Hace años que Sevilla evolucionó su gastronomía. Aunque se sigue manteniendo su tradicional catálogo de tapas de siempre, cada vez más locales, ha ido dejando atrás su versión de tapas más sencillas y simples para entrar de lleno en una culinaria más atractiva en la que ya tienen cabida conceptos muy interiorizados en otras zonas, como es la cocina fusión, la incorporación de productos y técnicas procedentes de otras culturas, como la asiática y la americana sobre todo. Esta incorporación a un escenario gastronómico más actual tiene mayor valor por convivir con locales de siempre como La Antigua Abacería de San Lorenzo.
La Antigua Abacería sigue siendo uno de los puntos imprescindibles del Sevilla de toda la vida. No hay otro local en toda la ciudad con el encanto que destila esta antigua tienda de ultramarinos, además de que es uno de los pocos establecimientos que abren todos los días de la semana. La Abacería hace referencia a establecimientos en los que antiguamente se vendían legumbres, conservas vegetales, miel y mermeladas, chacinas de cerdo ibérico, quesos de todo tipo y los picos y regañás y el pan artesano, además de aceites de oliva virgen extra.
Desde su apertura y gracias a la labor de sus propietarios Ramón López de tejada y su mujer Carmen, este local no sólo ha recuperado este tipo de establecimientos para visitantes y parroquianos si no que se ha convertido en centro para nuevas publicaciones, exposiciones y tertulias; de modo que aquí se juntan una buena cocina y una bodega notable con la cultura y el ocio sevillano. Pequeñas mesas de mármol cubiertas de mantel a cuadros, decoración excesivamente recargada, cuadros de todo tipo y objetos e imágenes que recuerdan Sevilla, se hace el escenario perfecto.
Su cocina de corte popular, recetas caseras de toda la vida. Productos e ingredientes de los que se comen en casa de toda la vida. Platos tan sencillos pero ricos como las más de nueve recetas para preparar unos huevos, cada uno de ellos con el nombre de un amigo: Servando, con chorizo y tomate; Álvaro, con tomate frito y patatas; Melchor, igual, pero con dos huevos... y así hasta nueve. Entre sus platos de siempre la tortilla con pisto, muy rica y el mouse de hígado de oca con su mermelada. Los corazones de alcachofa a la montillana, muy buenos.
Además de lo que encontramos en la carta, suele incluir muchos más platos que van y vienen en función de lo que manda la temporada. Si quiere comer bien, decídase por el menú “Lo que quiera Ramón”, 20€ sin bebida ni postre y mínimo dos personas. Seguro que no le defraudará. En este tiempo suele incluir algún potaje (muy bueno el de habichuelas y calabaza), y aquí contienen toda la sustancia y el sabor que de un guiso casero cabe esperar. Para algo más ligero sus chacinas e ibéricos o sus montados a dos euros.
C/ Teodosio 53, Sevilla
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