Eslava, tapas y buena cocina a la sombra del Gran Poder en Sevilla

  • Lugar donde tapas evolucionaba hacia bocados que iban más allá de la simple rebanada de pan sobre la que se colocaba una u otra porción de embutido.
Eslava
Eslava
Eslava

Hay zonas de Sevilla que cuando cae la noche tienen un embrujo especial, la plaza de Santa Cruz, que da nombre a un barrio inigualable en España, pasear al lado de los restos de la muralla, recorrer callejuelas de Triana de cuyos bares se escapan ecos de quejios, cante y acordes de alguna guitarra que acompañan unas palmas; y por supuesto llegar a los pies de la torre de San Lorenzo con el Cristo del Gran Poder a un lado y Eslava al otro. Un bar, un restaurante que nació en los 80 hacia dentro en un local estrecho y hondo y que acabó prolongándose hacia el exterior con la terraza que luce bajo la Torre.

Eslava es una de las paradas tradicionales de la capital sevillana por la calidad y originalidad de sus tapas. La clave de su éxito es haber sido uno de los primeros locales de la ciudad en entender cómo en otras latitudes de nuestro país el concepto de tapas evolucionaba hacia bocados que iban más allá de la simple rebanada de pan sobre la que se colocaba una u otra porción de embutido. Sin duda su paso por Francia, cuna de Rosa, mujer de Sixto, y el hecho de que sus inicios comenzarán en nuestro país vecino, influyó en que supieran entender la evolución de la cocina.

Así, su éxito inmediato vino gracias a que a su llegada a Sevilla fueran capaces de acertar y adelantarse al resto, al proponer tapas de mucho nivel, elaboradas, pero que mantenían la tradición, conceptuales en algunos casos, pero con toda la esencia de su raíz, eran fácilmente identificables y sobre todo, tras ese primer efecto sorpresa para el público de esa época, el sabor acababa rindiendo al más prosaico. De su carta no han faltado algunas de sus tapas más deseadas, la yema sobre bizcochito de boletus, su espléndido salmorejo o su untuosa carrillera ibérica.

Como en todo establecimiento tradicional, idea y concepto que no han querido abandonar nunca, existe una pizarra de esas en la que se sigue escribiendo con tiza y que destaca sobre las paredes azules, lisas, de tono pastel del establecimiento. Sobre esta pizarra se anotan las nuevas tapas que cada temporada y más especialmente las que cambian cada día según recojan tal o cual producto de su propio huerto ecológico. Tapas con firma, como la premiada y reconocida emulsión de quesos, pan de tomate, anchoas y aceitunas de Aljarafe; conviven con sus tradicionales y ricas croquetas caseras.

Una tapa de toda la vida, las costillas de cerdo glaseadas con miel de romero, impecables siempre, conviven con las vieiras sobre cama de alga y fideos de Kataifi. En la parte de atrás, si recorren la barra estrecha y alargada, hay un pequeño comedor, de unas pocas mesas en las que se puede disfrutar con pausa de la rica cocina de Eslava. Producto de temporada, verduras ecológicas y carnes excelentes completan una carta escueta pero cuidada donde se cuidan con mimo las elaboraciones para que todo esté en su punto. Con el tiempo acomodaron unas habitaciones muy confortables en el piso de arriba, para visitantes esporádicos que deseen pernoctar al cobijo del Jesús del Gran Poder.

Eslava

 C/ Eslava 3, Sevilla

Mostrar comentarios