La caseta de bombas ofrece la mejor carne ecológica de Cantabria

  • Pero no solo... una carta demasiado extensa (a nuestro juicio), ofrece muy ricas almejas, una correcta ensaladilla...
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Siempre hemos dicho que en el norte se come bien, cocina de calidad, de inmejorable producto, de raciones abundantes y a buenos precios. Pero, Santander, Cantabria en general, se encontraba a la sombra de esos dos grandes monstruos de la gastronomía nacional: La vasca y la asturiana. Tal vez las cocinas regionales más valoradas de todas. Y si es cierto que los grandes templos de la cocina del norte se encontraban en Guipúzcoa y Vizcaya, estos encontraban su alter ego en Asturias. Cantabria ha comenzado a despuntar gastronómicamente gracias a chefs como Jesús Sánchez de El Cenador de Amos.

Pero Cantabria impulsa su cocina no sólo de la mano de grandes chefs con reconocimiento Michelin (ya son seis) sino que, lo que es más importante, grupos empresariales sólidos que empujan la cocina de la región tanto en Santander como en Madrid y a un ritmo y con un resultado mucho más contundente que el de sus vecinos.

Así, a los cuatro restaurantes que Paco Quiros y Carlos Crespo (Cañadío), han abierto en Madrid; se suman los del Grupo Deluz y Cia, de los hermanos Lucía y Carlos Zamora, que cuentan ya con una decena de restaurantes entre la capital cántabra y la madrileña, además de otros proyectos como la cooperativa cárnica Siete Valles.

Lucía y Carlos, junto con su madre la fotógrafa María Gorbeña, han formado un grupo empresarial cuya filosofía de trabajo va más allá de la que cabria entender de un proyecto de restauración, ya que todos ellos son un ejemplo de integración e igualdad de condiciones para todo tipo de personas, edades y procedencias ¡Todo un ejemplo! Aunque el núcleo del proyecto lo forman María y sus dos hijos, de todos ellos participan la arquitecta Mercedes Sebrango, el también fotógrafo Pablo Zamora y los chefs que dan consistencia a la cocina: Fausto Alonso, Inma Ruiz, David Muñoz Zaira Gómez, María Ruiz, Pablo Sanz y Raquel Mijares.

Una de las características del grupo es la de abrir locales con una fuerte personalidad y en muchos casos dando una nueva oportunidad a lugares emblemáticos de la ciudad de Santander. Sirva como ejemplo Deluz, un chalet imponente en pleno Sardinero o Días de Sur, amplio local de carácter viajero donde ocho cocineros de distintas procedencias que hacen cocina del mundo y una de las mejores rabas de toda la ciudad. Hay que mencionar también El Machi, un local que forma parte de la historia de la ciudad, y ahora La Caseta de Bombas que ocupa el espacio de la antigua caseta donde se alojaban las bombas que achicaban el agua del dique de Gamazo, junto a Puerto Chico.

La Caseta de Bombas es un asador de carne y pescado, de la mejor carne ecológica de Cantabria que, compran de la cooperativa Siete Valles de Montaña (otro de los proyectos del grupo) cuyo objetivo es proteger y defender a los ganaderos de la región para que mantengan su ganado en las montañas de la región. Ofrecen excepcionales cortes de carne: solomillo, chuleta o entrecot. Buen pescado de la zona adquirido cada día en la lonja de Santander y una carta demasiado extensa (a nuestro juicio), en la que ofrecen muy ricas almejas marinera, una correcta ensaladilla o un buen salpicón para preceder al plato principal.

La Caseta de Bombas

C/ Gamazo
Santander

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