El tabasco, la auténtica chispa de la vida, cumple 150 años entre nosotros

  • Una salsa que, como los mejores perfumes se vende en botella pequeña de 60 ml. Unas gotas de su esencia son suficientes para dar su toque.
El tabasco se ha convertido en un complemento habitual de nuestras comidas.
El tabasco se ha convertido en un complemento habitual de nuestras comidas.
El tabasco se ha convertido en un complemento habitual de nuestras comidas.
El tabasco se ha convertido en un complemento habitual de nuestras comidas.

La salsa de tomate Ketchup, la sopa de cangrejo Campbel, la salsa Perrins, la soja Kikkoman, son productos y marcas que han alcanzado la perfección al asimilar su marca al producto. Incluso el gazpacho, ¿Existe alguno que no sea Alvalle? Cuando una marca se convierte en genérico y define un producto, es que ha alcanzado el cielo. Las marcas anteriores están en esa línea, pero aún mantienen alguna competencia. Tabasco es una marca y un producto, un genérico, sin igual. Una salsa que, como los mejores perfumes se vende en botella pequeña de 60 ml. Unas gotas de su esencia son suficientes para dar tono a cualquier plato o bebida.

McIlhenny, es el apellido del creador de esta salsa de chile rojo. También aparece en la etiqueta de la botella, pero queda eclipsado por el nombre de la salsa creado hace ya ciento cincuenta años. Fue en 1868 cuando McIlhenny dio por fin con la receta que andaba buscando, con los ingredientes apropiados y empleados en su justo porcentaje. Tres son los ingredientes que conforman la receta del Tabasco. Principalmente pulpa de chile rojo que debe macerar durante tres años en barriles de roble blanco americano, a los que se añade una vez finalizado este proceso vinagre y sal.

Probablemente esta receta no pudo nacer en otra parte del mundo que en una localidad cercana a Nueva Orleans, una zona de Estados Unidos en la que la potencia de la cocina ‘Cajun’ había acostumbrado a los paladares de sus gentes a buscar emociones aún más fuertes. Casi treinta años antes de lanzar al mercado su producto, McIlhenny, que era banquero, plantó semillas originales de tabasco mejicano. La Guerra de Secesión obligó a la familia a huir a tierras más seguras, y a su regreso, ya finalizada la guerra, comprobó como las semillas que había plantado años antes, eran plantas cargadas de fruto.

Nuestros paladares, menos acostumbrados a los picantes que los de otras latitudes, consideran unas gotas de tabasco condimento más que suficiente para animar cualquier bocado. Sin embargo, el tabasco no entra ni de lejos en la categoría de los más picantes. La escala Scoville Heats Units, que clasifica la cantidad de capsaicina de los pimientos, el responsable de estimular las membranas mucosas, le asigna apenas entre dos a cinco mil unidades. El mismo nivel que nuestros pimientos de Padrón. El chile poblano lo multiplica por 4 y la pimienta roja por 6. Si tenemos en cuenta que hay pimientos que van de uno a tres millones de unidades ¡Larga vida al Tabasco!

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