A los dos mejores bistró de Madrid les sale una nueva competencia: Sacha

  • Junto a Viridiana y La Tasquita de Enfrente, son los tres grandes de Madrid que no debe perderse nadie.
sacha
sacha

El término francés ‘bistrot’ que, en el país vecino se utiliza para rotular un determinado tipo de restaurantes de barrio, pequeñas casas de comidas con encanto y raíces culinarias locales. Sin embargo, a este lado de los Pirineos, su uso se ha vanalizado y generalizado sin fundamento, prostituyendo su significado. Muy pocos son los establecimientos que responden a tal definición, y de entre todos ellos, Sacha, es su máximo exponente. De hecho, podría competir y superar a cualquiera de los que encontramos en los alrededores de la Plaza Des Vogues, en París.

El encanto de Sacha, la calidad de su cocina, la personalidad irresistible de su chef y propietario, y una bodega generosa y bien estructurada; le hacen un imprescindible en Madrid, por encima incluso de restaurantes más afamados y laureados. Basta ver como desfilan por su puerta los grandes cocineros españoles y extranjeros que visitan Madrid. Es la primera opción, la primera cocina que eligen cuando aterrizan en Barajas. Y es que Sacha Hormaechea es heredero de la tradición que iniciaron sus padres, cuando pasábamos de una España en blanco y negro a una más luminosa y en color, allá por 1975.

Pocos locales en nuestro país tienen la personalidad de Sacha. Dueño y transformador de una tradición culinaria que enriquece con la cuidada y refinada versión que nuestro protagonista interpreta recetas tan nuestras como una casi extinguida sopa de ajo, su tradicional y a la vez rompedora tortilla vaga de setas y la controlada intensidad de la de chorizo; puntazos de sabor destellantes en la boca. Sus alcachofas delicadas, casi sedosas, pero con una profundidad de sabor y nitidez asombrosas. El punto siempre brillante y fresco de su afamado ‘steak tartar’ y la profundidad casi abisal de su tuétano con filetes, un plato de sabor visceral.

Sacha es un restaurante que sobrepasa sus propias dimensiones físicas. Un comedor tan apretado en invierno pero desahogado en verano con una magnífica terraza, y una cocina de tan reducido tamaño, que parece mágica. Un reino imposible, de cuyos fogones salen platos sobresalientes y siempre al mismo nivel. La falsa lasaña de txangurro define la cocina de Sacha casi mejor que cualquier otro plato: Intensidad de sabores y la cuidada suavidad y equilibrio con que integra la pasta para no distraer de su verdadera razón de ser. Los magníficos berberechos, enriquecidos por un paso sutil, apenas perceptible por la sartén.

La experiencia en la Botillería y Fogón Sacha es sobresaliente en cualquier momento del año. Si en invierno el encanto acogedor de su comedor y en verano la sombra recogida de una terraza tranquila; le hacen un lugar único; en otoño la cocina de Sacha se vuelve irrepetible por el aroma de las setas y hongos que emborrachan cualquier paladar. Sus patatas con níscalos, un plato sencillo y extraordinario al tiempo, es contundente, rico y sabroso. Un plato lleno de verdad, ingredientes sencillos potenciados entre si.

Sacha

 Calle Juan Hurtado de Mendoza 11
Madrid

Mostrar comentarios