Expertos en Propiedad Intelectual quieren jueces flexibles y leyes sencillas

  • Expertos en Propiedad Intelectual que se reunieron hoy en Madrid para debatir sobre el tema en una jornada organizada por el Centro de Estudios Garrigues llegaron a la conclusión de que España necesita jueces más flexibles, similares a los británicos, y leyes sencillas que se puedan cumplir.

Madrid, 27 jun.- Expertos en Propiedad Intelectual que se reunieron hoy en Madrid para debatir sobre el tema en una jornada organizada por el Centro de Estudios Garrigues llegaron a la conclusión de que España necesita jueces más flexibles, similares a los británicos, y leyes sencillas que se puedan cumplir.

"El funcionamiento de los tribunales es muy importante en el tema de la propiedad intelectual", ha considerado Carolina Pina, socia de la firma Garrigues experta en Propiedad Intelectual, que moderó el debate "Retos y oportunidades de la propiedad intelectual en la era digital".

En su opinión, España podría aprender del sistema británico una tutela judicial "efectiva" y una mayor flexibilidad para apoyar la innovación y el crecimiento.

"Los tribunales ingleses tienen un pragmatismo económico mayor del que tienen los españoles; los jueces ingleses aplican la ley, pero trascienden para saber las implicaciones económicas que va a tener su decisión, mientras los españoles, muchas veces, se quedan en excesivos formalismos que dificultan la tutela del derecho", ha dicho.

"Por eso -afirma-, no es un tema solo de cambiar las leyes, sino de la falta de tutela efectiva, que se produce, por un lado por las dilaciones que tienen los procedimientos judiciales y por otro porque en España hay una serie de trabas, como el derecho a la privacidad, y otros, que acaban formando una tormenta perfecta, en lugar de ayudar al ciudadano".

Esta experta se pronunció así tras escuchar la ponencia del asesor del primer ministro británico, David Cameron, en materia de propiedad intelectual y profesor universitario Ian Hargreaves, autor de un informe que lleva su nombre con un decálogo de recomendaciones que él asegura que, de cumplirse, impulsaría el crecimiento de su país hasta un 0,6% del PIB, unos 5.000 millones de libras (5,8 millones de euros).

Hargreaves comenzó su discurso mostrándose conocedor de la "oposición fiera" que había en España y en otras partes del mundo a las leyes de Propiedad Intelectual.

Cuando Cameron le encargó estudiar la situación de los derechos de autor en el Reino Unido, el profesor comprendió "enseguida" que había que cambiar muchas cosas, pero "no se podía ser demasiado ambicioso" con la solución, porque otros intentos habían fracasado por el volumen inmanejable de propuestas.

Así, presentó un decálogo de recomendaciones para la elaboración de un nuevo marco normativo con asuntos tan básicos como incentivar a los creadores de contenidos y apoyarlos en la protección de sus derechos, garantizar una seguridad jurídica con límites claros y concienciar a los más jóvenes sobre el valor de la propiedad intelectual.

Un marco normativo que sería "flexible en la eliminación de barreras; moderno para hacer frente a los desafíos de las tecnologías actuales y futuras, y sólido para asegurar la existencia de incentivos adecuados para los creadores y tutelares de derechos".

A esto sumó una propuesta de licencias transterritoriales que faciliten los trámites y cubran las necesidades básicas de un mercado único europeo y un marco legislativo que controle las llamadas "obras huérfanas".

La consejera delegada de Random House Mondadori, Nuria Cabut, y el responsable de BRB Internacional Carlos Biern, junto al escritor Antonio Muñoz Molina, también opinaron en esta mesa redonda, donde coincidieron en algunos aspectos, como que las tecnologías son la solución, y no el problema; que hay que pensar en el público de 2023 y que hay que acabar, como sea, con la cultura del todo gratis.

Para Cabut, esta es la necesidad más urgente: "Pido a juristas y políticos que encontremos la manera de que esta situación cambie".

Biern, acostumbrado a reconvertir la actividad de su empresa de animación, que existe desde hace 40 años, insistió en que "se puede usar la tecnología para favorecer al creador".

"Hay un desconocimiento absoluto por parte de los creadores de las herramientas que se pueden usar para sacar un beneficio económico", afirmó, y recomendó "miras más amplias: estamos -dijo- ante un cambio de modelo".

Muñoz Molina, que hizo un desarrollo casi filosófico de la situación, concluyó que "en este país, paradójicamente tan rico en patrimonio y con un lenguaje universal, hay muy poco respeto tanto público, como institucional, como legal, por esa fuente de riqueza" que es su enorme patrimonio.

Mostrar comentarios