El mejor whisky del mundo se hace en barrica española

  • Las mejores destilerías de whisky escocés buscan la codiciada y escasa madera de roble español.
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Escocia es el país, el territorio del whisky. En las llamadas High Lands, las tierras altas, un paisaje salvaje, indómito, bañado por el río Spey, reúne algunas de las mejores bodegas de whisky del mundo. Hay dos factores principales por los que un whisky llega a ser grande, el silencio y la oscuridad de sus bodegas por un lado y las barricas de roble español que se utilizan en el envejecimiento y que logran dar unos matices de color y aromas únicos al whisky. El tamaño de los alambiques influye también en la densidad y sabor. Cuanto más pequeño, menos sabor y mayor densidad y al revés.

Sólo el whisky que permanece tras haber ‘pagado el tributo a los ángeles’ se utiliza para filtrado y obtención del mejor whisky posible. El reposo en barricas de Jerez añade matices cítricos, a chocolate, frutos secos y especias que han cedido previamente los vinos olorosos de Jerez. Stuart MacPherson, Master of Wood de The Macallan, afirmando que "la calidad de un whisky depende de la calidad de las barricas de roble. Todos los 'single malts' adquieren el 100% de su color de la madera de la barrica de manera natural y sin colorantes de ningún tipo".

Por ello, las mejores destilerías de whisky escocés buscan la codiciada y escasa madera de roble español con la que construir los toneles que después de haber contenido los olorosos vinos de Jerez, insuflarán el alma al ansiado whisky escocés. Y esa relación directa entre Jerez y el whisky es el que probablemente sedujo a Equipo Navazos, un grupo, un equipo, un binomio. Sólo dos personas: Eduardo Ojeda y Jesús Barquín; pero con la fuerza y pasión que ha logrado canalizar y devolver la posición que los vinos del marco de Jerez habían perdido y que merecen por la evidente hondura de sus vinos.

No sólo han sido el motor que ha relanzado y puesto en valor el vino de Jerez, sino que desde 2005 han ido evolucionando, adquiriendo el preciado líquido de botas (barricas) que reposaban, casi olvidadas en bodegas del Marco de Jerez, para producir unos vinazos de altura, primero para consumo propio y de amigos, y después extenderlo a un mayor grupo de consumidores y aficionados.

Para identificar cada bota las han ido numerando consecutivamente. Así, y de la misma forma que las ediciones 64, que produjeron brandy y, la 65, de la que elaboraron ron, la número 66, Bota de Malt Whisky, proviene íntegramente de cebada malteada, cultivada y destilada en Castilla y con reposo de doce años , de los cuales los últimos siete se hicieron en una única bota que procedía de una bodega jerezana que había contenido vino oloroso, seco y viejo, de excelente calidad.

De hecho, obtuvieron un whisky único e irrepetible, ya que la bota utilizada se vació completamente para esta saca. De todas formas, el haber conseguido que en su primera incursión en el mundo del whisky, se les haya nombrado y reconocido, por el New York Times, como el mejor whisky del mundo de fuera de Escocia; por un lado les obliga a mantener el proyecto y volver a elaborar un gran whisky y por otro les asegura que con la experiencia adquirida, sus próximos destilados vuelvan a estar entre los mejores del mundo.

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