Seis estaciones de esquí en las que disfrutar de la buena mesa a pie de nieve

  • Ya no hace falta salir de la estación para disfrutar de la mejor gastronomía. Por eso, hoy te contamos donde comer en algunas de las mejores.
Vistas del restaurante Alcazaba © Archivo Cetursa Sierra Nevada
Vistas del restaurante Alcazaba © Archivo Cetursa Sierra Nevada

Disfrutar de la nieve y deslizarse sobre los esquíes es uno de los placeres que el invierno nos brinda en alta montaña. Sin embargo, el placer puede ser aún más redondo si nos dejamos seducir también por el paladar. Hace años que las estaciones de esquí dejaron de ser lugares donde sólo podíamos tomar un bocadillo y recurrir a una lata de refresco entre pistas.

Los tiempos han cambiado y la alta cocina, los productos gourmet y muchas ofertas de restauración de calidad se han colado entre los remontes para que comer, incluso a más de 2.000 metros de altura, sea un placer accesible. Acompáñanos en este recorrido culinario que será capaz de convencer a los más sibaritas de que un viaje a la nieve ya no supone prescindir de la buena mesa.

Sierra Nevada

Más de 100 kilómetros de nieve, repartidos en 131 pistas distintas, aptas para diferentes niveles, ofrecen en Granada un auténtico oasis para los deportes de invierno. Allí, en el lugar desde el que Veleta se impone, podrás descubrir en días claros el horizonte mediterráneo en el que se vislumbra Marruecos. Bendecida por sus horas de sol, Sierra Nevada también es la estación ideal para entregarte sin ningún tipo de remordimientos a comer bien en alta montaña.

Tres son los referentes que aquí se dan cita para que repongas fuerzas cada vez que bajes por sus pistas. El primero, el restaurante Alcazaba, situado en la zona de Borreguiles. A más de 2.700 metros de abre un restaurante con una cocina variada en la que el protagonismo se lo llevan sus arroces y sus carnes al carbón. Aunque su gran aliciente es el servicio de cenas y su posición, siendo uno de los restaurantes a más altura del mundo. Por la noche podrás disfrutar allí de un menú degustación a base de productos llegados de los alrededores y que representan lo más versátil de la cocina andaluza.

Algo más abajo pero también una buena parada matutina te espera La Bodega, en Pradollano. Platos de cocina tradicional calientan aquí el cuerpo de los deportistas en torno al mediodía –e incluso antes, si quieres disfrutar de sus desayunos-, aunque no deberías dejar pasar la oportunidad de disfrutar de un clásico de la región: el plato alpujarreño. Abierto hasta media tarde, el restaurante La Bodega sirve también para poner el broche de oro a una jornada deportiva entre chocolates, tartas y churros con los que gozar de un merecido descanso.

Otro referente, para los que quieran celebrar con burbujas la jornada, está en Clicquot Nevada Terrace, situado en la Pista del río, que se convierte en uno de los destinos más concurridos de la jornada. Una paradita para el aperitivo o un picoteo rápido son dos de los alicientes por los que brindar en este encantador refugio donde el champán es el protagonista.

Baqueira Beret

Cambiamos de latitudes para orientar nuestros esquís hacia Baqueira Beret, la más chic de las estaciones del Pirineo de Lleida. Su variedad de restaurantes y ofertas de ocio sólo está superada por la cantidad de pistas que encontrarás dentro en este blanco rincón del Valle de Arán.

Cocina aranesa con producto local, algunos guiños a la cocina internacional y parrillas a la vista esperan en La Borda Lobató by Ron Barceló. En esta antigua borda aranesa, abierta también para el apresquí, lo más sensato es llegar con antelación y reservar para disfrutar de una experiencia gastronómica propia de la zona.

a Borda Lobató by Ron Barceló © Baqueira Beret
a Borda Lobató by Ron Barceló © Baqueira Beret

Muy cerca, también en el Núcleo 1500 de Baqueira, está el Wine Bar by Viña Pomal, dentro del Hotel Montarto. Aquí lo mejor es dejarse tentar por las raciones, con una selección bastante amplia, y por los productos frescos para aquellos que echen de menos el mar: gambas, ostras y cigalas se complementan a la perfección con la buena reserva de vinos que aparece en la carta.

Dentro de las pistas las opciones tampoco faltan para los paladares más exigentes. Si lo que buscas es carne e ibéricos, tu parada está en 5J Grill Baqueira, una parrilla hasta lo que llega lo mejor del cerdo ibérico pero a 1.800 metros de altura con las impresionantes vistas de la estación.

No muy lejos, en el Sector Orri, las burbujas vuelven a vibrar en las copas. Ahora es el turno del Moët Winter Lounge, donde el champán se marida con tapas locales y que ofrece desde este refugio un lugar lleno de encanto para las cenas. Si el grupo es numeroso, de más de 12 plazas, se necesita reserva previa. Sin embargo y si vas a estar en la estación, nunca está de más hacer una llamada previa para no quedarte sin mesa.

Aramón

Establecidas bajo el mismo paraguas, las cinco estaciones de esquí aragonesas nos trasladan desde el pirineo oscense en Cerler, Formigal y Panticosa hasta el sistema ibérico turolense en Javalambre y Valdelinares.

Desayuno en Las Mugas © Aramón
Desayuno en Las Mugas © Aramón

Cualquier ocasión es buena para descubrir alguna de estas estaciones y sobre todo para disfrutar de la buena mesa que allí nos espera. Una de las experiencias ideales para los más sibaritas espera al esquiador en Las Mugas, en el corazón de Panticosa. Allí se aprovecha el último ascenso del telesilla para realizar una breve excursión guiada sobre raquetas que finaliza en la muga central, donde espera al viajero una degustación de cocina tradicional del Valle del Tena bajo el manto de estrellas aragonés. A la mañana siguiente, después de pernoctar allí, uno puede tener el privilegio después de desayunar de inaugurar un día de esquí siendo el primero en bajar por las pistas.

Otro planazo, esta vez en Cerler, espera una vez al año con el famoso Snow Cooking. Durante una noche la estación colabora con la Escuela de Hostelería Guayente, ofreciendo un menú exclusivo a los asistentes. La velada comienza con un aperitivo al atardecer y luego se sucede hasta la cena, celebrada en Cota 2000, con productos autóctonos y que varía cada año. El colofón a la noche se pone con un descenso nocturno por las pistas, iluminadas con grandes antorchas.

El famoso apresquí de Marchica en Formigal © Aramón
El famoso apresquí de Marchica en Formigal © Aramón

No sólo de buena mesa vive el pirineo aragonés, sino también de una parte más festiva. Si lo que buscas es bailar y tomar una copa, la solución la encuentras en Marchica, pionero de la fiesta del apresquí en España. Junto a ello encontrarás Remascaró, una propuesta para bailongos, en la que aparecen DJs de talla internacional para amenizar las nevadas noches de Huesca.

Masella

Ubicada en el pirineo gerundense, Masella es, además de una de las mejores estaciones de esquí alpino de España, uno de los referentes en apresquí nocturnos de toda la península. A apenas dos horas en coche de Barcelona, Masella es uno de los mejores lugares para disfrutar del esquí por la noche. Lo que nos invita a nuestra segunda parte del plan: comer y disfrutar en alta montaña.

Justa fama tiene el Chillout Masella Night Après-Ski, ubicado en la terraza de Pla de Masella, que se convierte en el lugar ideal en el que escuchar buena música y tomar una copa antes de poner rumbo a casa. Previamente, también en Pla de Masella, la mejor opción gastronómica dentro de la estación pasa por el restaurante homónimo, donde degustar en horario de cenas algunas de las especialidades culinarias de la región: los trinxats de la Cerdanya y las carnes a la brasa, que conviven con platos más internacionales como las fondues y las raclettes.

Descenso nocturno en Masella © Masella
Descenso nocturno en Masella © Masella

La Molina

También en las montañas de Girona encontramos las tentaciones gastronómicas de la estación de esquí La Molina. Uno de sus grandes atractivos espera en el Refugio Niu de l'Àliga, situado a más de 2.500 metros de altura, y al que se llega mediante el telesquí. Allí las carnes y la parrilla se convierten en las protagonistas mientras disfrutas de las impresionantes vistas que se abren desde sus ventanales. Además, permanece abierta también por la noche –con reserva previa, por lo que podrás disfrutar de una cena en las alturas pirenaicas antes de acometer sus bajadas nocturnas.

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