El fenómeno de concentración gastronómico que ejerce Madrid sobre la mayor parte de chefs, cocineros y empresarios de hostelería, por situar un local en la capital; se debe en parte al dinamismo de la ciudad, una urbe que sale y gasta mucho más que el resto, porque aglutina la mayor población del país y por los millones de turistas que visitan la capital cada año. En la capital también se produce la concentración de bares y restaurantes en zonas concretas de la ciudad tal y como ocurre en las pequeñas ciudades. Ponzano reúne multitud de locales, y estos siete son los que debe conocer.
Ponzano (Ponzano 12)
Una auténtica casa de comidas, el local menos moderno, pero más auténtico de la calle. Paco García, su dueño, se acerca prácticamente cada día a MercaMadrid a comprar y seleccionar el mejor producto en sus proveedores de confianza. Son famosos sus bocartes (boquerones) a la bilbaína con ajitos y cayena, los escabeches, los guisos de cuchara como el cocido que sirven cada miércoles y que pasa por ser uno de los mejores. Sus cortes de carne como la chuleta de rubia gallega que prepara a la brasa es otro de los imprescindibles.
99 Sushi Bar (Ponzano 99)
99 Sushi Bar, fue la segunda apuesta del Grupo Bambú, tras la apertura de su primer local en la calle La Salud. Fue la razón del cambio de nombre de la enseña del 19 al 99. Aunque este local no tiene el atractivo del que abrieron en el hotel Eurobuilding, su cocina de base mantiene la calidad y fiabilidad que se observa en todos los establecimientos de la cadena. Excelente la ventresca de toro (atún), y soberbia la tempura de langostinos tigre. El tartar de chicharro y de atún, impecables. Los niguiris y makis prácticamente de cualquier tipo, son absolutamente recomendables.
La Máquina (Ponzano 39)
El grupo La Máquina ha conocido un resurgir que le ha impulsado a abrir más locales bajo la misma enseña con gran éxito. Este de la calle Ponzano se abrió hace un lustro con una propuesta de buen producto y raciones de cocina sencillas, pero muy bien resueltas. Excelentes las albondiguitas de ternera de calidad -muy bien formadas manteniendo la carne esponjosa-. Buena la ensaladilla rusa y la salsa marinera de las almejas. Su fabada con compango es rica y ligera. Correcto el arroz a banda y para disfrutar los huevos (camperos) estrellados con patatas.
Sala de Despiece (Ponzano 11)
Sala de Despiece es uno de las creaciones del mallorquín Javier Bonet, creador de conceptos, mantiene en Madrid uno de los establecimientos más originales. Desde el nombre hasta su decoración de estilo industrial, desde su barra de aluminio, al lleno que tantos años detrás sigue registrando; desde el producto impecable a una elaboración sencilla, pero muy lograda. El producto es el núcleo del discurso de este local. En su carta se detalla de donde proviene cada uno y con qué ingredientes complementarios completan cada plato. Sus tomates que varían su origen en cada época del año, las navajas o el lomo bajo de buey y el queso majorero para acabar la fiesta.
El Doble (Ponzano 37)
Una de las cervecerías tradicionales de Madrid posee en esta calle dos locales, nosotros nos decantamos por el local más pequeño, el que casi hace esquina con la calle Ríos Rosas. Es uno de los establecimientos en los que disfrutar del aperitivo. Acompañar los dobles de cerveza - estupendamente servidos- de gildas, conservas de calidad, patatas fritas. Boquerones en vinagre más económicos y gambas de Huelva, para darse un homenaje antes de la comida es otro de sus fuertes.
Picsa (Ponzano 76)
La pizzería del grupo Sudestada ofrece una de las mejores pizzas de la ciudad. El horno de piedra que se alimenta de madera de encina, es el típico de las panaderías tradicionales. De aperitivo, y mientras espera que las pizzas se horneen, pruebe el vitelo tonato. Pizzas tradicionales u Old School como la calabresa, ligeramente picantes, o las de nuevo cuño o de New School, como la de papada de cerdo ibérico y alcachofas o la de pato e higos son muy recomendables.
De Atún (Ponzano 59)
Un establecimiento enfocado al atún como producto estrella, presentado y elaborado en múltiples formas y presentaciones, cortes, texturas y técnicas. Un restaurante monotemático cuyo producto principal merece una propuesta como la que preparan en este local. La carta es corta y desigual. Destacar el tomatun, una tabla con finísimas lonchas de atún, aderezados con tomate trufado y salsa teriyaki. La tosta de tartar con trufa y muselina de wasabi, notable. Los huevos fritos con atún picante resultan extraordinarios, pero se acompañan de patata confitada a la que se le podría dar una vuelta. Muy bueno el tataki y el trío que incluye la trilogía de los tres cortes: sashimi, tarta y tataki.
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