¿Cuál es la mejor habitación de hotel? Ojo con la altura, el pasillo, el turismo...

  • Lo que en un establecimiento es una ventaja, en otro puede ser un inconveniente. ¿Cómo conseguir acertar?
Hoteles para viajar con mascota
Hoteles para viajar con mascota

El verano está a la vuelta de la esquina y con él las últimas decisiones antes de disfrutar de un merecido descanso. Puede que desde el mes de febrero sepas dónde te ibas a alojar y qué días ibas a hacerlo pero aún queda una prueba de fuego para tu descanso: dónde dormirás. Reservar un hotel con meses de antelación es una de las claves básicas para asegurarte una buena estancia, además de un buen precio, y hoy te contamos cómo asegurarte de que tu habitación sea un 10 en todos los sentidos.

El dilema de la altura

En el ideario colectivo tenemos marcado a fuego que las habitaciones en los pisos más elevados son mejores. A ello contribuye que generalmente tengan vistas más despejadas de los alrededores, suelen tener menos ruido o son más luminosas, características que generalmente son positivas en prácticamente cualquier situación. Sin embargo, la altura no siempre es una ventaja en algún tipo de hoteles o en función de lo que quieras como cliente.

Un ejemplo lo podemos encontrar en función de la facilidad de acceso que quieras tener a ésta. Si eres de esos clientes inquietos que están todo el día entrando y saliendo del hotel, una habitación en un piso elevado implicará que estés buena parte del día subiendo y bajando por ascensores, lo que acaba siendo un engorro.

Por el contrario, si apuestas por una habitación en las primeras plantas tendrás el acceso a través de las escaleras más fácil. En última instancia y sin ponernos melodramáticos, o si eres algo hipocondríaco, las habitaciones en los pisos más bajos son siempre más seguras ante posibles desalojos. Evidentemente es una posibilidad remota pero puede que alguno la quiera tener en cuenta. Para Teresa Toribio, superhost de Petit Palace Hotels, “lo normal es que la planta alta sea más luminosa, tenga mejores vistas y sea menos ruidosa”.

Adiós a los ascensores

Dos son los grandes problemas que persiguen a los ascensores: tráfico y ruido de las máquinas. Aunque es raro que el ruido afecte de forma sistémica al sueño, el tráfico sí puede ser más indeseado, sobre todo cuando estamos hablando de hoteles excepcionalmente grandes o que, por su distribución, hagan confluir varios pasillos hacia la zona de ascensores. Requerimiento casi automático por parte del cliente, dejar clara en la reserva que quieres una habitación lejos de los elevadores es una forma de reducir molestias innecesarias.

¿Interior o exterior?

Generalmente los clientes demandan habitaciones exteriores, por esa sensación de amplitud y por la luminosidad que se genera, igual que en los pisos altos. Sin embargo una habitación exterior, en según qué tipo de hoteles, te deja más expuesto a la contaminación lumínica o incluso a la luz solar. Pon, por caso, un hotel en una zona turística de playa con una importante dosis de fiesta. Lo más normal será que haya luz artificial hasta altas horas de la madrugada y que genere cierto alboroto, por lo que apostar por una habitación interior para recurrir a un buen descanso es una decisión acertada. Aunque todo dependerá del tipo de plan que tú mismo tengas. “Una calle grande puede ser más ruidosa o tener más luz pero una calle pequeña puede ser más agobiante o claustrofóbica, y quizá también pueda haber menos intimidad a la hora de descorrer las cortinas”, nos cuenta Teresa.

¿Puede la luz ser un problema?

No serás el primer español que viaja al norte de Europa en verano y no puede dormir. Ten en cuenta dónde viajas antes de pedir tu tipo de habitación. En los países nórdicos o incluso en Reino Unido los amaneceres estivales se producen realmente pronto, por lo que una habitación con grandes ventanas puede convertirse en un problema porque la luz sea difícil de controlar. Asume que la oscuridad perpetua es difícil que exista y que siempre se colará algún rayo solar. Si tienes esto en cuenta y añades un antifaz a tu equipaje, la luz no te molestará y podrás gozar de una habitación completamente bañada por el sol.

Pasillos poco transitados

Todo lo que sea evitar tráfico masivo es siempre una buena solución, sobre todo en hoteles grandes o con ajetreada vida nocturna. Pocas cosas hay más ingratas que dar a la zona de ascensores o que tu puerta se convierta en una garita desde la que escuches pasar a toda la planta. Dejar claro en recepción que quieres estar alejado de las zonas de tránsito es una buena idea si lo que buscas es el máximo reposo y que tu puerta no se convierta en una autovía. Aunque puede haber algún pequeño inconveniente que más tarde te aclararemos.

El ruido, ¿un mito?

En pocos lugares encontrarás ventanas más insonorizadas que las de un hotel. Conscientes de que el descanso es el pilar fundamental de su éxito, raro será que un hotel permita que los ruidos de la calle interfieran. Si aún así te perturba el más mínimo ruido lo mejor será que acudas a una habitación en los pisos más altos. Es difícil que más allá del segundo y tercer piso haya una gran contaminación acústica en el hotel pero si quieres quedarte más tranquilo, apuesta por las alturas. Además es frecuente que en muchos hoteles de nivel exista la doble puerta, sobre todo en las habitaciones que están más cerca de las zonas de paso, por lo que cada vez es más raro que el ruido pueda perturbarte en exceso.

¿Buscas intimidad?

Si tu plan es pasar desapercibido, las habitaciones alejadas, altas y con ventanas muy alejadas del edificio de enfrente son tu salvación. Pocas cosas resultan más ingratas que descorrer las ventanas y darse cuenta de que a seis metros tienes un vecino. Este problema, más frecuente en hoteles céntricos, lo puedes solventar si apuestas por habitaciones interiores o por las de los pisos más elevados, alejándote así de posibles indiscreciones.

Rooftop, spa, piscina… Detalles que marcan una estancia

Sólo tú sabes el uso que le vas a dar a las zonas comunes del hotel y de ti depende el reducir las distancias a ellas. Evidentemente si tu intención es ser un asiduo a la piscina del ático será recomendable que no busques una habitación muy lejos de ella. Si por el contrario eres más carne de spa, que suelen estar en la planta baja o en los sótanos, lo conveniente es que no te alejes mucho de esa zona. El restaurante también puede marcar parte de tus preferencias dentro del alojamiento y si recurres a una pensión completa, estar cerca de él puede ser un plus para ahorrarte paseos.

¿Cama doble o cama separada?

Por regla general, las habitaciones que anuncian cama doble son más caras que las que tienen dos camas individuales. Sin embargo, hay hoteles en los que ambos precios son iguales. Aquí ya entran tus pretensiones y la comodidad que quieras tener. Raro es que un cliente prefiera dos camas antes que una cama de mayor tamaño pero hay de todo. En este caso te recomendamos que lo dejes claro en la petición de habitación.

¿Ducha o bañera?

El cliente occidental suele apostar por habitaciones con ducha, mientras que el asiático tiende hacia la bañera. Dos formas de ver la vida que pueden trastocar parte de tus planes. Lo normal es que en haya una de las dos opciones en las estancias más básicas, pudiéndote encontrar las dos opciones en las habitaciones más prémium. Sin embargo, siempre puedes dejar claro que cuál es tu preferencia antes del check in. Por cierto, no te extrañe que veas en portales de búsqueda o en hoteles bien anunciado el formato “ducha tipo lluvia”, es una de las demandas más frecuentes de los clientes y un motivo que puede decantar la balanza entre un alojamiento u otro.

Fíate del recepcionista y del servicio de concierge

Ellos saben mejor que nadie cuáles son las mejores habitaciones del hotel, incluso entre algunas de la misma categoría. Dejar claro en la reserva que quieres una “buena habitación” es una especie de salvoconducto para ahorrarse disgustos. Por ejemplo, a priori alojarse en una estancia que esté al final del pasillo, como te hemos comentado antes, suele ser una buena opción. Sin embargo, esta solución a veces no es la mejor porque puede estar cerca del office o del cuarto de la gobernanta, por lo que será frecuente el trajín de camareras y carros. Un detalle que debes tener en cuenta si eres de los clientes que acostumbra a apurar las horas de descanso.

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