De todos es conocido que la Guía Michelin es la referencia que señala los mejores restaurantes de cada localidad, otorgándoles una, dos, o tres estrellas, según sean establecimientos interesantes, los mejores en su categoría o que este merezca realizar un viaje sólo para probar su cocina. El tema es que aunque son siempre restaurantes excepcionales, en un gran porcentaje la factura excede los posibles de la mayoría. Lo que no sabe muchos es que la Guía Roja tiene una categoría llamada Bib Gourmand que indica aquellas cocinas cuya relación calidad-precio es imbatible. Cañabota es un Bib Gourmand.
Nuestro gran Ferrán Adriá solía poner como ejemplo de innovación una carnicería en Perú que para incrementar su negocio decidió montar una pequeña cocina y unas mesas para preparar las piezas de carne que vendía en el mostrador y mantener el local abierto como restaurante una vez que debía cerrar como carnicería. Ejemplos similares en España hay unos cuantos y Cañabota es un negocio con doble cara. Por un lado es una pescadería donde se vende pescado del Atlántico de muchos quilates y por otro, un restaurante donde disfrutar del mejor pescado de la ciudad.
Cerca de Las Setas, junto a Los Panaderos, encontramos Cañabote una original pescadería-restaurante. Un mostrador que luce orgulloso un producto fascinante: pescados y mariscos sobresalientes. Una decoración disruptiva y una cocina en la que destaca una parrilla de carbón que con mucho oficio gestionan Marcos y Rafa. Una barra de sushi en contraposición a las tradicionales barras sevillanas y, unas mesas altas que niegan la tradición local de tapear de pie y que desde hace tiempo otros locales como La Azotea se han encargado de ir arrinconando para dejar paso a disfrutar de la gastronomía de un modo más reposado.
En Cañabota hacen cocina del mar, pero sin estridencias ni moderneces que distraigan la buenísima calidad de la materia prima. De las entradas, destacamos sus mejillones a la brasa, fresquísimos y deliciosos. Las sardinas marinadas que acompañan con mermelada de tomate, sobre una rodaja de pan, es un gran bocado y típico del lugar. La ostra a la parrilla aderezada con mantequilla tostada previamente, es diferente, pero muy rica.
Su gran mostrador se nutre de pescados que adquieren en las lonjas gaditanas de Barbate y Chipiona, principalmente. Meros y lubinas, pargos y urtas entre otros pescados; junto a cigalas y carabineros, langostinos y gambas. Las cocciones del pescado son medidas y acaban el pescado en su justo punto. La tapa de corvina a la plancha con trompetas de la muerte, excelente. Papas, huevos y chocos, un plato popular que aquí bordan. La parpatana, ese corte tan característica del atún, aquí la preparan del abadejo y el resultado es más que sobresaliente. Los chipirones rellenos, al nivel de los mejores que hemos probado en el norte.
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