¿Te proteges bien del sol? El negocio de las cremas solares... y cómo utilizarlas

Sol
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El verano ya ha llegado y se nota. Las temperaturas han subido de forma contundente en la última semana y los termómetros ya superan con creces los 30º en buena parte de España. Después de una primavera fría y lluviosa, nos hemos lanzado a la calle a disfrutar del sol y, muchas veces, no somos conscientes de que en un acto tan sencillo hay más riesgos de lo que pensamos. Porque la radiación solar es muy intensa en esta época, de hecho, cada vez más ante el evidente cambio climático, lo que hace imprescindible una protección adecuada.

Este fin de semana, además, se prevé un aumento de la radiación ultravioleta, y con ella el riesgo de quemaduras en la piel. En Almería, Ciudad Real, León y Valladolid se estima que en los próximo días el índice llegará a 10, riesgo "muy alto", y en las Islas Canarias a 11, "extremadamente alto". Una situación que hace obligatorio el empleo de crema protectora, pero, ¿sabemos cuál es la adecuada? Es más, ¿sabemos lo que nos estamos dando?

El pasado año, 4,5 millones de hogares españoles compraron algún producto de protección solar, un millón de hogares más que en 2014, según la consultora Kantar, que determina que esto significa que los españoles han aumentado su preocupación por las consecuencias de la incidencia del sol en la piel. Además, cerca del 90% de ellos serían de protección alta.

Pero, a pesar de la mayor preocupación, muchas veces no elegimos la crema adecuada porque en este terreno se utilizan numerosos términos y acrónimos que la mayoría de consumidores no entiende. Por ello, es esencial entenderlos para estar bien protegidos, ya que el sol puede acabar provocando enfermedades graves.

Lo qué significa cada cosa

En primer lugar, para determinar qué nivel de protección necesitamos hay que desentrañar lo que significan las famosas siglas que vemos en casi todos los solares y que cada vez incorporan más productos, como las cremas hidratantes e incluso las bases de maquillaje. Hablamos de las siglas SPF, que corresponden a 'Sun Protection Factor' o 'Factor de Protección Solar'. Este término señala el nivel de protección contra la radiación UVB del producto. Además, siempre van acompañadas de un número, que, si está entre 6 y 10 se trata de una protección baja, entre 15 y 25, moderada, entre 30 y 50, alta, y superior a 50, muy alta.

Pero, en realidad, ¿eso qué quiere decir? En concreto, el SPF es el periodo de protección solar que tenemos ante la exposición a los rayos solares. Es decir, si nuestra piel, por ejemplo, reacciona al sol en 20 minutos -suele ser la referencia general-, con una crema del 15 esa protección se multiplicaría por esa cifra. Es decir, 20 minutos por 15, 300 minutos protegidos, o lo que es lo mismo, cinco horas. Así, la cifra nos indica el tiempo que determinada crema nos va a proteger.

Otros de los aspectos que más dudas generan son los distintos tipos de rayos solares que existen. Por ejemplo, los rayos UVA, que son los rayos ultravioleta, los que alcanzan toda la superficie terrestre. Estos rayos broncean, pero su efecto no es muy duradero. Lo más perjudicial es que penetran la dermis, provocando alteraciones celulares y causando el envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas y falta de elasticidad). Además, también pueden provocar cáncer.

Por otro lado están los rayos UVB, que penetran menos que los UVA pero son más reflectantes. Esta radiación tiene más efecto sobre la piel, prolongando más el bronceado. Si bien una exposición prolongada deprime el sistema inmune, y lo peor es que quema el tejido, siendo la culpable de las quemaduras en la piel. Tanto es así que puede producir ampollas o el típico despellejamiento de la piel.

Si bien lo realmente peligroso es la combinación de ambos, UVA y UVB, pues es la principal causa de melanoma, es decir, de cáncer de piel. Por ello, hay que utilizar protectores que combinen filtros para ambos tipos de rayos y aplicarlos por todo el cuerpo, sin olvidar las orejas o el cuero cabelludo en caso de bebés o personas con calvicie. Además, es imprescindible aplicarlo con la piel seca para que no genere efecto espejo y se produzcan quemaduras involuntarias. 

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