La interesante propuesta de Julen Baz, en Urtza Taberna (Amorebieta, Vizcaya)

SEGUIR

• 

Introduzca el texto aquí

Urtza Taberna podría ser un local más, en un sitio cualquiera, de hecho, su ubicación en el pueblo de Amorebieta, en Vizcaya, una zona industrial a unos kilómetros de Bilbao; apenas dice ni aporta nada al viajero que va o vuelve camino de la capital vizcaína, o se dirige a Mundaka en busca de su famosa ola de izquierda. Pero si decimos que Julen Baz, su chef y propietario ya hizo sus pinitos en Madrid Fusión, hace ahora tres años presentando uno de sus pinchos más célebres, tal vez les diga algo a los más ‘frikis’ de la gastronomía y les tiente a realizar una parada en esta taberna tan rompedora como interesante.

Y es que Julen Buz es un joven cocinero (anda por los 26) que ha llenado de aire fresco y renovador la cocina de su taberna y el paladar de sus parroquianos y cuantos viajeros hacen un alto para probar su interesantísima propuesta. Su imagen rompedora, un poco a imagen y semejanza de la que mantiene Daviz Muñoz, de DiverXO, pone al comensal en antecedentes del estilo de comida que se va a encontrar. Cocina brillante, en la prima el producto y el sabor. Un estilo hasta cierto punto de vanguardia, en la que están muy bien asentados y fijados los principios básicos de la cocina que su maestro, Eneko Atxa, califica de espectacular.

Mira también

24 horas en el viejo Bilbao, renovado y joven como nunca antes lo habías visto

No sólo no se arrepentirá si se acerca hasta Amorebieta para probar la maravillosa cocina en miniatura de Julen, sino que lo agradecerán. Baz inició y completó sus estudios de hostelería gracias al apoyo de su maestro Eneko Atxa con quien trabajó por espacio de casi dos años y de donde aprendió un estilo de cocina de vanguardia que propone en una taberna rompedora tanto en su estilo como en una propuesta de cocina innovadora, actualizada y muy efectista tanto en sus presentaciones como en los sabores, profundos y largos de la mayor parte de sus platos y pinchos.

Julen está a la espera de que el ayuntamiento le permita abrir el local contiguo. Mientras en un local que apenas permite lucirse, Julen sabe sacar el máximo rendimiento a su propuesta innovadora, sorprendente, y algo importante, a un precio más que razonable. Además de sus pinchos, muchos de ellos ganadores de premios y reconocimientos, en Urtza Taberna se pueden disfrutar dos menús degustación. Uno por sólo 24€ que incluye seis pinchos y otro más largo por 60€, a base de 4 aperitivos, tres entrantes, un pescado y un plato de carne, postre y cinco vinos diferentes que maridan con el menú. Brillante y sensacional.

Platos que sirven como contenedor de buenos pintxos, pero que forman parte del mismo. De hecho, en el proceso creador de Baz, es fundamental el plato en el que se va a servir cada bocado. Algunos, tal vez, no aportan mucho, como las calaveras en las que se sirven unos magníficos tacos mejicanos; pero que igual que los títulos con los que presenta sus platos forman parte del juego con el que Julen pretende envolver la propuesta. Muy rico el “pisto y no pisto” con yema de huevo de corral, o el bacalao con salsa negra. Un impresionante sandwich de foie crujiente, o una sustanciosa crema de marisco.

El paquete bomba por su explosión de textura y sabor en la boca (una carbonara dentro de una finísimas lonchas de papada y pan crujiente); o el pincho más premiado, su perla en el fondo del mar (chipi a la plancha y salsa americana y humo de sarmiento). Pero Julen también cuenta con algunas recetas tradicionales entre sus platos más logrados. Sus rabas son de las mejores que pueden probar en el norte. Las sirve con un rebozado muy bien formado, pero muy blanditas y ricas por dentro. La tortilla de patata, de sabor y jugosa, es sobresaliente. El huevo de corral a baja temperatura y jamón es otro bocado de esos que no querrá perderse.