Poco público y discretos resultados en la feria de Julio

  • La escasa afluencia de público y los discretos resultados artísticos de la última edición de la feria de Julio, que finalizó ayer en Valencia, siguen apuntando la necesidad de un replanteamiento del segundo abono taurino de la ciudad.

Paco Aguado

Valencia, 28 jul.- La escasa afluencia de público y los discretos resultados artísticos de la última edición de la feria de Julio, que finalizó ayer en Valencia, siguen apuntando la necesidad de un replanteamiento del segundo abono taurino de la ciudad.

Si la feria de Fallas, celebrada en marzo, arrojó un positivo balance tanto en la taquilla como en la arena, el ciclo veraniego, en cambio, no ha resultado nada brillante en sus siete festejos, de los que solo en dos se consiguió cubrir el aforo del coso en algo más de su mitad.

Las causas de esta escasez de público cabe achacarlas tanto al poco tirón popular de los carteles, con la ausencia de la mayoría de las figuras, como a motivos puramente sociológicos y a un reparto del ocio veraniego muy distinto al de hace un siglo, cuando la feria de julio era el eje central de la temporada valenciana.

La experiencia de colocar una de las corridas de este año, la del jueves 24, en horario nocturno -con menos calor y dando tiempo al regreso de las playas- tuvo una buena respuesta de público, con casi tres cuartos de entrada en los tendidos.

De tal manera que se especulaba ya en los corrillos que empresarios y responsables políticos han tomado ese nuevo horario como una posible medida a introducir para la mejora de la feria en el pliego de condiciones que regirá el inmediato concurso de arrendamiento de la plaza.

En cuanto a lo sucedido en el ruedo, lo contemplado tampoco alcanzó grandes cotas, con toros de muy medido juego, a excepción de varios de Las Ramblas y el ya famoso "Trastero" de Cuadri, y faenas de escasa entidad en su mayoría.

El sufrido triunfo de Miguel Abellán, fuertemente contusionado esa misma noche del 24, ante una más que interesante corrida de Las Ramblas y la faena que el día del cierre le hizo Rafaelillo al toro "Trastero", de Cuadri, se sitúan como los mayores hitos del ciclo.

Hubo también salidas a hombros del joven espada valenciano Román, aunque con un criterio muy localista, y del rejoneador alicantino Andy Cartagena en el festejo de la especialidad, pero ninguna llegó al mismo nivel de relevancia de las citadas.

Una buena faena de Hermoso de Mendoza, premiada con la única oreja en la decepcionante tarde del cartel estelar con El Juli y Perera, y las más que prometedoras actuaciones de los novilleros Varea y Cristian Climent, ambos de la Comunidad Valenciana, compusieron el resto de los escasos momentos destacados.

Tan discretos resultados siguen lastrando un año más un abono que, desde hace décadas, sigue buscando su norte y su justificación en el calendario taurino valenciano.

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