De ruta (y vinos) por las Rías Baixas

  • Empezamos en el Monasterio de Armenteira donde se dice que los primeros monjes cistercienses del siglo XIII, plantaron las primeras uvas albariñas.
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Galicia atrae, atrapa y engancha. Como en aquel anuncio televisivo, una vez que lo has probado, no puedes ir sólo una vez. Cuando conoces sus pescados y mariscos, sus bodegas y sus vinos, sus paisajes de extraordinaria belleza, sus campos verdes, las costas abruptas en donde el mar rompe con furia, y las zonas más tranquilas y amables de las cuencas fluviales en cuyas laderas crecen viñedos de uva albariño cuya vendimia heroica exige descolgarse hasta llegar a las parras, casi y del mismo modo a como lo hace un percebeiro.

Las Rias Baixas son tierras que hace honor a su nombre y su perfil próximo al mar y a las cuencas fluviales del río Miño y el Sil; obliga a las cepas de uva albariño, que son las dominantes en esta zona; son las primeras que reciben las tormentas y las precipitaciones que entran con cada borrasca desde el Atlántico para barrer como un abanico toda la península. Cuando se acerca el verano, las condiciones climáticas cambian radicalmente para hacerse secas y cálidas, produciendo este contraste uno de los mejores vinos de España.

Si iniciamos la ruta desde el Monasterio de Armenteira, en Meins, donde se dice que los primeros monjes cistercienses que poblaron la zona en el siglo XIII, plantaron las primeras cepas de uva albariña. Desde aquí recorremos un paisaje plagado de horreos, esas pequeñas construcciones para guardar el grano; los pazos históricos,edificios emblemáticos. Nos acercamos hasta la Ría de Arousa famosa por sus granjas marinas en cuyas bateas ancladas en la profundidad de sus aguas frías, se reproducen los mariscos más apreciados del mundo.

A la hora del aperitivo en A Casa de Miguel, puede disfrutar de un buen surtido de tapas que cambia cada día. Para comer, les recomendamos el restaurante del televisivo Yayo Daporta, un menú Michelin compuesto de dos primeros platos, un segundo y postre, por sólo 45€. Tras un paseo por la zona, nos podemos acercar hasta la población de Carril, para tomar sus extraordinarias almejas.Y en Meaño, encontramos Quinta de San Amaro, un hotel con mucho encanto donde además de unas vistas inmejorables, habitaciones con encanto y un restaurante en el que tomar un buen arroz caldoso de pescado, puro sabor.

En Cambados podemos reservar una habitación en el Pazo de Bazán, del Siglo XVII, hoy reconvertido en Parador Nacional. En su restaurante podemos probar una estupenda empanada de berberechos, buen marisco y un lenguado al albariño. El invierno es una época señalada para visitar esta región, ya que es en este momento del año cuando florecen las camelias más bonitas del mundo. Santa Mariña de Dozo, un cementerio fascinante en el que a todos nos gustaría descansar algún día.

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