Muere el chef Charlie Trotter, impulsor de la cocina de vanguardia en EE.UU.

  • El chef estadounidense Charlie Trotter, uno de los principales impulsores de la cocina de vanguardia en Estados Unidos, falleció hoy en Chicago a los 54 años por causas que aún se desconocen, informaron fuentes policiales y familiares.

Washington, 5 nov.- El chef estadounidense Charlie Trotter, uno de los principales impulsores de la cocina de vanguardia en Estados Unidos, falleció hoy en Chicago a los 54 años por causas que aún se desconocen, informaron fuentes policiales y familiares.

La policía de Chicago está investigando las causas de su muerte, indicó la cadena de televisión NBC.

El galardonado chef fue hallado esta mañana en su domicilio inconsciente y sin respirar y luego trasladado al hospital, donde falleció, según relató una amiga de su familia, Carrie Nahabedian, al diario "Chicago Tribune".

Nada más conocerse la noticia, numerosos chefs de todo el país e incluso el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, lamentaron su pérdida.

"Charlie Trotter cambió para siempre la escena culinaria de Chicago. Su personalidad reflejaba su cocina: audaz, innovadora y siempre memorable. Siempre tendrá una mesa entre las figuras legendarias de Chicago", indicó Emanuel en un comunicado.

Homaro Cantu, un chef que trabajó cuatro años para Trotter, le definió hoy como "el primer chef realmente innovador que hubo en Estados Unidos, y posiblemente en el mundo".

"Simplemente estaba adelantado a su tiempo. Su restaurante siempre estaba cambiando y nunca sirvió el mismo plato dos veces", dijo Cantu al diario "The Chicago Sun-Times".

Trotter logró la fama con el restaurante que llevaba su nombre en Chicago, todo un icono culinario premiado con dos estrellas Michelin que no dejó de sorprender durante sus 25 años en activo.

Su apertura en 1987 revolucionó el concepto de cena lujosa que hasta entonces había reinado en Chicago, de cariz tradicional y afrancesado, al introducir varias ideas que hoy se dan por sentadas en los restaurantes de estilo americano moderno.

La compra de productos directamente a pequeños proveedores locales, la preferencia por caldos ligeros frente a las pesadas salsas de nata y mantequilla que predominaban entonces o el protagonismo otorgado a la fruta y la verdura sin importar el plato le permitieron hacerse pronto un nombre en la ciudad y el país.

Trotter elevó además los maridajes con vino hasta el punto en que el plato a menudo se diseñaba para acompañar la botella escogida, y no al revés.

La hospitalidad también era clave para Trotter, preocupado siempre porque el ambiente de innovación y exigencia de su cocina no empañaran un servicio muy atento a sus clientes.

El chef llegó a organizar giras de su equipo por todo el país y en el extranjero, donde cocinaban en galas y actos filantrópicos, y en 1999 protagonizó un programa de cocina en la cadena PBS.

El primero de sus 14 libros de cocina, publicado en 1994, fue uno de los primeros con fotografías a toda página de sus exóticos platos, y se convirtió en toda una inspiración para futuros chefs.

En 2002, su decisión de dejar de servir foie gras en su restaurante por razones éticas desató un debate entre chefs de todo el país e incluso un editorial en el diario New York Times que daba la razón a Trotter.

En enero de 2012, el cocinero anunció que cerraría su restaurante y aludió a su deseo de recorrer mundo con su esposa Rochelle y estudiar filosofía y teoría política.

"Creo que estoy volviendo a mi juventud de alguna manera", señaló Trotter en una entrevista con una cadena local en febrero de 2012.

Entre los muchos galardones que recibió están el de mejor chef, mejor servicio de la Fundación James Beard, en 1999 y 2002, respectivamente; o la calificación del "mejor restaurante del país" en la revista Wine Spectator en 2000.

Su trabajo en la Fundación Charlie Trotter, que concede becas para aprendizaje culinario, le mereció además en 2012 el premio a la figura humanitaria del año en la Fundación James Beard.

Uno de los muchos chefs que aprendieron en la cocina de Trotter, Graham Elliot, aseguró hoy que el cocinero "era una figura paterna" para él, "no sólo en la cocina, sino en la vida, y a la hora de mirar las cosas de forma diferente".

"Es una pérdida enorme, no sólo personalmente, sino para el mundo culinario", afirmó Elliot.

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