La camioneta de la alta pastelería triunfa en Nueva York de la mano de una española

  • Susana García forma parte del equipo que  ha revolucionado el concepto del "street food" en las calles del Lower East Side de Manhattan. La idea: llevar la alta pastelería a la calle sobre cuatro ruedas.
Dessert Truck
Dessert Truck
lainformacion.com
Alessia Cisternino

Esta es la historia de un pequeño sueño americano. En principio eran Jerome Chang, en aquel momento sous chef de pastelería del legendario restaurante neoyorkino Le Cirque, y su socio. Ambos americanos pero originarios de Taiwán, donde la mejor cocina, dicen, se suele encontrar más en la calle que en los restaurantes.

Empezaron a darles vuelta a unas ideas – restaurante, comida callejera, alta pastelería, take-away, precios asequibles – y al final se les ocurrieron dos buenas preguntas: ¿Por qué para comer un buen postre tenías que ponerte corbata, ir a uno de los mejores restaurantes de la ciudad y salir con 150 dólares menos en el bolsillo? ¿No era mejor disfrutar del mismo postre por 5 ó 6 dólares paseando cómodamente en zapatillas por las calles o en la tranquilidad de tu casa? Y como montar una pastelería era muy difícil y muy costoso, decidieron convertir un camión en una pastelería móvil llamada DessertTruck, que a mediodía estaba "aparcada" en Midtown y por la tarde-noche en la transitada zona de Astor Place, cerca de Soho.

Alta pastelería donde quieras y como quieras y a precios muy asequibles. Inútil decirlo: fue una explosión. "Con DessertTruck se inició un movimiento que ya se ha extendido por todo el país, una especie de "gourmet street food". La función es la siguiente: traer postres de alta cocina a la calle. Hacerlos asequibles de precio y accesibles a cualquiera", explica Susana García, pastelera española que después de un año y medio se sustituyó al primer socio de Jerome Cheng junto con Vincent Jaoura. "Jerome, Vincent y yo nos conocimos trabajando en el departamento de pastelería de Le Cirque. Los tres tenemos un background en pastelería y chocolate en high end dining (restaurantes de alta categoría)".

Problemas con el Estado

Pero, como es sabido, el camino que tiene que recorrer un sueño antes de hacerse realidad está lleno de obstáculos y de personas que te lo hacen aún más difícil de lo que ya es. En este caso, el malo de la película es el mismísimo estado de Nueva York que "a diferencia de otros estados, tiene unas normativas para la venta ambulante muy restrictivas.

Así que lo que empezó como una idea super práctica, se convirtió en muy poco tiempo en un dolor de cabeza", sigue Susana. "La ciudad de Nueva York hace todo lo posible por complicar la venta ambulante, lleva muchos años sin conceder permisos y el caso es que, por razones fuera de nuestro control, nos denegaron el derecho a renovar el permiso que usábamos, así que de un día para otro, literalmente, nos quedamos en la calle. Ahí fue cuando no nos quedó más remedio que replantearnos la existencia de DessertTruck. Con la experiencia tan frustrada de ser vendedores ambulantes, decidimos que queríamos seguir haciendo lo mismo, pero evitando los problemas que nos daba el camión. Decidimos abrir un dessert bar cafetería en un local físico, y así comienza DessertTruck Works".

Budín de pan con chocolate caliente con crema inglesa de vainilla o crema de beicon (sin duda, el postre más vendido); donuts calientes rellenos de nutella; crème brûlée con vainilla del Madagascar; panna cotta con curd de fruta de la pasión (gelatina de nata con una espesa mermelada a base de fruta y mantequilla); minitartas de chocolate y menta o de aceite de oliva, miel y timo; tarta de pistacho y cereza y, naturalmente, como toda pastelería que se respete, chocolate caliente, café, capuchino y té. Todo para tomar o para llevar. "Nos tomamos la comida muy en serio y hacemos todo lo posible por servir sólo lo mejor. Nos curramos las recetas bastante, normalmente un postre nuevo conlleva varios intentos y combinaciones hasta que se agrega al menú".

Alta pastelería para todos. Sin ruedas, pero con la calle todavía en la cabeza, ya que DessertTruck Works sigue ofreciendo calidad a precios "callejeros", no cierra prácticamente nunca, no requiere ni corbata ni zapatos buenos y sobre todo dispone de un servicio de catering que lleva su excepcionales pasteles por la ciudad y que "funciona como cualquier otro servicio de catering, con la diferencia de que al ser un camión, los invitados salen de donde quieras que estén a la calle a pedir su postre".

Pero aunque hayan echado raíces y ya no hay que adivinar en qué parte de la ciudad se encuentra esta pastelería, nada le quita a estos tres chicos el hecho de haber inventado una filosofía culinaria totalmente nueva y, por que no, un nueva manera de vivir la calle. "En el último año y medio cada mes aparece un camión nuevo con un concepto diferente. Pero lo característico en ellos no es necesariamente que hayan sido empezados por chefs profesionales, sino de emprendedores, personas con un sueño". Sin duda, la revolución más dulce de la historia de la gastronomía.

Mostrar comentarios