Siete restaurantes para comer en León, desde estrellas Michelin a bistró

  • León destaca no sólo por su despensa local, intensa y de mucho sabor, sino por la evolución de un puñado de restaurantes a precios sorprendentes.
Becook, uno de los lugares muy recomendados para visitar en León.
Becook, uno de los lugares muy recomendados para visitar en León.
Becook, uno de los lugares muy recomendados para visitar en León.
Becook, uno de los lugares muy recomendados para visitar en León.

El clima tiene una influencia directa sobre nuestro modo de vivir y por tanto sobre nuestra alimentación. La despensa de León y su cocina son fiel reflejo de un recetario propio de un clima duro y de un trabajo exigente. Lentejas y alubias que dan lugar a cocidos versionados y ollas ricas. Contundentes tortillas guisadas. Ancas de rana y sopas de trucha más sutil que la de ajo, embutidos sobresalientes como la cecina de vaca e incluso la de chivo; carnes extraordinarias como la ternera de El Bierzo y el buey del Valle del Esla. Todo ello ha mantenido una cocina tradicional que hoy ha evolucionado a postulados más actuales.

Cocinandos (Calle Campanillas, 1)

La primera y hasta el momento única estrella Michelin. Su menú degustación compuesto por 6 pasos, queso y postre y ‘sólo’ por 45€, es un regalo extraordinario para todo el que guste comer bien. Yolanda y Juanjo, mantienen un alto nivel de cocina que sigue evolucionando desde hace ya más de tres lustros que abrieron. Su cocina es sutil y sublime, suave y delicada en su apariencia, pero profunda en sabores. Una combinación de intensidad y delicadeza que habla de una cocina de siempre, de buen producto y completa actualidad.

Clandestino (Calle Cervantes, 1)

Clandestino es uno de los establecimientos de cocina más desenfada por un lado, pero honesta; de elaboraciones con influencias de todo el mundo, pero con base local. Cocina de sabores e intensidad correcta, y de emplatamientos cuidados. Cocina de formato actual: Ceviches, tiraditos, huevos a baja temperatura, baos y mollejas.

niMu (Calle General Lafuente s/n)

niMU basa su encanto primero, en un entorno singular, en la terraza azotea del Hotel Conde Luna y después, en una cocina que firmaría cualquier establecimiento de una gran ciudad con aspiraciones a ofrecer una cocina sencilla, pero rica y muy en la línea de platos que gustan. Crudos con ceviches y niguiris, buenos chipirones de potera y una rica carrillera de buey.

Casa Mando (Calle General Lafuente s/n)

Situado en las Antípodas del anterior, a pie de calle y a espaldas del mismo Hotel Conde Luna, Casa Mando es la versión más refinada de la cocina tradicional leonesa. Una carta que se elabora y nutre de los mejores productos de cercanía: Desde las verduras de la huerta local a los lechazos de la tierra y desde las extraordinarias legumbres de La Bañeza a los ricos embutidos de la zona. Un comedor muy acogedor, decorado por Pascua Ortega, es el escenario perfecto para una buena comida.

Delirios (Calle Ramón y Cajal, 11)

Delirios elabora la que pasa por ser la propuesta más atrevida y estética de la ciudad. Una cocina de inmensa capacidad creativa y cuidadísima puesta en escena. Sus platos son toda una provocación a la vista que confirma su nivel de ingenio una vez probada. Tres menús a un precio que para alguien de una gran ciudad resultaría irrisorio, 19€ el corto, cuatro platos y postre y 29€, el más largo, con alguna entrada y un principal más. Y por sólo 9€ más se marida. Precios sorprendentes, platos de una plasticidad asombrosa y un resultado notable.

Becook (Calle Cantareros, 3)

Un establecimiento luminoso y acogedor en el que sus dos jóvenes propietarios y cocineros elaboran una cocina con una asombrosa relación calidad – precio. Su propuesta destaca por el ‘punch’ con que acaban sus platos, así como los juegos que logran con la texturas.. La mayor parte de sus platos se acentúan con toques que revitalizan los sabores. Notable la brandada de bacalao, buenas las croquetas, excelente el ibérico y el mollete de vaca.

Koi (Calle Cervantes, 1)

No existe capital por pequeña que sea que se haya resistido al embrujo de la cocina japonesa y León no iba a ser menos. A Koi se accede a través de una estrecha y angosta escalera que nos adentra en una estética, urbana e industrial que resulta atractiva y efectista aunque dista de la esperada en un local japo. Su carta incluye desde preparaciones en tepanyaki a la clásica propuesta de niguiris que en este caso se alejan de los típicos. Niguiri de foie y mermelada (una combinación que funciona), de calamar con trufa sobre arroz negro, de sardina ahumada y shitake, entre otros. Además, todo tipo de makis, muy logrados.

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