Nakeima, el sorprendente éxito de una fórmula única

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Sí, es cierto que al final lo que mueve al éxito de un restaurante es su cocina. Una propuesta de platos que, en una corriente cada vez más uniforme, sea capaz de sorprender al comensal, de mantener la chispa de lo inesperado, de que, con cada bocado sigamos experimentando sensaciones placenteras y diferenciales. El acceso y el tipo y estilo de cocina nos recuerda a StreetXO. En ambos se entra tras riguroso orden de llegada y previa cola que puede demorarse hasta una hora. Y eso, sólo funciona si la cocina es más que notable.

Por Daniel Camiroaga

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El hecho de que tres años después de su apertura siga disfrutando de un indudable éxito, que demuestra el público que a diario hace cola antes de las 20h para recoger turno, dice mucho de lo que se ofrece en este pequeño, diminuto local. Con puntualidad británica a las 20.30 se da turno para el servicio que comienza una hora después. Una fórmula de acceso que en principio parece tan incómoda, sigue funcionando porque la experiencia tras la espera merece la pena.

Nakeima es un local de cocina asiática, de estilo más o menos libre, que oficia con una flexibilidad absoluta. Algo que se traduce en una cocina casi improvisada, de pura inmediatez, elaborada prácticamente sobre la marcha. Una propuesta de platos que se escribe sobre una pizarra, sirve de guión para entender el discurso gastronómico, fresco y resuelto de este local. Después, lo mejor es montar el menú dejándose llevar por el consejo acertado de quien le tome nota. Su estilo libre permite confeccionar un menú personalizado en función de los gustos, apetencias y ganas de gastar del comensal.

A pesar de que no somos muy partidarios de los baos que tan poco aportan al relleno, salvo el que su aburrida neutralidad deja al descubierto todos los sabores y matices que tiene que transmitir el relleno, y por eso probablemente tienen éxito; aquí sirven unos extraordinarios bao de pollo y langostinos con salsa de ibéricos, un bocado tan del sudeste asiático, y tan sabroso. El de chipirones en su tinta es exquisito. Los shumai, esa versión abierta del dimsun, rellenos de papada ibérica y salsa son absolutamente recomendables ¿Del resto? Déjense aconsejar, lo disfrutarán.