Caltravé, una de las grandes casas de comidas en dirección a Barcelona

  • Se abrió hace décadas como un lugar en el que se paraba a reponer fuerzas. Una antigua casa de comidas, que excede mucho la categoría en la que nació.
Imagen del restaurante Caltravé.
Imagen del restaurante Caltravé.
Imagen del restaurante Caltravé.
Imagen del restaurante Caltravé. / web restaurante Caltravé

Hay lugares insospechados que se descubren casi por casualidad. Un encuentro cuya realidad no se había siquiera imaginado, produce más satisfacción que cuando se confirman experiencias contrastadas por el resto. Llegar a un sitio del que nadie hubiera hablado, llegar a ciegas, sin pistas sobre su cocina, permite disfrutar más y mejor que ninguna recomendación. Aunque el sentido de los viajes se ha prostituido, porque la mayoría sólo contempla el destino; un viaje es la experiencia que se vive en el camino. Conducir por la antigua carretera nacional a Barcelona, permite descubrir lugares como Caltravé.

Caltraé se abrió hace décadas como una fonda de carretera en la que los viajantes paraban a reponer fuerzas. Una antigua casa de comidas, que ha excedido en mucho la categoría en la nació como restaurante de carretera. En pura justicia, el control que ejercen sobre la calidad del producto con el que trabajan, les desmarca de la carretera y les posiciona como un establecimiento de categoría. La mayor parte de los ingredientes que utilizan en la cocina, son de cosecha propia. Verduras y hortalizas de su propio huerto; aceite elaborado de sus propios olivos y un vino con Denominación de Origen, constituyen una experiencia magnífica.

Si los viajes se plantearan para disfrutar del camino como un fin en sí mismo, sin la obligación, ficticia y auto impuesta de tener que devorar kilómetros para llegar a destino, impelidos por el azote de un reloj que va consumiendo los minutos, constante e invariablemente; podríamos disfrutar de los paisajes del camino, y descubrir tantas otras joyas como Caltrave. Viajando por la antigua carretera nacional camino de Barcelona, al acercarse la hora de comer, si han logrado liberarse de las ataduras del tiempo, desvíense hacia un pueblo de nombre evocador: Solibella. Allí, a la entrada del pueblo, a mano izquierda encontrarán Caltravé.

Caltravé es la historia de una familia dedicada en cuerpo y alma a la gastronomía, con un concepto que no se limita a dar de comer, sino que es mucho más amplio. Dar de comer, sí; pero habiendo cuidado la procedencia de prácticamente todos los productos e ingredientes que se sirven en la mesa. Josep Mª y Mª Carmen se despiertan a primera hora de la mañana para elaborar, amasar, fermentar y hornear el pan de cada día: Pan pyés, chapata, oliva, cebolla, nueces y pasas, cereales e incluso de sobrasada. Antonio acude al huerto para recoger aquellas verduras y hortalizas que estén en su punto óptimo de maduración.

En la cocina Joan Carles, el repostero, comienza a preparar los postres, caseros, que sirven para concluir una gran comida. Cuando se empezó a poner de moda el concepto de cocina de cercanía, de kilómetro cero; en Caltravé esto había sido parte de su filosofía y de su propuesta desde el principio, su razón de ser mucho antes de que se instaurase como una corriente de moda. Josep, Rosa y Monste elaboran una cocina eminentemente catalana a partir única y exclusivamente de los productos que da la tierra en cada temporada del año. Mari Carmen, alimenta la brasa con olivo, sarmientos, almendro y naranjo dando gran protagonismo a la carne.

Pruebe sus tomates con un toque de sal y su propio AOVE; el carpaccio de higos con micuit casero; los caracoles a la llauna; la coca con cebolla caramelizada y queso o el suculento arroz con conejo a la cazuela. Todos estos platos son de sobresaliente. Magnífico el steak tartar; de matricula el canelón de careta trufado. Es obligatorio pedir cualquiera de las piezas de carne que se elaboran a la brasa, todas ellas de una factura excelente: Las manitas de cerdo, el magret, el teclado de chuleta y el entrecot de buey. Iincluso el atún a la brasa (una de las pocas excepciones al producto Km 0). La mezcla de maderas en la parrilla da unos matices sorprendentes.

De los postres: Los buñuelos, los ravioli de limón, el milhojas, el soufle de chocolate o el culant de avellana y frambuesa, son para ganar un campeonato. Antonio, el sumelier, le aconsejará los vinos y cavas de una bodega propia, Sanstravé con DO Conca de Barberà y de la que no conozco ningún otro restaurante pueda presumir como lo hacen aquí. Vinos que nacen de viñedos en la Finca Gasset, de 25 Ha, en la zona más elevada de Solibella. Tierra arcillosa que da la potencia y el cuerpo necesario a los tintos y elegancia y limpieza a los blancos. Vinos que no solo se pueden disfrutar en Caltravé, sino que a precio de bodega, se pueden comprar y llevar a casa junto con su buen aceite de oliva.

Restaurante caltravé

Crta D’artesa 56, Solibella, Tarragona

https://sanstrave.com/es/c/restaurante-bodega-casa-rural-vinos-y-cavas-19

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