Cormorán, la reaparición del dos estrellas Michelín Sergi Arola en Santander

  • Se concibió como un lugar para servir a los bañistas que acudían a los baños de ola del Sardinero, aunque le ha costado mantener una línea de negocio.
El equipo de Cormorán, trabajando.
El equipo de Cormorán, trabajando.
El equipo de Cormorán, trabajando.
El equipo de Cormorán, con Sergi Arola, durante un instante de trabajo.

Hubo un tiempo en que la Segunda Playa de El Sardinero en Santander, se explicaba y enmarcaba entre dos establecimientos míticos: El Hotel Chiqui en un extremo y uno de los mejores restaurantes de la ciudad: La Sardina de Plata del añorado Victor Merino. Uno de los establecimientos y puntales del imperio que forjó Merino, el empresario gastronómico más importante de los años 80. Al mismo tiempo y en la misma playa, desde siempre, desde hace más de cincuenta años, existe un local, el Cormorán, que desde la misma orilla mira directamente a las olas del Cantábrico.

El Cormorán es un palacete que se levantó en 1963 para dar servicio a los bañistas que acudían a la Segunda, por entonces una playa menos concurrida que la Primera por estar más cerca del centro de la ciudad y sobre todo porque se encontraba a los pies del Hotel Sardinero y el Gran Casino de la ciudad. Si El Cormorán se concibió como un lugar para servir a los bañistas que acudían a los baños de ola del Sardinero; pronto evolucionó ofreciendo servicios de hostelería. Por desgracia, con excepción de su primera etapa nunca ha encontrado la estabilidad necesaria para mantener una línea de negocio mucho tiempo.

Cormorán.
Bocadillo de calamares típico de Arola.

Ahora dos familias de dos hermanos que tienen varios establecimientos de restauración y de ocio en la capital cántabra, se han propuesto reabrir el emblemático El Cormorán y para ello han elegido al ‘desaparecido’ Sergi Arola; que hace un par de años decidió cerrar su restaurante con dos estrellas Michelin en Madrid, y mantener únicamente alguna colaboración en hoteles de Ibiza. Por aquello de que quien tuvo retuvo, a nadie le cabe duda de que Arola mantiene intacta su capacidad para desarrollar de nuevo sino su mejor cocina, al menos sí una propuesta suficientemente interesante como para devolver la vida a El Cormorán.

Así en este magnífico local con vistas a la Segunda Playa, la isla de Mouro y el faro, Cabo Menor y el Palacio Real de la Magdalena vuelven algunos de los clásicos de la cocina del chef catalán: Su populares patatas bravas, la ensaladilla rusa que hizo popular en sus Vicool y su tradicional bocata de calamares. Buñuelos de merluza con una salsa de vermú. Las alitas fritas kimchi y unas buenas albondigas animadas por una salsa chimichurri. Incorpora una founde con queso Tresviso de la tierra. Un steak tartar diferente que marina en soja y añade matices de wasabi.

Cormorán.
Plato que puedes degustar en Cormorán.

Además de todas estas entradas “fáciles” que forman parte de la carta perenne de Sergi, añade un par de platos principales. Una buena pieza de carne, un entrecot de lomo alto que somete a un proceso de maduración y marinado en parmentier con trufa. El otro gran plato principal es un arroz ‘senyoret’ con bogavante limpio y listo para comer sin tener que pelar ni retirar tropezones. De postre, su tarta fina de manzana muy buen o las natillas con una fina capa de galleta y canela y algo más fresco un buen y original helado de mandarina.

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