Restaurante Trigo, un Estrella Michelin que puedes disfrutar por menos de 50€

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Valladolid, es tierra castellana, austera y sencilla, es tierra de grandes extensiones de pastos y de cultivos extensivos. Es tierra de hornos y asados, pero también de parrillas y verduras, de los mejores espárragos (Tudela de Duero) y de impecables lechazos de raza churra. Es tierra de magníficos vinos tintos de Ribera del Duero, de amables rosados de Cigales y de afinados blancos en Rueda. Tras esta adusta mirada con la que Castilla y Valladolid se refleja en nuestro imaginario, su gastronomía ha evolucionado para convertir sus barras en altares de tapeo y lograr estrellas Michelin a precios tan ajustados como el restaurante Trigo.

Refectorio, La Botica y Baluarte conforman junto a Trigo, el poker de estrellas Michelin que sitúan a la capital vallisoletana entre las ciudades de gastronomía más brillante. Si la oferta de tapas, impulsada por el Campeonato Nacional que se celebra por estas fechas cada año es de las más atractivas de España; la propuesta de restauración que asienta sus bases sobre el recetario tradicional castellano se muestra en plenitud en la interpretación que de su culinaria hacen en estos cuatro grandes restaurantes.

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Abierto hace once años, tuvieron que pasar diez para que la Guía Roja confirmará lo que parecía evidente para todo el mundo y especialmente para el público que cada día acude a Trigo. La labor abnegada de Victor Martín en la cocina y un eficaz equipo en sala comandado por Noemí Martínez, su mujer; han logrado alcanzar la excelencia que parece ratificar la entrada en el Olimpo de la cocina con la estrella concedida el año pasado. Victor Martín es un cocinero de profunda formación, obtenida junto a Santi Santamaría primero en Can Fabes y después en Santceloni.

Una sala que bien podría suscribir casi cualquier establecimiento castellano. Sencillo pero con clase. Un gran ventanal que deja pasar la luz que ilumina los paneles de madera de sus paredes y unas mesas bien vestidas en tonos apagados, de elegantes blancos y grises. Un gran mural con elementos alusivos a la cocina más sencilla pero también más rica. Un huevo frito a la sartén que destaca como uno de los básicos de la cocina. Una carta muy corta habla de la claridad de ideas de Victor. Todo está muy estudiado y su propuesta se limita a aquellos productos que se encuentran en su punto idóneo y a aquellas recetas que realmente domina.

Entre los primeros, un plato icónico como la paella, se convierte en un sandwich de arroz socarrat que cubre con un fino velo de ibérico que aporta sabor y texura. Una excelente ensalada, muy fresca y con intensidad marina, de buey de mar con tomate de verdad. El steak tartar bien aliñado, con una intensidad proporcionada. Sobresalientes los salmonetes y en los clásicos castellanos, un lomo de lechal, impecable. Tierno, jugoso y sabroso. El menú degustación Festival por 50€, incluye 5 aperitivos, 3 entrantes, un pescado, carne y postre ¿Alguien da más? Pues sí, Victor ofrece un menú por 40€: 4 entrantes, pescado o carne, queso y postre.