Tienes que probar el menú degustación del bistró del Museo Guggenheim

  • No estábamos acostumbrados a encontrar grandes restaurantes en centros públicos, pero ahora es posible.
Tienes que probar el menú degustación del bistró del Museo Guggenheim
Tienes que probar el menú degustación del bistró del Museo Guggenheim

El Guggenheim de Bilbao es uno de los edificios más emblemáticos y singulares del mundo. La eliminación de las líneas rectas, el dinamismo de los volúmenes que parecen flotar, la fuerza, el movimiento y la plasticidad de sus formas curvadas, y la luz que desprenden las placas de titanio de su fachada; le han hecho un edificio único. Si el continente es impactante, rompedor, sobresaliente; el contenido y las exposiciones que en él se exhiben son muy interesantes, vanguardistas, notables. La propuesta de restauración raya al nivel del conjunto.

Si hasta hace unos años no estábamos acostumbrados a disfrutar de restaurantes de altura en museos y espacios ‘semi públicos’; Josean Alija mostró el camino abriendo Nerua, cocina excelente en un marco incomparable. Otro de los pioneros en plantar sus cocinas en un museo fue La Sucursal, en el IVAM de Valencia. A otros niveles encontramos buena cocina en espacios similares. En el Museo Reina Sofía de Madrid, la Taberna Arzabal de Iván Morales y Álvaro Castellano abrieron una fantástica terraza con una gastronomía agradable y un entorno que la posicionan como uno de las mejores terrazas de Madrid.

El bistró del Guggenheim complementa con una propuesta mucho más asequible, pero muy interesante. Por menos de 40 euros, 38 concretamente, ofrecen un menú degustación de cuatro pasos, postre y pan artesano que se puede maridar con tres vinos por sólo 12 euros más. Un tartar de bonito, fresco y bien aderezado. Huevo asado a baja temperatura en un fondo meloso de bacalao. Un taco de merluza extraordinaria acompañado de un pisto a la bilbaína muy bueno. Para acabar como plato principal un lingote de cordero deshuesado con un original puré de verduras notable. Una torrija caramelizada en sartén con helado.

Aunque a nadie se le escapa que uno de los atractivos del Guggenheim es precisamente contemplar su espectacular fachada, ahora en verano, el bistró ofrece la posibilidad de cenar en su terraza exterior. Sentado en su terraza con inmejorables vistas a la ría desde un emplazamiento elevado, las placas de titanio forman parte de la decoración y de un entorno mágico. Probablemente una de las mejores relación calidad precio si valoramos el conjunto. Entorno y situación, inmejorable. Cocina y bodega, notable. Precio: Sobresaliente.

Museo Guggenheim

¿Dónde está?

Bistro Guggenheim, Museo Guggenheim Bilbao

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