Clandestí una propuesta original y fresca en la isla de Palma de Mallorca

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A estas alturas es irrelevante poner en valor las maravillas de una tierra como Mallorca a la que cualquier ciudadano europeo con posibles acude a pasar no ya sus vacaciones, sino largas temporadas, incluso fijan su residencia estable en la isla ¡Por algo será! Y efectivamente más allá de la belleza de sus calas y playas, de sus paisajes plagados de pinares que llegan hasta el mar, sus pueblos, algunos de ellos del interior a la sombra de la Sierra de la Tramontana, se respira calma y tranquilidad. Si a todo ello, le añadimos la calidad de una gastronomía cada vez más interesante, el valor de Mallorca sigue cotizando al alza.

Además de un puñado de restaurantes con estrellas Michelin, en la isla existen propuestas gastronómicas absolutamente frescas y diferentes como la que lleva ofreciendo Santi Taura que llena el local a diario con una de las listas de espera más largas de toda España. Clandestí es una de las propuestas más novedosas, frescas y originales, no sólo porque haya sido una de las últimas en llegar, sino porque su planteamiento, su cocina y su fórmula, son diferentes, originales, tienen chispa y lo más importante, el punto de su cocina es más que notable. Por cierto, Pau Navarro se formó entre otros junto a Santi.

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Pau y Ariadna reciben al público a ‘Puerta Gayola’. Ellos dos solos, se sitúan delante de la docena de comensales que ocupan la mesa corrida, o más bien la barra, a lo largo de la cual actúan al unísono, cocinan delante de sus clientes. Como un ‘mago de cerca’ se muestran virtuosos para cocinar con ritmo, a la vista del comensal, ahuman los pescados, asan en el horno-parrilla japonés Kamado, redondean fondos con los que suben de tono el sabor de cada plato. La experiencia la completan la simpatía de Ariadna y la amabilidad de Pau, la música cañí, rockera o melódica que suena para acompañar y marcar las fases de la cena.

Ariadna y Pau, acuden al mercado de Pere Garau, a los puestos de confianza donde compran a diario para hacerse con los buenos productos locales con los que después conforman un menú que el cliente desconoce tanto en la extensión como por supuesto, el contenido del mismo. Un menú compuesto por diez platos a un precio de 60€, incluyendo el agua, es más que razonable si atendemos a la calidad de lo ofrecido y lo comparamos con los precios de cualquier garito con un servicio regular y cocina con ínfulas. Ariadna y Pau ofrecen una cocina de producto local, sencillo, muy bien tratado y en recetas populares actualizadas.

Un gesto al que no estarán acostumbrados y que les sorprenderá gratamente es el recibimiento y el saludo personal de todo el equipo. Una vez sentados en su amplísima y más que cómoda barra, empieza el espectáculo. Embutidos y salazones propios de la mejor culinaria mallorquina. Un hígado de rape que elaboran en un abrir y cerrar de ojos y cuyo resultado es sorprendente y sobresaliente. Una ostra con cerveza Guiness muy fresca. Productos del campo, como el conejo que preparan en un guiso formidable y lleno de sabor. De la granja el cerdo ‘negre’ mallorquín, el pato e incluso una deliciosa pechuga de paloma. Un menú notable.