Lejos de las ofertas vacacionales de playa - de salida al mar carece-, Salamanca aporta otros alicientes para la visita como su oferta académica, su ocio nocturno, su gastronomía o sus numerosas escuelas para aprender o mejorar el conocimiento de su idioma.
Por ello, raro es el momento en el que no hay por cualquiera de sus calles un turista o un estudiante que forja sus estudios académicos en ella. Y, para muchos de ellos -2,5 millones de usuarios cada año- lo primero que ven cuando llegan es la estación de autobuses.
Tal y como reconocieron tanto el alcalde de la ciudad, Alfonso Fernández Mañueco, como el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, esta infraestructura se ha quedado obsoleta con el paso de los años. De ahí que Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Salamanca hayan acordado una importante reforma, que será una realidad para mediados de 2019.
Tras la firma del convenio entre ambas instituciones y la publicación en el BOCYL de la licitación del proyecto de reforma, las obras serán posibles gracias a un presupuesto inicial de 4.953.000 de euros, de los que la Junta de Castilla y León aportará algo más de 4,4 millones y el Ayuntamiento de Salamanca los 500.000 euros restantes.
ORÍGENES Y GESTIÓN
Ubicada en la actual avenida Filiberto Villalobos, fue construida en el año 1975 por la Administración del Estado que conservó su titularidad hasta diciembre de 2014, cuando fue transferida a la Comunidad de Castilla y León.
Actualmente, los servicios de transporte que operan en esta estación de autobuses de Salamanca se corresponden con 45 líneas, de las cuales 20 son internacionales, cinco son nacionales y 20 son autonómicas, con más de 2.500.000 de viajeros anuales.
Desde sus orígenes, la infraestructura está gestionada por la mercantil 'Estación de Autobuses de Salamanca, S.L.' en régimen de concesión por un plazo de 75 años, por lo que, en principio, continuará así hasta 2050.
FUTURA ESTACIÓN
La intervención cambiará el aspecto y funcionalidad de la estación de autobuses de Salamanca, construida hace 42 años, y ajustará la infraestructura a las nuevas necesidades en materia de movilidad reducida y a una redistribución de espacios y usos.
También, las administraciones llevarán a cabo una mejora general de la confortabilidad, habitabilidad, eficiencia energética, servicios y seguridad, como, por ejemplo, el cierre a la entrada de autobuses por la calle La Alberca o a la modificación de dársenas, que pasarán a estar cubiertas, aisladas y con climatización.
MODIFICACIONES
Los cambios afectarán básicamente a la arquitectura, las dársenas, las instalaciones interiores para facilitar así la gestión integral de la propia estación, el control, la seguridad y los servicios de soporte tecnológico.
Así, la estación lucirá un nuevo diseño institucional y corporativo, e incorporará un nuevo lucernario. El proyecto plantea también modificaciones en los flujos de tráfico que afectarán a la configuración del aparcamiento de autobuses y de vehículos privados.
Por último, el proyecto sustituirá la red de climatización, por equipos de biomasa, y renovará el sistema de iluminación con la instalación de lámparas LED; además de promover la instalación de soportes de gestión, control e información de usuarios y tráfico, basada en componentes 'TIDS' (Traveler Information Display Systems), mejoras en los sistemas de audio, y nuevos servicios tecnológicos al servicio de la ciudadanía, como red 'Wifi' y zonas de carga por 'USB'.
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