Siete estrellas gastronómicas que lucen en grandes museos de todo el mundo

La alta gastronomía busca provocar las mismas sensaciones de admiración y bienestar que para los sentidos despiertan el resto de las artes en el hombre. La cocina no es sino una manifestación artística, efímera, pero muchas veces tan intensa como cualquiera de las Artes Clásicas. Y ¿qué es el arte Sino una recreación estética de la realidad que toca con especial fuerza alguno de los sentidos? La alta gastronomía ejerce una especial influencia en la vista, el tacto, el olfato y el sabor... pocas otras manifestaciones humanas son capaces de provocar las mismas reacciones.

Ser capaz de aunar y compartir arte y gastronomía en un mismo espacio es tal vez la manifestación más sublime para los cinco sentidos. Les presentamos algunos de los mejores museos del mundo que son ejemplo de haber sabido combinar arte y gastronomía.

Rijks en el Rijksmuseum, en Ámsterdam

Ámsterdam es una de las ciudades europeas con más encanto por esa combinación de canales, que la han llevado a denominarse la Venecia del norte, por el carácter abierto e integrador de sus gentes; porque es tierra de la que procede la Pintura Flamenca, una de las mejores escuelas pictóricas de siempre y en el Rijks Museum se muestran algunas de sus más bellas representaciones. Rijks, el restaurante con una estrella Michelin mantiene la esencia y el discurso del museo que cuenta la historia de Holanda. Calidad, fineza y autenticidad trasladada a la cocina.

El chef Joris Bijdendijk trabaja con los ingredientes y sabores que han definido la cocina local, incluso con las influencias que a lo largo de los siglos han recibido de otras culturas y cocinas. El Rijks, cuenta con un bar en el que parar a tomar algo, y un restaurante en el que se ofrece un menú de mediodía de 3 platos por 37,50€, una buena oportunidad para probar la cocina de Bijdendiik.

Nerua en el Guggenheim, en Bilbao

Tal vez el Guggenheim de Bilbao es la construcción moderna más impactante. Cuando la luz del sol o la que desprenden los focos que alumbran las placas de titanio las líneas curvas de su fachadas se convierten en una de las obras más singulares jamás hechas por el hombre. En su interior el chef Josean Alija, oficia en el restaurante Nerua que toma el nombra del nombre en latín de la ría de la que adquiere su personalidad Bilbao. Su menú de 5 productos, a base de Lasaña de Tomate,Ostra en salsa negra, Merluza frita, carré de Cordero y Aguacate, helado y café; son una muestra de la gran cocina vasca.

L’Imbuto en el Centro de Arte Contemporáneo, en Lucca

Lucca es una de las ciudades más bellas y singulares de toda Italia. Una ciudad amurallada, con una plaza mayor edificada sobre el antiguo anfiteatro romano le infieren una atmósfera tan diferente a cualquier otra que la hacen especial. El Centro de Arte Contemporáneo es una muestra conceptual y artística, un punto efervescente del pulso de la ciudad que rompe y contrasta con los siglos de autenticidad clásica con los que se viste Lucca.

Cristiano Tomei, el chef de L’Imbuto, es la mejor opción imaginable para ejecutar una cocina hasta cierto punto irreverentemente moderna y actual cuyo menú de cinco platos (50€) pretende provocar, sacar al comensal de su zona de confort culinario para devolverle finalmente a un estado de satisfacción pleno.

The Modern en el MOMA en Nueva York

Nueva York, la capital del mundo o mejor dicho el centro desde donde irradian modas que crean tendencia en el mundo. Si Nueva York es la ciudad a imitar por el resto de urbes en el mundo, el MOMA ha sido desde siempre la joya de la corona en la que se refleja y recoge la mejor colección de arte moderno del planeta.

Abram Bissell ha logrado desde 2005 dos estrellas Michelin. The Modern es un restaurante con tres espacios exclusivos: El comedor en el que disfrutar de un menú cerrado, un bar animado en el que comer a la carta, y una mesa en la misma cocina en la que probar la esencia de la cocina de estilo americano del restaurante.

Odette en la National Gallery de Singapur

Singapur es una de las joyas de la corona del sudeste asiático, un país modélico y uno de los mejores gestionados del mundo por una clase política elegida entre los próceres del país que con mano firme pero evidente acierto han situado este pequeño país en uno de los más prósperos del mundo. Si el perfil arquitectónico de la ciudad ha logrado ser uno de los más característicos del cinturón del Pacífico, la National Gallery no tiene igual en la zona.

Julien Royer, un joven chef inspirado por su abuela Odette, quien le enseñó como trasmitir emociones desde la sencilla desnudez de los alimentos e ingredientes más sencillos.

Julien rinde tributo a sus orígenes a través de una cocina de estilo francés debidamente actualizada y en la que el aprecio y el mimo por los grandes productos del mundo es su máxima. Desde las vieiras de Hokkaido, los quesos que trae de Francia o las aves que encuentra en granjas locales.

Bonhams en Bonhams, en Londres

Probablemente a la mayoría el nombre de Bonhams no les diga mucho, pero si uno es aficionado al arte y a las subastas, les suene más. Bonhams no es un museo aunque por sus salas pasen algunas de las más fascinantes obras de arte del mundo. Bonhams es una de las casas de subastas más prestigiosas del mundo junto a Sotheby`s. En el exclusivo barrio de Mayfair, uno puede optar sólo por tomar un café o una copa de vino seleccionada por el Master of Wine Richard Harvey; o disfrutar de la cocina de Tom Kemble (licenciado en arte) que elabora una cocina intuitiva de grandes resultados.

Platos como vierias en sashimi, espárragos de la Provenza entre los primeros y una exquisita pieza de solomillo de ciervo o una trucha estilo Cornick. De postres, una buena tabla de quesos franceses, una bien ejecutada isla flotante o una panacotta italiana.

Hangar 7, en Salzburgo

No es un museo al uso, al menos, si por museo entendemos un espacio en el que se exhiben cuadros y esculturas. Hangar 7 se ubica en un ala (nunca mejor dicho) del aeropuerto de Salzburgo. Es territorio Red Bull, el espacio en el que su fundador restaura, expone y vuela la colección más fantástica de aviones que surcaron el cielo en la época de la II Guerra Mundial. Es territorio ‘Flying Bulls’, un centro en el que se exhiben alrededor de una docena de auténticas joyas aeronáuticas listas para volar.

El espacio cuenta con dos espacios dedicados a la gastronomía, uno en el que se disfruta de uno de los mejores buffets que hayamos probado nunca, y otro, el verdadero centro gastronómico. Cada mes la cocina se cede a un prestigioso cocinero con estrella Michelin del mundo. 12 chefs y sus doce propuestas personales de enorme valor culinario constituyen el alma de este espacio único en el mundo.