener la fruta siempre fresca. Si son de cristal, mejor que de plástico, y son ideales para guardar fresas, uvas, arándanos, o frambuesas, por ejemplo. Al ser estrechos, apenas molestan en las baldas de la nevera y permiten aprovechar mejor el espacio.
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¿Por qué los niños siempre cogen el yogurt que está al fondo de la nevera y dentro del cartón? Con este organizador que soporta hasta cuatro yogures griegos o de un formato similar y que se pega al lateral del frigorífico con solo dos pestañas, ya no hay que amontonar unos encima de otros para lograr espacio. Así, quedan ‘colgando’ y solo hay que tirar de ellos para que vayan saliendo uno a uno. Genial.
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Las personas más ordenadas no tienen ningún cajón de la habitación sin este tipo de separadores. Las bufandas por un lado y los guantes por otro. Aquí los relojes y allí las pulseras. En la nevera ocurre lo mismo. Lo idóneo es separar los productos de los cajones para que no se mezclen unos con otros. Una buena idea es dejar un espacio donde guardar los alimentos preferidos de los más pequeños de la casa. Solo tendrán que abrir la puerta y sabrán dónde encontrarlos. También son ideales para comidas rápidas, queso o bolsas rellenas de fruta para llevar.
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Estos contenedores tienen una función similar a la de los cajones habituales de la nevera, pero tienen la ventaja de que aprovechan mejor el espacio al estar colgados y sobresalir de la balda. Al ser transparentes permiten ver a través de ellos y gracias a las asas se sacan fácilmente, se coge el producto y se vuelve a guardar.
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Son bajos, pero bastante anchos. Así, se pueden apilar unos encima de otros y no dejan el dichoso espacio que siempre queda sin utilizar entre balda y balda. Se puede guardar prácticamente de todo, como carne, fiambre, salsas, hummus o todo tipo de envases de pequeño tamaño como mermeladas o patés. Gracias a que se cierran con la tapa, conservan los alimentos en buen estado.
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Tienes una fiesta en casa, pero la nevera está llena y no hay espacio para guardar todas las latas que has comprado para tus amigos. La mejor opción es comprar hielo para enfriar los refrescos, pero el congelador también está saturado. Con este organizador, todas los botes quedarán bien recogidos y ocuparán poco espacio. Si el recipiente se va vaciando se pueden ir colocando otros productos para rellenar espacio. Un gran idea para no volver a ver una lata rondando por el frigorífico.
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