Aürt, una propuesta que suena a estrella Michelin en Hilton Diagonal Mar

Dar el salto a la gran ciudad pero con cabeza y con el objetivo muy claro: exotismo de proximidad. Así define Artur Martínez la propuesta con la que aterriza en Barcelona, poniéndose al frente del nuevo proyecto gastronómico del hotel Hilton Diagonal Mar. Aquí se encargará de los dos espacios culinarios del hotel, que han sido remodelados para alojar la nueva oferta del recinto.

Después de cerrar en 2017 su estrella Michelin –conseguida en 2010-, el restaurante Capritx, un negocio familiar al que dotó de nuevos aires, convirtiéndolo en una mezcla de vanguardia y tradición, Artur ha volcado sus nuevas miras en Barcelona pero apostando por un concepto renovado, que además traslada a las cocinas de un gran hotel. Establecerse allí no ha sido casualidad, sino fruto de un consenso buscado en el que el chef quería alejarse del epicentro barcelonés y un ambiente dinámico como el que ofrece la cocina de la hotelería.

Aquí será responsable de dos propuestas bien diferenciadas, aunque mantendrán los mismos hilos conductores que Artur Martínez ha mantenido como base de su concepción culinaria desde que saliera de la Escuela Joviat de Manresa. Allí adquirió los conocimientos de la teoría, pero la práctica había sido inoculada en Capritx, fundado por sus abuelos en 1952, y donde se anclan los orígenes del chef.

Con este equipaje, el cocinero de Tarrasa se asienta en la Ciudad Condal, asimilando nuevos conceptos y evolucionando su cocina hacia una forma de entenderla más personal. Así se entiende Aürt, que combina sabores tradicionales que han acompañado a este cocinero durante toda su vida con inspiraciones japonesas pero, como él lo llama, “materialización mediterránea”.

De Japón coge, además de algunas formas de preparar los alimentos, la devoción por que el chef esté presente durante los servicios. Razón por la que son sólo 15 las plazas de las que se dispone en este espacio gastronómico, al estilo de los restaurantes tokiotas con reseña Michelin, en el que el chef siempre es parte crucial del desarrollo de los menús, evitando así perder ese carácter personalista.

Dos mesas compartidas, en las que se disponen los comensales, y una cocina vista son el escenario sobre el que Artur Martínez dispone su visión cosmopolita y viajera de una cocina, a la que añade dejes tradicionales, que es capaz de conquistar a los diversos paladares que se suceden en el hotel, caracterizado por una fuerte presencia de turistas internacionales.

Asequible para lo que es el estándar barcelonés de alta cocina, con un menú degustación de 89 euros, Artur sirve platos los puerros con mahonesa de jengibre, la caballa curada con migas o el pie de ternera a la Perigourdine de rape, que forman parte de los 16 pases con los que obsequia a los comensales. Ello se redondea con la carta de vinos, creada para tal fin, que incluye más de 150 referencias que fluctúan entre caldos nacionales y etiquetas extranjeras, rasgo necesario en hoteles donde tantas nacionalidades conviven.

La otra apuesta, más informal, ha sido bautizada como MA´I, que está abierta durante todo el día y se divide en tres áreas distintas, consagradas casi por completo a la bebida. Aquí se encuentra la zona de infusiones, la de fermentados y la de destilados, con las que se rinde culto a la presencia de la bebida en los hoteles de lujo, oferta diferenciadora para una experiencia completa.

Allí también ha creado una oferta gastronómica, plena de identidad territorial, en la que cobra valor la cocina tradicional catalana pero con añadidos internacionales. Todo ello gestado con ingrediente local, sirviendo los salones del Hilton Diagonal Mar como embajada gastronómica de lo catalán, que sirva como cabeza de puente para que el viajero se enamore aún más de esta concepción culinaria.

Ofrece también productos de pequeños productores, tapas y charcutería local, con la que redondear una forma de entender la gastronomía muy mediterránea, en la que el picoteo y las raciones pueden coexistir con platos más elaborados. A ellos les dedica también Artur Martinez un capítulo en MA'I, variando cartas en función de la temporada pero también de la inspiración del día a día, dejando la puerta abierta a platos fuera de carta que aparecerán con fruición por este diáfano y luminoso espacio.