O’Gato Negro en Santiago de Compostela, la mejor cocina popular de siempre

  • Hacer el camino nunca pasa de moda, y la ciudad que marca su final dispone de una gran oferta gastronómica.
Catedral Santiago
Catedral Santiago
Pixabay
Catedral Santiago
La catedral de Santiago de Compostela / Pixabay

Santiago está de moda, una moda de al menos una década en la que todos, creyentes y menos fervorosos enfilan rumbo a la capital gallega con ánimos renovados para completar el Camino que les lleve desde la frontera francesa o desde cualquiera de sus ciudades de origen. Ese reto de caminar 20 a 30 kilómetros diarios con el objetivo de llegar un día a la plaza del Obradoiro se nutre del auténtico viaje que cada uno realiza al interior de sí mismo y de saber que un día aparecerá ante sus ojos y entre la bruma, las agujas de la catedral y una ciudad de piedra y blasones de hospederías y restaurantes como O’Gato en los que confortar el cuerpo. 

Frente a la majestuosidad de una plaza única en las que sus edificios ocupan dimensiones extraordinarias, las perspectivas y su profundidad de campo sorprenden y los volúmenes sencillos del Parador y del Ayuntamiento contrastan con el virtuosismo arquitectónico y escultórico del Pórtico de la Gloria; existe otro Santiago que se camina por estrechas callejuelas empedradas ocupadas por cientos de establecimientos en los que reponerse del largo Camino con Ribeiro y vinos de uva godello; con raciones de lacón, de pulpo a feira, de empanadas, mejillones y navajas.

La densidad de locales donde aplacar la sed y el hambre en Santiago de Compostela es infinito. Entre el Mercado de Abastos y la Catedral, prácticamente todas las puertas que se abren a uno y otro lado de la calle son restaurantes. Si por una vez dejamos de lado los dos mejores restaurantes de la ciudad: Marcelo y Abastos 2.0; y buscamos una cocina popular, anclada en las recetas de siempre, de raciones generosas, de sabores nítidos, de los platos que han representado la mejor cocina gallega de siempre. Entre las callejuelas que salen de un costado de la Catedral se encuentra casi desde siempre O’Gato Negro.

Allá por la primera década del siglo pasado, Manolo abría esta taberna que comparte muros con los de la catedral. Desde entonces es de los primeros establecimientos que se llenan, con lo cual y si quieren disfrutar de sus especialidades deben apresurarse. Un local de dimensiones muy reducidas, oculto casi como una gruta, nada más traspasar el dintel de la puerta se respira autenticidad y humedad, calor y alegría. Grandes barriles y típicos tazones para beber vino de Ribeiro, un marisco excelente y suculentos quesos que llaman del país para comer sin medida.

Los chocos en su tinta en una de sus especialidades más señaladas y demandas. Textura de pura mantequilla y gran sabor son su reclamo. Excelente el caldo con grelos, de los pimientos a la sartén, de extraordinarias centollas o chupar conchas de mejillones, zamburiñas y berberechos, apresúrense para ser de los primeros. Si es así, Pili y Manolo les acomodaran en una de sus mesas y les aconsejaran y guiaran para empezar con la mejor empanada posible, que Verónica amasa cada mañana y rellena de xoubas, raxo e incluso lamprea. Todas extraordinarias.

'O GATO negro

¿Cómo llegar?

Calle Raiña, Santiago de Compostela

Mostrar comentarios