Escaladores y "robos de bollos" protagonizan el popular Festival Cheung Chau

  • Hong Kong celebra este fin de semana su anual Festival de Cheung Chau, en el que el principal atractivo es la frenética escalada por una torre de 14 metros cubierta por un millar de bollos, para deleite del creciente número de turistas que participa en esta actividad.

Isabel Fueyo

Hong Kong, 29 abr.- Hong Kong celebra este fin de semana su anual Festival de Cheung Chau, en el que el principal atractivo es la frenética escalada por una torre de 14 metros cubierta por un millar de bollos, para deleite del creciente número de turistas que participa en esta actividad.

En tan sólo tres minutos, nueve hombres y tres mujeres, seleccionados de una lista de 200, escalaron la torre en la isla de Cheung Chau, cuyo festival se ha convertido en un gran escaparate de la cultura tradicional china y en 2011 fue incluido en la lista de patrimonio cultural nacional.

Como cada año, a medianoche de ayer, sábado, coincidiendo con el octavo día del cuarto mes del calendario lunar, la escalada a la torre de bollos puso el broche final a este encuentro festivo que logra duplicar con creces la población de la isla.

"De los 30.000 habitantes de Cheung Chau, pasamos a acoger a unas 70.000 personas durante estas fechas", explicó a Efe Eric Ho, presidente del festival.

La tradición de subirse a la torre y tratar de recoger los bollos situados más arriba, porque según dicen son los que traen más suerte, viene desarrollándose desde hace cien años.

En 1978, no obstante, el colapso de esta torre causó decenas de heridos, lo que interrumpió la tradición durante 27 años hasta que se restableció en 2005, con limitación de participantes y mayores medidas de seguridad.

Pasada la medianoche, efigies de papel que representan al rey de los fantasmas son quemadas y grandes palos de incienso se encienden, mientras que los locales se reparten los bollos cosechados por los escaladores.

Se trata del sello central de este festival, que durante una semana entretiene con rituales taoístas, música, desfiles, ópera cantonesa, danzas del león y bailes de dragones, mientras que sus habitantes dejan de comer carne durante tres días para honrar a su dios.

Muchos de ellos trabajan en tener listos los miles de bollos blancos con el sello rojo que simbolizan el producto gastronómico estrella de este festival.

Todo sucede en torno a la plaza del principal templo taoísta de la isla, Pak Tai, que lleva el nombre de su dios protector, donde instalan cuatro torres de bollos (tres de 20 metros y otra de 14, en la que se celebra el concurso de escalada).

El propio Ho lleva formando parte de estas celebraciones desde hace más de treinta años: "Ésta es una fiesta en la que participa de forma activa toda la población, desde niños a ancianos", y por esa importancia de unión de generaciones "muchos padres tratan de que sus hijos hereden estas tradiciones", contó.

La historia de este festival se remonta a la dinastía Qing, a finales del siglo XVIII, cuando Cheung Chau, que significa "isla larga" en cantonés, fue devastada por una plaga traída por piratas.

Para protegerse, sus habitantes instalaron un altar de sacrificios para orar al dios del agua y el espíritu del norte, Pak Tai, con el fin de que ahuyentara a los malos espíritus.

Desde entonces, los residentes han venido organizando este festival para expresar su agradecimiento al dios por su protección, explicó Ho.

Más de 200 años después, Cheung Chau sigue siendo una isla de pescadores, pese a encontrarse a sólo 20 minutos en barco de los rascacielos de Hong Kong, una de las ciudad más cosmopolitas del mundo.

Y Pak Tai sigue siendo su divinidad más venerada, ya que se le atribuyen poderes para hacer que los barcos de pesca tengan buen viento en popa y mejores capturas.

Mostrar comentarios