Granada está para comérsela: los principales restaurantes que debes visitar

  • Es tierra de sabores, de recetas ancestrales y de productos únicos como las ‘salaillas’, un pan de aceite para acompañar las ‘tajas’ del jamón.
La Alhambra es uno de los grandes monumentos de España.
La Alhambra es uno de los grandes monumentos de España.
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La Alhambra es uno de los grandes monumentos de España.
La Alhambra es uno de los grandes monumentos de España. / Pixabay

En Granada reside la esencia de Andalucía y sus raíces más profundas. Es cuna y refugio de poetas que en versos y poesías han plasmado la belleza de una tierra que se muestra al visitante en los balcones plagados de geranios del Realejo, en el paseo al Albaicín que asciende paralelo al Darro; en las zambras del Sacromonte en donde ‘guiris’ y ‘calés’ beben y se emocionan con la fuerza de los ‘quejios’ que suenan al compás de las palmas y los acordes de una guitarra. Son los pasos que recorren los alrededores de la catedral en Semana Santa. Es la puesta de sol que enciende la Alhambra cada atardecer.

Granada es tierra de sabores, de recetas ancestrales y de productos únicos como las ‘salaillas’, un pan de aceite que parece elaborado para acompañar las ‘tajas’ del jamón que se cura en altura gracias a los aires fríos que se respiran en la sierra de Trevélez, que junto con las chacinas y las frituras de pescado, finas y elegantes, constituyen la base del tapeo. Las tortillas de sesos, jugosas y exquisitas que se preparan en el Sacromonte, son el reflejo más notorio de la auténtica cocina popular. Y la ensaladilla que, en Granada es plato de culto, raciones a base de mucha patata y abundante mayonesa.

Las quisquillas de Motril, pequeñas y finas que, una vez cocidas transforman su color casi transparente por un brillante color rosaceo y con el abdomen azulado, cargado de huevas. Más dulce y sutil que sus parientes del Cantábrico, no dejen de probarlos en el restaurante Pepe Quiles, uno de los más celebrados de la ciudad por la calidad de sus pescados y mariscos. En La Bodega de la Tana, en la Placeta del Agua, es un local más modesto y pequeño, pero con el encanto de tener una bodega en la que guardan grandes vinos para acompañar los jamones y chacinas de la tierra y los buenos tomates de la vega ‘granaina’.

Aunque el Bar FM está fuera de los circuitos de los propios granadinos, es un pequeño tesoro gastronómico, un local de culto para los entendidos por la propuesta de producto excelso que Paco y Rosa llevan ofreciendo desde hace casi 25 años. Sobresaliente fritura de salmonetes y boquerones. Un pulpo seco, una especialidad local y de algunas zonas del Mediterráneo y que aquí lo bordan. Los chopitos a la plancha y las quisquillas de Motril, son dos de las raciones que no pueden faltar en su comanda, pero en general cualquiera de los platos que les ofrezca Paco, no lo duden, serán magistrales. Rosa hace maravillas en su diminuta cocina.

Al otro lado de la catedral en la que reposan los restos de los Reyes Católicos, más allá de las callejuelas en las que se reproduce un zoco árabe, en la Plaza de la Pescadería, el bar restaurante Cunini, famoso por su larga barra y por el puñado de mesas altas que disponen en la calle, siempre llenas, en las que disfrutar de sus finísimas frituras de salmonetes y una de las mejores ensaladillas de todo Granada. Para pasear y recorrer una ciudad llena de rincones maravillosos, tal y como se ha hecho desde hace generaciones, compre unos frutos secos en Oliver. Para acabar el día, un gintonic en el Paseo de los Tristes con la puesta de sol sobre la Alhambra.

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