La Declaración de Granada para la Agenda Digital Europea se queda en generalidades

  • Reunidos de manera informal, algunos en persona y otros a través de videoconferencia por culpa del volcán islandés, los Ministros de Telecomunicaciones de la unión europea han firmado una declaración de buenas intenciones que como era previsible no profundiza en algunos de los debates más relevantes de la Internet actual.
Alvy / Microsiervos

El documento firmado hoy agrupa diversos puntos que llevan meses e incluso años debatiéndose en diversos foros, pero muchos de ellos pecan de ser previsiblemente vagos en cuanto a sus intenciones. Está claro que poner de acuerdo los intereses de los diversos países europeos y las intenciones y deseos de sus ciudadanos, grupos de internautas y consumidores no es tarea fácil, pero si a esto se añaden las presiones de las empresas de telecomunicaciones, las editoriales y grupos mediáticos, así como todos los involucrados en la distribución de material protegido por derechos de autor (principalmente películas y música) la tarea es poco menos que imposible.Texto completo: Declaración Ministerial de Granada para la Agenda Digital Europea [PDF]

El documento contiene en total 23 puntos, que comienzan con un apartado relativo a las infraestructuras. Allí se plantea por enésima vez superar la famosa «brecha digital» y hacer llegar la banda ancha a todos los ciudadanos en 2013, así como una mención a una «banda ancha de velocidad ultrarrápida» con nombre de ciencia-ficción para 2020. Ese plan a diez años incluye crear un nuevo «marco regulatorio previo», lo cual vuelve a indicar que en las últimas décadas los políticos no han aprendido gran cosa: las grandes revoluciones tecnológicas, incluyendo la propia creación de Internet, o los cambios de paradigma en las formas de acceso (banda ancha, móviles, e incluso las redes sociales) no necesitaron regulaciones previas sino ideas particulares que fueron impulsadas con pasión por gente corriente y grupos de emprendedores y empresas privadas.

En el apartado sobre la Internet abierta, la seguridad y la confianza se menciona el «carácter abierto de Internet» pero aparte de esa obviedad no se utiliza en ninguna parte ni se menciona la neutralidad de la Red, que es lo que preocupa a los expertos y lo que consideran más importante. La razón es sencilla: una vez que está garantizada la neutralidad de la Red el resto vendrá dado casi automáticamente y sin cortapisas. Sin embargo, si se quieren proteger intereses particulares de empresas o grupos no se puede abrazar abiertamente esa idea puesto que de alguna forma se hará necesario «controlar Internet» en el futuro. En este mismo apartado se habla de la protección de los datos personales y del uso de herramientas como el DNI electrónico o su equivalente, algo que distará de ser trivial pues en muchos países hay grupos que se oponen a herramientas de este tipo por considerarlas una intromisión en sus libertades civiles. Otro apartado similar se refiere a los Derechos Digitales de los Usuarios, donde se plantea escribir una especie de «carta de derechos fundamentales» que a día de hoy no existe.

Respecto al Mercado Único Digital una de las ideas es fomentar un mercado único para los contenidos y su promoción y digitalización. Es algo en cierto modo paradójico pues actualmente Internet ya está repleto de contenidos, y siempre que surgen estos temas –como cuando la crisis pega una nueva cornada– da la impresión que la única solución sea promover la creación de más contenidos… como si no hubiera ya una amplia variedad para todos los gustos. La única mención en toda la Agenda a los derechos de propiedad intelectual está incluida en este punto, pero se cae nuevamente en el tópico de «promover nuevos modelos de negocio», como si la mayoría no estuvieran inventados o los empresarios no supieran idearlos, que es su labor. A la vez que se promueve el acceso a contenidos digitales la Agenda plantea también proteger la justa remuneración de los derechos de autor, algo innecesario tal vez dado que de hecho ya está recogido en la Declaración de los Derechos Humanos.

Los últimos puntos se refieren a los Servicios Públicos Digitales y las estrategias de las Administraciones Públicas para llegar a la ciudadanía y las dimensiones internacionales de la Agenda Digital. Respecto a la Gobernanza de Internet el planteamiento es continuar en la línea de la Agenda de Túnez que lleva años negociándose.

Aprovechando la celebración de la cumbre, el grupo de asociaciones de consumidores Consumers International, FACUA y eXgae han presentado su Informe anual sobre propiedad intelectual y un completo análisis como parte de la campaña Internet NO será otra TV. Allí se hace ver su preocupación por el ataque a la neutralidad de la Red y la privatización del espectro radioeléctrico y también de la producción de contenidos. Sus propuestas de soluciones pasan por que los gobiernos respeten los derechos económicos y civiles de los ciudadanos, especialmente la libertad de expresión, información y comunicación, separándolos del efecto que esto pueda tener en el el negocio de unas empresas o de otras, especialmente las de telecomunicaciones y la industria de los contenidos.

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