

Las rutinas de deporte se enfocan a menudo en dos objetivos: adelgazar y ganar masa muscular. Cierto es que tras conseguir la primera el siguiente paso lógico es ganar masa muscular, esa que es sana y permitirá aumentar la fuerza y resistencia. Estos son dos objetivos específicos que aporta un determinado plan deportivo, pero en muchos casos se obvian los beneficios generales que implica la actividad física continuada: mejores niveles de sueño, control del sobrepeso, fortalecimiento de huesos y mejora de la capacidad de hacer esfuerzos sin fatiga.
Por ello, cuando corremos dormimos mejor y somos capaces de realizar actos diarios como subir escaleras sin esfuerzo. El problema es que todos estos beneficios desaparecen en un espacio corto de tiempo si el deporte se deja de lado.
En solo 10 días empezarás a notar los cambios y en tres meses ya no habrá vuelta atrás. Esto es lo que le sucede a tu cuerpo si tiras la toalla:
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