Las mil caras de la espinaca, verdura con el mejor embajador del mundo: Popeye

  • Estas hojas verdes, cargadas de nutrientes, pueden convertirse en plato principal o en entrante sin renunciar a su intenso sabor.
Espinacas, una verdura sabrosa y versátil
Espinacas, una verdura sabrosa y versátil

Las espinacas, tan sabrosas como denostadas en la infancia, han tenido uno de los mejores embajadores del mundo para colarse en millones de hogares. Desde los años 30, el célebre Popeye, el Marino, basaba su prodigiosa fuerza en botes repletos de esta verdura, a la que durante años la leyenda urbana la ha cargado el mantra de ser una gran fuente de hierro, que el tiempo se encargó de demostrar que no, al menos no de la manera en la que muchos habíamos creído que así era.

Si bien es cierto que las espinacas tienen una importante dosis de hierro por cada 100 gramos, aproximadamente 2,7 mg (que representarían el 22% de nuestro requerimiento diario), la realidad es que es difícil de asimilar por parte de nuestro organismo, por lo que hay otras alternativas como lentejas, garbanzos o coles que no tienen este problema. Desbancado este mito, no hay necesidad de crucificar a la espinaca, que presume de otras virtudes en la báscula y que no debe faltar en nuestro día a día, sobre todo durante la primavera, época en la que gana presencia en fresco.

Acostumbrados a verla en los arcones de congelados del supermercado, la espinaca vive su punto álgido de la temporada entre los meses de marzo y mayo, fecha en la que podremos encontrarla con asiduidad en los comercios sin necesidad de que las bajas temperaturas las conserven.

Su presencia en Europa, donde se ha asentado con fuerza, se debe a la importación que los árabes hicieron a partir del siglo XI, siendo la península ibérica la puerta de entrada de este vegetal, oriundo de la antigua Persia. Pronto no tardaría en afincarse en las huertas de Centroeuropa, donde encuentra un clima idóneo para su cultivo –ya que no tolera especialmente el calor intenso-, razón por la que la primavera y el otoño son sus mejores épocas.

Ensalada en crudo con espinaca, pollo y granada
Ensalada en crudo con espinaca, pollo y granada

Holanda, Alemania y Estados Unidos son países en los que ha arraigado con fuerza, siendo una hortaliza muy presente en las cocinas de estas regiones, aunque en nuestro país también tenemos una fuerte presencia de las espinacas en los recetarios clásicos. Acompañante verde del bacalao y del garbanzo en los famosos potajes de vigilia, la espinaca es la reina de la huerta durante la Cuaresma, a la que aportaba una fuerte dosis de vitaminas, característica muy necesaria cuando se realizan ciertos ayunos.

Riquísima en Vitamina K –útil para el mantenimiento óseo- (483 μg se encuentran presentes en 100 gramos de producto), o lo que es lo mismo, una dosis capaz de cubrir el 460% del consumo diario recomendado de esta vitamina; o en vitamina C -28.1 mg por 100g- y vitamina B9, también llamada ácido fólico, del que aporta un 49 % de la cantidad diaria recomendada con sólo 100 gramos de producto, la hacen un componente fácil de consumir –en fresco y en cocinado- dentro de nuestra dieta.

La mejor opción en este caso es saborear sus delicadas hojas en ensaladas, aprovechando al máximo sus virtudes nutricionales. Para ello sólo habrá que lavar a conciencia cada tallo, liberándolo así de la arenilla que pueda tener, y prescindiendo de las que estén algo mustias. El tallo, si no es demasiado fibroso, también se puede consumir dentro de la ensalada para aportar textura.

Presente también en el mencionado potaje, la espinaca es una buena aliada para desgrasar caldos o guisos demasiado espesos en los que la parte animal sea la protagonista. Útil en cualquier plato que incluya legumbres, es particularmente buena cuando la acompañamos de judías o el propio garbanzo, sin necesidad de añadir calorías extra al plato y sazonándolo con un poco de aceite y sal.

Un zumo 'verde', a base de espinaca
Un zumo 'verde', a base de espinaca

Versátil, tanto como para ser protagonista en cremas o como para ser algo más densa, si la relacionamos con la bechamel, la espinaca es una verdura todoterreno que admite por igual salteados, rebozados o recetas al horno. Con un fuego intenso pero corto, se convierte en una buena guarnición para pescados y carnes, donde sólo habría que añadir un poco de ajo para dotar de mayor presencia al conjunto. En este caso lo mejor es no dejarlas demasiado tiempo en la sartén, ya que se marchitarán y soltarán demasiada agua, perdiéndose así parte de su carácter crocante cuando se consume en fresco.

En el horno la podemos encontrar elaborando quiches y hojaldres, combinando muy bien con el queso, con el huevo o con el jamón cocido, aportando color, sabor y aligerando el conjunto. Del mismo modo la podemos hacer protagonista del plato, añadiéndole unas pocas patatas y haciendo un gratén que no tiene por qué ser excesivamente graso.

Además, debido a su intenso color, puede utilizarse como salsa tras ser cocida y triturada. Un ejemplo de ello es utilizarla como un pesto diferente, añadiendo algo de aceite y un fruto seco para darle cuerpo, y que podrá ser compañía ideal de pastas, tanto cortas como largas.

También, gracias a sus múltiples usos, se relaciona bien con el huevo tanto en tortillas como en revuelto, por lo que es fácil adaptarla sin necesidad de romperse mucho la cabeza. Incluso en los últimos años la estamos viendo como protagonista de algunos licuados ‘verdes’, en los que otras frutas y hortalizas como manzanas, coles o apios la acompañan en vitamínicos preparados con los que disfrutar de su sabor en crudo.

Mostrar comentarios