Las Carboneras de Lu, espacio, cocina y vino, la trilogía perfecta

  • Lourdes Poveda, ejecutiva de una multinacional que, hace tres años comenzó a prepararse para afrontar la segunda parte de su vida laboral como chef.
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Es habitual ver como ejecutivos de primer nivel a partir de cierta edad, pero aún jóvenes son amortizados en sus empresas y deben reinventarse. No lo es tanto cuando en pleno éxito profesional un alto ejecutivo decide dar un golpe de timón y cambiar radicalmente de rumbo. Este es el caso de Lourdes Poveda, ejecutiva de una multinacional que, hace tres años comenzó a prepararse para afrontar la segunda parte de su vida laboral ahora como chef en el restaurante Las Carboneras de Lu. Restaurante que gestiona y dirige junto a su marido, Carlos Romero, consultor y ahora sumiller.

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Las Carboneras de Lu se ubica en el antiguo Dassa Bassa, el restaurante del añorado Darío Barro. Tras una transformación asombrosa firmada por Projecto Work y las aportaciones personales de Lourdes y Carlos, el espacio es absolutamente brillante en su planteamiento y relativamente arriesgado en su concepto por cuanto que el restaurante queda oculto en una planta baja de atmósfera encantadora. La planta de calle la reservan para vinoteca, especializada en vinos de Madrid, con uno de los catálogos más completos, así como champanes de esos que beben los franceses, etiquetas de pequeños productores a precios realmente interesantes para llevar y disfrutar en casa.

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Las Carboneras de Lu, es una suerte de oasis en mitad del desierto. En una fiebre que se expande como una burbuja (que pasará de moda algún día) contaminando prácticamente cualquier carta, se agradece y de que manera, poder disfrutar de buena cocina basada en un recetario local, alejado tartares, ceviches, tiraditos y similares y con producto de aquí, sin dejar espacios a todos esos ingredientes foráneos como yuzus, chiplotes y baos, que han ido arrinconando nuestra cocina. Lourdes se formó en Le Cordon Blue, especializándose en cocina francesa y haciendo sus primeros pinitos en Alabaster, uno de los restaurantes punteros de Madrid y Horcher, el cláscico por excelencia.

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Unas escaleras que recrean los colores de la viña y que se encuentran franqueadas por dos cepas originales del viñedo de Luis Cañas, dan acceso al comedor en el que probar la cocina de Lourdes. Una cocina que apuesta por Madrid, tanto en su magnífica colección de vinos de la región con más de 40 vinos de Madrid, así como en su despensa, en la que sus verduras, legumbres y carnes son de la Comunidad.

Destacar una flor de calabacín en tempura rellena de brandada de bacalao, de las mejores que hemos probado. Un plato de verdura muy logrado es el jardín de puré de boniato, calabaza, membrillo y zanahoria. La única licencia que se permite son los langostinos tigre al curry, con suficiente chispa en la boca, aunque el arroz salvaje con que acompaña resulta un poco seco.

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Si hemos destacado la costilla de vaca vieja de Matritum como una de las mejores, la de Las Carboneras de Lu, se encuentra incluso por encima de esta. Perfectamente ejecutada, marinada durante cuarenta horas y cocinada a 75º ¡Espectacular!

Si Lourdes y Carlos elevan la experiencia con un servicio de sala de alta cocina, vajillas muy cuidadas que cambian en cada paso; el entorno de la vinoteca es sofisticado por su simplicidad elegante. Frente a un gran escaparate columnas vistas y dos grandes estanterías en las que almacenan más de 200 referencias, casi una cuarta parte de la D.O. de Madrid con bodegas como Comando G, El Regajal o Licinia. Además, ediciones limitadas, etiquetas singulares y referencias de las dos grandes D.O francesas: Borgoña y Champagne. Todo ello a precios ligeramente por debajo del mercado. Al fondo una gran mesa de catas hecha a partir de un antiguo carro de especias tailandés.

Las Carboneras de Lu

 Calle Villalar 7, Madrid
Teléfono:  91 057 70 03

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