Jaque mate en el agua de Al-Ándalus

  • Córdoba devuelve a sus orígenes el juego de lógica más popular de los califas omeyas de Al-Ándalus, el ajedrez. El hamman o baños árabes de la capital acoge su séptimo torneo de ajedrez, en el que 32 jugadores mueven las piezas sumergidos en un ambiente de incienso, té y aguas termales.

Estrella Serna

Córdoba, 12 nov.- Córdoba devuelve a sus orígenes el juego de lógica más popular de los califas omeyas de Al-Ándalus, el ajedrez. El hamman o baños árabes de la capital acoge su séptimo torneo de ajedrez, en el que 32 jugadores mueven las piezas sumergidos en un ambiente de incienso, té y aguas termales.

En tiempos del califato cordobés, los baños no solo eran lugares de acicalamiento y relax, sino que también albergaban un punto de encuentro entre la alta sociedad mozárabe del Califato Omeya, donde, entre otras distracciones, los jeques ponían en práctica la estrategia del tablero blanco y negro.

"Las aguas termales del hamman contribuyen a la relajación del cuerpo y la mente, es toda una experiencia sensorial que te activa los cinco sentidos y te transporta a una época ancestral", comenta la gerente de la empresa Hamman Al-Ándalus de Córdoba, Antonia Alcántara.

Este ambiente relajado, en el que los 32 jugadores cordobeses han combinado las partidas eliminatorias con los baños de contraste de agua a diferente temperatura, ha amenizado la competición.

"El clima, la música y el agua es un ambiente en el que se juega muy bien", valora Carlos Javier Bernabeu, un joven cordobés de 17 años que ha ganado en dos ocasiones en campeonato andaluz de ajedrez en la categoría juvenil.

Y es que el contraste que provoca en el cuerpo el agua fría de la primera estancia del hamman, con la templada, de la piscina principal y la caliente de las termas interiores, activa la circulación sanguínea proporcionando un estado de bienestar ideal para la concentración del cuerpo y la mente.

Todo ello, aderezado con té andalusí, música árabe y un aromático ambiente de suave incienso bajo la luz natural de la techumbre estrellada de los baños árabes.

Además, la localización de las termas árabes, a pocos metros de la Mezquita-Catedral de Córdoba, ayuda a trasladarse a la época del califato Omeya mientras se mueven las fichas de los tableros, que flotan sinuosos en las apetecibles aguas termales.

"Pretendemos recuperar las tradiciones perdidas traídas por los árabes a la Península, como es el hecho de compartir una partida de ajedrez al tiempo que te relajas", resalta la gerente de los baños cordobeses.

No hay que olvidar que el nivel de concentración, ya sea para este tipo de juegos de táctica o para cualquier actividad intelectual, aumenta cuando nos envolvemos en un estado de bienestar de cuerpo y mente.

Es un torneo abierto a todo el mundo, tanto a jugadores federados y con cierto nivel en este deporte como clientes habituales de los propios baños árabes que deciden incluir en esta relajante experiencia el ajedrez, como ha comentado Pedro Castilla, árbitro de la delegación cordobesa de la Federación Andaluza de Ajedrez.

En el VII torneo "Ajedrez en el agua", cuya fase clasificatoria se ha celebrado en Córdoba, han partido 32 jugadores en eliminatorias de dos días, cuyo ganador se batirá con los primeros ajedrecistas de sendas competiciones que van a celebrarse en Madrid, Granada y Málaga, de donde saldrán los finalistas que intentarán derribar al rey del oponente en una final nacional.

Y es que la importancia de este juego, traído a la Península por los árabes, va en aumento dada su consideración deportiva; solo en Córdoba hay 220 jugadores federados anualmente que participan tanto en actividades oficiales como en iniciativas lúdicas, como es el caso de este encuentro con el fin de promover el combate entre alfiles, caballos y torres. EFE

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