Gin tonic & Chicken en Estado Puro

  • Pollo asado servido con tres salsas diferentes y gin tonic con hielo con sabor a bitter, pomelo y pepino. El chef madrileño Paco Roncero apuesta en su nuevo 'Estado Puro' - el bar de tapas que acaba de abrir en la madrileña Plaza del Ángel - por una fórmula que saca el mejor partido a dos clásicos de la cocina y de la barra.
Gin tonic & Chicken en Estado Puro
Gin tonic & Chicken en Estado Puro
lainformacion.com
Alessia Cisternino

Tenían que ser primos hermanos, no gemelos. Con esta idea nace el nuevo Estado Puro, el bar de tapas que el chef madrileño Paco Roncero abrió hace algo más que un mes en el hotel NH Palacio de Tepa en la Plaza del Ángel en Madrid.

Cuando decidió abrir un nuevo gastrobar, el chef del Casino de Madridestaba decidido a aprovechar al máximo la ubicación, cerca de la Plaza de Santa Ana, una zona muchísimo más animada – sobre todo por la noche y los fines de semana – respecto a donde se encuentra el primer 'Estado Puro' cerca del Paseo del Prado. Así que los cócteles son una de las novedades del nuevo local, junto a un horario de apertura más amplio – desde las 13 hasta las 2 horas y desde las 13 hasta las 3 horas los fines de semana – y a la presencia de un deejay el jueves, viernes y sábado.

La carta ha sido diseñada sobre la del primer 'Estado Puro' con pequeñas variaciones. Es decir que no faltan – como tiene que ser en un bar de tapas – las croquetas, las tostadas de jamón ibérico, los chipirones rellenos en su tinta, los boquerones en vinagre y las patatas bravas, pero a las tapas tradicionales se suman los burgers gourmet con foie y una selección de platos para comer con cuchillo y tenedor como las chuletitas de cordero al romero, el jarrete de ternera glaseado y la prensa ibérica con chimichurri.

Para tomar y para llevar

Pero para quien quiera atreverse con algo menos "neo-cañí" o simplemente para quien no sepa si le apetece más un cóctel o una cena, el nuevo 'Estado Puro' apuesta por una fórmula que le saca el mejor partido a dos clásicos de la cocina tradicional y de la barra: el pollo asado y el gin tonic.

Se puede elegir (y mientras se elige, comer cacahuetes cubiertos de curry, cúrcuma y azúcar) entre más de treinta ginebras procedentes de Estados Unidos, Italia, Francia, Holanda, Austria, Escocia, Inglaterra y España – lo cual significa centenares de diferentes combinaciones de gin tonic – y según la que se elija, el cóctel será servido con hielo de bitter, pomelo o pepino. En un jarrón, no en la más tradicional copa con forma de bol.

El pollo está marinado también con ginebra y con romero y enebro y se acompaña con tres salsas diferentes: de curry verde, de soja y miel y ajimoji con aceite, ajo, perejil y guindilla – sin duda la que mejor le va.

Será porque el pollo asado es algo que no puede aburrir y menos aun si lleva el toque de un chef con dos estrellas Michelín. O será porque desde hace algo más que un año muchos restaurantes y locales han ampliado el abanico de propuestas culinarias con las que acompañar un gin tonic – como por el ejemplo el sushi– y nos vamos acostumbrando a verlo, ¿por qué no?, como una alternativa al vino blanco. Sea como sea, la propuesta funciona, es acertada y divertida. También es asequible: un medio pollo asado y un gin tonic rozan los 20 euros. Para tomar – tanto en el restaurante como en la terraza – o para llevar.

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